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La elección del presidente López Miras pone fin a tres meses de paralización del Gobierno regional, en unos momentos en que la situación de la ... economía regional es, con diferencia, una de las más preocupantes, una situación que precisa un cambio total en las actuaciones. Es evidente que hay que reconocerle al presidente el compromiso que públicamente ha establecido con todos los ciudadanos de la Región, al anticipar que los ejes principales de su Gobierno son menos burocracia y más desarrollo económico y social de la Región.
Que la Región ha perdiendo fortaleza en estos últimos años es una realidad constatada en la evolución del PIB por habitante entre los años 2020 y 2021. Con los datos publicados por el INE de la Contabilidad Regional de España, la economía regional ha vuelto a retroceder y perdido 0,45 puntos en relación al año 2020, en el que el PIB por habitante se situaba en el 83,73%, y en 2021 ha bajado al 83,28% de la media nacional. En consecuencia la Región ha pasado de un diferencial negativo con la media nacional de 16,27 puntos en 2020, a los 16,72 puntos en 2021.
Los datos conocidos del pasado año 2022 confirman que el crecimiento del PIB de la Región ha sido nuevamente inferior a la media nacional, y los datos que se anticipan de 2023 confirman igualmente que la Comunidad crecerá menos que la media nacional.
El sector industrial motor de la economía regional, con un crecimiento positivo y continuado, ahora se ha quebrado y la Región, según los datos publicados por el INE el 8 de septiembre, el Índice de Producción Industrial de la Región en tasa interanual, es todo lo contrario: ha pasado de liderar el crecimiento a encabezar el decrecimiento a nivel nacional. A esta dura realidad se suma que el sector de los servicios a la venta, sector fundamental para el desarrollo económico y social, se encuentra casi seis puntos por debajo de la media nacional, diferencial negativo que se ha venido ensanchando en estos últimos años.
Muchas son las razones que han contribuido a que la legislatura pasada, lamentablemente se haya conformado en tiempo perdido, al igual que los tres meses que han trascurrido desde el 28 de mayo, para conformar el nuevo Gobierno en esta Legislatura también de coalición. Pero es el momento de ganar todo este tiempo y conseguir recuperar la fortalezas de la Región poniendo en valor todas sus potencialidades.
En las declaraciones que ha venido realizando el ya presidente del Gobierno regional, ha remarcado los cinco pilares sobre los que se basa el nuevo Ejecutivo de coalición, evidentemente no solo son un signo de esperanza, sino la constatación de un compromiso cierto para la hacer de las debilidades fortalezas, como recogía este diario, el jueves 7 de septiembre en su página 3, en los cinco pilares para un gobierno de coalición: educación, modernización económica, simplificación burocrática, defensa medioambiental y un Pacto por la Juventud. Creo que difícilmente se podría expresar mejor lo que precisa la Región.
En la entrevista realizada por este diario el pasado día 10, el presidente afirmaba que su Gobierno priorizará las políticas sociales y el Estado del bienestar, reafirmando su compromiso para con la Región, pero para ello es preciso activar la economía, eliminando burocracia e implementando el silencio administrativo positivo, para incentivar la implantación y el desarrollo de producciones de mayor valor añadido y riqueza. Sorprende, por tanto, que ni el acuerdo programático para el Gobierno de coalición, ni en las declaraciones de los líderes, aparezca el compromiso de reducir el diferencial negativo de la Región en renta y PIB por habitante con la media nacional.
Reducir el diferencial negativo con la media nacional en renta y el PIB por habitante debería ser un compromiso principal del Gobierno, para que en 2030 pueda situarse en la media nacional, por ello, deberíamos conocer su compromiso de en cuántos puntos se compromete a reducir el diferencial negativo en la renta y el PIB por habitante al final de la presente legislatura, para poder valorar lo realizado, así como si se han puesto en valor todas las ventajas con las que cuenta. Conseguirlo conllevará recuperar la confianza y el camino para alcanzar la media nacional en el horizonte de 2030.
Para conseguirlo es necesario la implementación de un plan de apoyo a la transformación de la estructura productiva hacia los sectores industriales y servicios avanzados con producciones de mayor valor añadido a la vez que el reforzamiento e impulso a la industria agroalimentaria y singularmente a la capacidad exportadora, con la participación de sindicatos y empresarios, para juntos avanzar hacia una mayor externalización de las ventajas con que cuenta la Región para los inversores.
Resolver los problemas endémicos de la Región en infraestructuras ferroviarias, tanto en la conclusión del Corredor Mediterráneo en alta velocidad, como la continuidad del Corredor para las mercancías que sigue parado en Monforte, su conexión con el nuevo puerto de El Gorguel y la declaración de éste de interés nacional para su remisión a Bruselas. Así como el desdoblamiento y electrificación del corredor directo con Albacete en ancho europeo para pasajeros y velocidad de 250 km/h y para las mercancías con un tercer carril, además de la realización de las autovías y circunvalaciones pendientes. Se precisa un gran acuerdo entre todos los partidos políticos, un pacto por la Región que refuerce su posición ante el Gobierno nacional, para juntos poder hacer realidad esta imperiosa necesidad para el desarrollo social y económico de la Región.
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