Borrar

Todo el mundo ponía la mano y por ese motivo todo podía comprarse. Todo se acabó. Eso es lo más duro. Hoy todo es distinto, no hay aliciente. Tengo que esperar como todo el mundo. Ni siquiera me mandan comida decente. Nada más llegar pedí ... spaghetti marinara y me enviaron macarrones con ketchup. Soy un don nadie. Y tengo que vivir el resto de mi vida como un gilipollas».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Buen chico