A las ricas alcachofas murcianas
CAYETANO PELÁEZ
Lunes, 3 de marzo 2025, 00:31
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CAYETANO PELÁEZ
Lunes, 3 de marzo 2025, 00:31
Qué tierra más feraz y rica la murciana. Con un poquito de agua bien administrada, al aire libre y algunos cuidados, aquí se puede sembrar ... casi de todo, que la tierra responde con holgura, y a recoger con alegría. No hay nada más que ver en los solares vacíos cómo crecen las hierbas. Ahora, en este momento las margaritas, la malva, las acelgas, el hinojo, el romero...
Y lo saben los enemigos de la Región, que los hay, y muchos que aquí, si hay agua, podemos llenar la despensa de media Europa con lo que el agricultor, con su esfuerzo cría en las tahúllas.
Y, por eso, le tienen envidia a Murcia, porque este campo es generoso cuando el agua le llega con alegría, y con este clima tan bueno que tenemos, las plantas prefieren nacer y crecer aquí, mejor que en otras latitudes.
¡A las ricas alcachofas de las alcachoferas! Han pasado los fríos fuertes de días atrás que amenazaron las plantaciones e hicieron temer por la cosecha, pero Dios que aprieta, pero no ahoga, sintió las plegarias de las buenas personas, y las hizo crecer y crecer llenando las cestas de los agricultores, que así ven su trabajo arduo pagado, aunque no como quisieran ellos, que la mejor parte se la llevan otros que no torcieron el tronco hacia la tierra.
Voy al mercadillo semanal. Es el domingo, como en otros muchos sitios, y me aplico a la compra, y busco lo mejor, miro y requetemiro, que siempre será algo más barato que en las grandes superficies. Y encuentro unas ricas alcachofas de un tamaño mediano, bonitas, tersas y compro unos kilos del producto. Las preparamos, las hervimos, luego, en una sartén, hacemos un sofrito con aceite de oliva virgen extra de este año, con tomate, cebolla, unos ajitos, pimiento, unas hojas de laurel, algo de clavo, su poquito de sal, sin pasarse, y unas tajaditas de choricillo.
Y una vez doradito, lo echamos todo a la olla con unas patatas redonditas hervidas. Removemos para que no se pegue el guiso al culo de la olla, y mantenemos a temperatura media, probamos de sal y de sabor, y lo servimos en unos platos artesanos acompañado de un poco de vino de Jumilla. Ah, y el caldito se presta a echar unas sopitas de sabor a gloria con ese pan de La Puebla.
Este plato lo rescatamos de la zona de Córdoba, y se hacía por los años 60, siendo de mucha aceptación de la gente. Se llamaba estofado de patatas con chorizo y alcachofas, y hoy, revivido, para nuestra satisfacción, lo disfrutamos a muchos kilómetros de allí. Dedicado a Paquita, maestra cocinera y buena.
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