Fumar por decreto

Desde el comienzo de su jornada laboral a las 7.00 hasta las 15.00 horas que da de mano, además de cumplir con las tareas asignadas de cada día, debe vigilar la dirección de los vientos para evitar los humos de sus compañeros fumadores.

Pese a su ardua tarea de vigilancia y su actitud huidiza, incluso en los tiempos de descanso, calcula que podría consumir un par de cigarrillos diarios. O sea, está obligado a fumar por decreto, pues, de momento, no está prohibido fumar al aire libre, ni ninguno de sus compañeros le ha preguntado si le molesta que fumen.