Curanderos del Mar Menor
VERITAS VINCIT ·
Los responsables directos fueron antaño los dirigentes autonómicos del PSOE y el PP y, hogaño, los de López MirasSecciones
Servicios
Destacamos
VERITAS VINCIT ·
Los responsables directos fueron antaño los dirigentes autonómicos del PSOE y el PP y, hogaño, los de López MirasEl Mar Menor, nuestra más preciada joya, se nos muere porque una serie de curanderos de pacotilla que tienen la obligación de cuidarlo llevan décadas ... permitiendo su agravamiento y, una vez que la enfermedad ha dado la cara, se empeñan en curarlo con agua y bicarbonato. Mientras tanto yo, enfrascado en la lectura de una excelente novela histórica, 'Numancia', del profesor Corral, asumo ese espíritu luchador y el rechazo a la rendición de los numantinos para seguir, como miles de murcianos, en la brecha en defensa de nuestro mar.
La apertura del canal del Estacio; el empeño en construir una serie de playas ortopédicas dotadas de una arena infecta y contaminante; la presión urbanística, granero de euros para los ayuntamientos ribereños, pero mortal para el debido cuidado del ecosistema con unas depuraciones de vertidos urbanos deficientes cuando no inexistentes; la construcción de puertos deportivos con pantalanes de abrigo a fondo y no flotantes, como lo exigiría la peculiaridad del entorno marino; la destrucción sistemática de los balnearios por aquello de que eran patrimonio de los ricos; la falta de conducciones que deriven el vertido al mar de la ramblas, sobre todo la del Albujón, y de las escorrentías del riego agrícola para derivarlos a otro punto fuera del Mar Menor...
Casi me he quedado sin aliento al terminar de enumerar el listado de estos hechos probados y cien veces denunciados, causantes de la enfermedad que aqueja a la laguna salada. Me pregunto, al propio tiempo que lo hago a los dirigentes regionales que son los que tienen casi todas las competencias sobre estos asuntos, qué se ha hecho en todos estos años. Pues nada o casi nada: mucho paseo en barco, con profusión de fotos; interminables tomas de agua para analizar algo que cualquier lego detecta; declaraciones a porrillo y casi todas sin fundamento y, lo más grave, señalar como culpables a los responsables del Gobierno central, que no digo yo que estén dispuestos a echar una mano, pero con el mismo énfasis aseguro que los responsables directos, los curanderos de pacotilla, fueron antaño los dirigentes autonómicos del PSOE y el PP y, hogaño, los de López Miras porque resulta que el Mar Menor está, para nuestra ventura, en Murcia y no en Albacete o Almería, aunque lo disfruten, y a mucha honra, no solo murcianos sino mucha más gente inteligente.
Nuestros políticos van como pollo sin cabeza a remolque de los síntomas alarmantes que cada día más descarnadamente muestran el progreso de la grave enfermedad. Peces muertos a miles, solución: abrir la gola de Marchamalo, y eso, ¿a quién se le ha ocurrido? Digo y sostengo que el dragado de la gola del Estacio, concluyendo en un canal de doce metros de ancho por cuatro de profundidad, fue uno de los primeros causantes del desastre. Nuestro pequeño y delicado mar perdió, con ese brutal tajo que permitía la entrada masiva de agua del Mediterráneo, una de sus principales defensas: la salinidad, y ahora el equipo de López Miras pretende meterle en vena más veneno. ¡Qué tipos tan listos! Lo primero que habría que hacer es instalar compuertas a fondo en el canal para impedir la entrada de agua menos salada y la de otras especies invasoras y dañinas y la salida de peces autóctonos. Segunda actuación: fin de las playas ortopédicas, retirada de las arenas contaminantes y programa de desarrollo de los balnearios. Tercero: condicionar las concesiones de clubes náuticos a la demolición de pantalanes a fondo sustituidos por flotantes que permitan el libre movimiento de las aguas. Cuarto: depuradoras municipales de última generación. Quinto: inversión tan rápida como eficiente para encauzar los vertidos de ramblas y escorrentías a otros puntos alejados.
Y para que no digan que miro de lado el problema de la agricultura, que para mí en cuanto a daño no tiene el rango de preferente, sostengo que lo de limitar el terreno cultivable no sirve de nada y que lo que hay que hacer es regular los procedimientos de abonado limitando o suprimiendo los nitrogenados y cambiar la roturación. Me sorprende que los caballones, en los que se plantan las delicias que llegan a nuestras mesas que siempre fueron paralelos a la costa ahora son perpendiculares con lo que el agua de riego, las escorrentías y la de lluvia llegan con mucha más facilidad al Mar Menor. ¿Quién lo ha permitido? ¿Nadie se ha fijado?
Aunque fuera la voz que clama en el desierto seguiré aportando mi experiencia desde el amor a nuestro Mar Menor. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.