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El sueño de Egipto

VENANCIO RODRÍGUEZ SANZ

Jueves, 9 de enero 2025, 00:25

Vuelvo de Egipto con el corazón sobrecogido ante semejante magnificencia; con la sensación de haber estado en otro mundo; con la impresión de haber presenciado ... la huella de una civilización que no pertenecía a este planeta. Al pasear por entre aquellas inmensas columnas labradas magistralmente por artesanos, aquellos obeliscos que amenazan al cielo, aquellas gigantescas estatuas, aquellas monumentales pirámides, el esplendor del Valle de los Reyes y tantas cosas que son imposibles de enumerar, me sentía transportado a otro tiempo. Me preguntaba que, si aún en el mal estado en el que se encuentran muchos de sus monumentos, poseen una belleza esplendorosa, ¿cómo sería en aquel entonces? Las preguntas sin resolver, me decía, y las incógnitas que todavía tenemos sobre su construcción, la manipulación de las piedras, su ciencia... todavía hacen de Egipto un país más misterioso a la vez que cautivador. Leyendo 'Sinuhé, el egipcio', 'La batalla de Tebas', 'Akhenaton, el rey hereje', 'Hatshepsut: La mujer que se convertiría en rey' y muchos otros títulos sobre el mismo tema, me enamoré de Egipto. Y me dije que algún día iría y ese día llegó y no me ha defraudado. Cuando paseaba con la boca abierta por Abu simbel, Karnac, Lúxor y El Cairo me acordé del tono de admiración que utiliza Terenci Moix en su libro 'No me digas que fue un sueño' y la verdad es que no es para menos....

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