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El asalto por medio centenar de ganaderos del recinto donde ayer iba a celebrarse el Pleno del Ayuntamiento de Lorca merece una reprobación absoluta por parte de todos los agentes sociales, económicos y políticos. Las imágenes que se vieron en toda España producen bochorno porque son impropias de una democracia donde los conflictos se dirimen por vías pacíficas y donde las instituciones no son violentadas para presionar a los representantes electos. El sector porcino lorquino tiene todo el derecho a protestar en las calles si se siente perjudicado por la nueva ordenanza municipal, como hicieron la mayoría de los manifestantes de forma civilizada, pero debe desmarcarse del vandalismo de unos pocos. Además de una condena sin fisuras, se necesita de los partidos políticos una actitud responsable para encauzar este conflicto por la vía del diálogo, en lugar de utilizar el malestar de un sector en beneficio propio.

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laverdad Antidemocrático y violento asalto