Bien por Porcelanosa
REBELDÍA MURCIANA ·
Una gestión óptima cuyo responsable desconozco, pero que merece todo el crédito de los profesionales del negocio de la reputaciónSecciones
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REBELDÍA MURCIANA ·
Una gestión óptima cuyo responsable desconozco, pero que merece todo el crédito de los profesionales del negocio de la reputaciónNo sé si ustedes se acuerdan del caso Martínez-Echevarría contra Rivera. Probablemente no les suene porque hace la friolera de dos meses desde que ... eso pasó, que fue justo la semana antes de las elecciones de Castilla y León que, a su vez, fueron esos comicios que se celebraron tres días antes de que los supuestos espías del PP hicieran su aparición mediática y dieran un nuevo vuelco al tablero político español. Es decir, que ha pasado una eternidad de aquello.
Total, el caso del que les hablaba es el del cese de Albert Rivera como presidente del bufete de abogados Martínez-Echevarría. Una mañana, el antiguo líder de Ciudadanos anunció a la prensa que emprendía un nuevo camino profesional y agradeció a la compañía la confianza durante estos dos años. Lo normal, vamos, casi un copia y pega de lo que uno encuentra en Google cuando busca «ejemplo de comunicado de cese». Pero de repente la empresa entró en un estado de enajenación mediática transitoria y empezó a dar entrevistas diciendo que el catalán era un vago redomado, que apenas iba a trabajar, que era una vergüenza para la empresa contar con él y que de la muerte de Kennedy en adelante todos los males de la nación eran esencialmente culpa suya.
Total, que la gestión de crisis comunicativa para ambos fue el ejemplo fulgurante de todo lo que no hay que hacer. Algo que pudo haber pasado sin pena ni gloria acabó dejando a Rivera como un nefasto profesional y a la empresa como una compañía impulsiva, poco seria e incapaz de medir las consecuencias de sus acciones, que empero no sea la mejor carta de presentación para un bufete cuyo único fin es solucionar satisfactoriamente los problemas graves de sus clientes.
En resumen: que ante una crisis comunicativa uno puede morir, como en este caso; sobrevivir por la mínima o salir reforzado. Las probabilidades de uno u otro escenario dependen de la magnitud del pecado por el que se le juzga, de la honorabilidad del agraviado y, por supuesto, de la peripecia de los gestores del asunto.
El pasado martes, el presidente Zelenski, que a la postre es el líder moral del mundo libre, compareció ante el Congreso de los Diputados para dirigirse a la nación. Un discurso emotivo, espejo de la durísima situación que vive Ucrania y con un aplomo digno de un héroe político y militar que, con independencia de lo que ocurra con la guerra, pasará a la Historia como uno de los personajes clave del siglo XXI.
En fin, que mientras sus palabras resonaban con cierta dificultad por la más que mejorable labor de la traductora, una frase impactó como una daga en todas las Españas: según el dirigente ucraniano, Porcelanosa, una de nuestras empresas más punteras y mundialmente reconocidas, sigue comerciando con Rusia a pesar de la invasión.
La situación es alucinante: cuando el político más popular del mundo entero te señala por ser un insensible usurero con genocidas mientras cometen un genocidio, la consecuencia lógica es que la empresa se hunda en picado y hasta, en un escenario no tan remoto, pueda quebrar.
Sin embargo, la actuación de Porcelanosa ha sido tan impecable que merece la pena dedicarle la lectura de este domingo. Reaccionaron de manera inmediata exponiendo que desde que comenzó la invasión solo han entregado los proyectos ya comprometidos, cerrando el negocio a nuevas compras; que han traído a España a casi 100 ucranianos a cargo del presupuesto de la compañía y han donado amplias cantidades de dinero para apoyo social. Pero lo más importante de todo, además del fondo de la explicación, es la forma: sus directivos hicieron una ronda de medios contando lo que les acabo de relatar desde la más absoluta empatía y admiración hacia Zelenski. Comprendiendo su situación e incluso su denuncia, pero sin admitir ni un ápice de la crítica sin que la refutación implicara un ataque ni al presidente ni a su país.
Total, que cinco días después nadie se acuerda del caso de Porcelanosa y la compañía sigue limitándose a ser una mera empresa puntera de azulejos. Una gestión óptima cuyo responsable desconozco, pero que merece todo el crédito de los profesionales del negocio de la reputación.
Qué bien tener a gente al lado que haga las cosas bien. Ojalá aprendan todos de ello.
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