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Se armó el tiberio

Veritas Vincit ·

Condenan a la juventud catalana, vasca y balear a no poder entenderse con el resto de sus paisanos

Lunes, 14 de diciembre 2020, 09:29

Año 42 antes de Cristo. Tiberio Julio César Augusto es nombrado emperador de Roma. Conocido por la crueldad de sus actos, cuentan que persiguió con saña hasta la muerte a su esposa Julia y a sus hijos mayores, y ordenó el asesinato de Germánico, Agripa, Póstumo, Druso, Nerón y el de infinidad de parientes y amigos. Plinio el Viejo lo calificó como «el más triste de los hombres». Desde entonces, cuando se arma un gran alboroto, pendencia o desorden se alude al tiránico y depravado dirigente diciendo: 'se armó un tiberio'.

Menudo tiberio ha montado la ministra Celaá con la ley de Educación. Aprovechando que estamos sometidos a un abusivo estado de alarma, ha derogado la norma en vigor e implantado, con ayuda de los socios chantajistas del Gobierno, una nueva: la Lomloe para deleite de podemitas, independentistas, filoetarras y de algunos socialistas equivocados, y con gran cabreo de los mal llamados constitucionalistas, porque entiendo que todos los que están sentados en los jugosos sillones del Parlamento han tenido que jurar o prometer la Constitución; otra cosa es si al prometer hicieron algún tipo de higa que, según su credo, le permitía burlarse de nuestra Ley de Leyes.

No está en mi ánimo cansar al lector con una crítica pormenorizada del bodrio legal, pero sí intentaré señalar dos o tres 'metidas' e intentar aclarar un malentendido.

Despreciar el esfuerzo del buen estudiante permitiendo el avance de curso y obtención de título con asignaturas suspendidas es un flaco servicio que se le hace al mal alumno porque al final lo importante es la excelencia y no la titulación, tanto sabes tanto vales y lo demás es pura demagogia.

Ceder al chantaje de los independentistas para rebajar en la enseñanza la importancia del idioma español es la mayor gilipollez imaginable. Condenan a la juventud catalana, vasca y balear a no poder entenderse con el resto de sus paisanos y eso debería tipificarse como delito.

Seleccionar a los futuros docentes de acuerdo con los criterios, seguramente ideológicos, de la administración de turno denota tal ramalazo totalitario y fascista que debería concitar un monumental rechazo. Y llego a lo que más me irrita: el tremendo ataque a la libertad de enseñanza.

No hay duda alguna en el derecho constitucional que se otorga a los padres para decidir libremente dónde educar a sus hijos, bien es verdad que, en un sublime rapto mental, la actual ministra de la cosa vino a proclamar que los hijos no son de los padres, pero, desmontada por idiota esta afirmación, ese derecho, hoy por hoy, es constitucional. Vamos al discutido asunto, al de la pagamenta. Dicen los 'rogelios' que ni un euro de las arcas públicas para mantener colegios de élite, y se quedan tan ufanos. Primero de todo, el dinero de las arcas públicas no es ni de socialistas ni de ninguno de sus socios de gobierno, ni siquiera de los mal llamados constitucionalistas, el dinero es de todos y cada uno de los españoles, y de su pulcra administración tendrán que dar cuenta los que en cada momento nos gobiernen. Volvamos a lo nuestro. Otro de los derechos que tenemos por ser españoles es el de disfrutar de una sanidad y una educación pública costeada con los impuestos de todos los contribuyentes. Digo yo, si como padres se tiene el derecho de ocupar una plaza en la educación pública y no se hace ese costo, es el que el padre reclama y lo emplea en pagar la matrícula en un centro privado. Luego no es al centro concertado al que le paga la Administración, sino al padre que ha liberado al Estado de atender en un centro público la educación de sus hijos. Si nos fijamos en el cheque escolar que otros países tienen implantado, facilitamos el entendimiento de esta tesis.

Menos lobos, menos sectarismo, menos intentar controlar la educación negando a los padres un derecho constitucional. Y basta ya de tiberios, dedíquense a resolver los muchos problemas que tenemos y no a crear problemas nuevos y si lo que quieren es la confrontación, la pelea, la división entre españoles, la historia tiende a repetirse y todos los que así obren saldrán malparados, o ¿es que piensan que este chollo, que ahora tienen sin merecerlo, va a ser para siempre?

Como bien decía aquel general inglés en despacho privado con la primera ministra: «Para nada estoy de acuerdo con usted por la forma de dirigir el país, en las próximas elecciones no la votaré». Yo a ustedes tampoco.

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