El cuerpo de Evita

Se ha estrenado en Disney Plus 'Santa Evita', una serie argentina de siete capítulos basada en la famosa novela de Tomás Eloy Martínez. La serie está bien, con altibajos. El eje narrativo principal de 'Santa Evita' (lo es aún más en la novela) gira en torno a las truculentas y rocambolescas vicisitudes del cadáver de Eva Perón, que duró 24 años y resultan increíbles, pero la Historia consigna como ciertas.

Eva Duarte de Perón murió de cáncer a los 33 años. La decisión de que su cadáver fuera embalsamado la tomó su marido. Se encargó del laborioso proceso un médico español, el doctor Pedro Ara. La idea era que el cuerpo incorrupto reposara en el Monumento al Descamisado, un proyecto de gigantismo entre faraónico y soviético. La enorme estatua del descamisado sería sustituida por una de Evita. Pero no llegó a realizarse, en armonía con Buenos Aires, la capital de un imperio que nunca existió, como la definió André Malraux.

El cuerpo estuvo tres años en la sede de la CGT. En 1955, Perón fue depuesto por golpe militar y un comando mancilló y robó el cadáver. Se inició entonces el extraño periplo de la momia, con la que no sabían qué hacer. La caja que la contenía estuvo varios meses en un camión militar, tras la pantalla del cine Rialto y de pie en el despacho de un coronel. Después se enterró en un lugar secreto. En 1957, Evita fue exhumada y la enviaron a Italia, donde la enterraron con otro nombre en Milán. En 1971, fue devuelta a Perón en Madrid. Y en 1976, a la familia Duarte, que la llevó a la Recoleta. En algún momento de la macabra odisea, no exenta de necrofilia, aplastaron la nariz y amputaron un dedo de la mano de la madre de los descamisados.