Casualidades, o no
TERCER MILENIO ·
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La gente no se conforma con que las cosas sean como son realmentePese a que estemos en el siglo XXI y a que la gente haya avanzado mucho en cultura (bueno, más que en cultura debemos decir que está ampliamente escolarizada, que es distinto), sin embargo, la atracción mágica sigue muy presente en la mente humana. La ... gente no se conforma con que las cosas sean como son realmente. Quizás es que la realidad, en sus leyes naturales repetitivas y persistentes, resulta muy aburrida. Entonces, el ser humano necesita un plus mágico, sobrenatural, algo que haga que las cosas no sean como parece que son.
Ello tiene consecuencias más simples e inmediatas, como, por ejemplo, la tendencia paranoide que tiende a pensar, en lo político o social, que las cosas no son nunca como dicen oficialmente que son, que los americanos no fueron nunca a la Luna o que si el presidente de Estados Unidos ha dicho blanco es que realmente ha sido negro. Y, claro, en política hay razones más que suficientes para pensar que nos mienten. Pero otras muchas veces lo que nos dicen es verdaderamente lo que ha sucedido. Es decir, entre la observación crítica de las cosas y la paranoia existe un término medio.
Pero más allá de estas cosas, lo que ocurre con la mente humana es que tiene una tendencia hacia el pensamiento mágico, que parece algo antiguo, prehistórico, pero que renace constantemente con otras formas diferentes. Por ejemplo, si el catolicismo y el cristianismo en general se debilita claramente en su organización oficial, la Iglesia, eso no quiere decir que la mente humana abandone las creencias, al revés, huye de la Iglesia, pero busca en otras pequeñas religiones, o se apunta a la reencarnación, a los misticismos o cualquier pseudocreencia. Qué se yo...
En este pensamiento mágico se encuentra la tendencia a pensar que no hay casualidades. Un historiador diría que hay causalidades, no casualidades. Pero los del pensamiento mágico creen que no hay casualidades, no porque ciertos sucesos o circunstancias anteriores han provocado otro hecho, sino que pensarán que había un destino programado ex nihilo que ha hecho que se produzca algo. Esoterismo puro.
Por ejemplo, ¿es casualidad que entre las pocas personas que hay en el mundo que se hayan metido entre pecho y espalda a todo Habermas se encuentren dos de esas personas una noche de invierno tras una actuación flamenca? Y qué se yo.
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