Maestro de aprendices

Los talleres, que aún no estaban situados en polígonos industriales, sino en los pueblos y ciudades, acogían a infinidad de exalumnos que no aspiraban a continuar su formación académica. En ellos se aprendían los oficios de mecánico, marmolista, carpintero... Mateo Martínez y su socio Antonio Soriano regentaban un taller de carpintería en el barrio de Los Dolores de Cartagena.

Desde su fundación en 1969 formaron a cientos de aprendices a los que además les remuneraban con un salario acordado, que iba aumentando según la valía del muchacho.

Afortunadamente, la formación de nuestros jóvenes hoy es obligatoria hasta los 16 años y son muchos más los que acceden a estudios universitarios. Sin embargo, es importante recordar que no todos tuvimos las oportunidades que ahora nos obsequia nuestro Estado de bienestar.

Mi recuerdo a aquellos dos maestros de aprendices. Antonio falleció hace unos lustros y Mateo nos dejó la noche del 24 de enero.

Descanse en paz.