Construir el futuro de la Región

La Región de Murcia sigue entre quince y dieciocho puntos por debajo de la media nacional en cualquier ratio socioeconómica, la misma situación que en el año 2007, y la aportación al total del PIB nacional sigue también en el mismo entorno. Después de algo más de tres lustros, seguimos estando muy por debajo de la media nacional, con una estructura productiva en la que predominan las producciones de menor valor añadido. Para producir la misma unidad de producto, la media nacional ocupa 1 persona y la Región ocupa 1,15 personas.

La principal debilidad de la Región en su estructura productiva frente a la media nacional se encuentra en los servicios a la venta, que en el año 2021 aportaban al total nacional el 2,41% y en 2022 aportan el 2,23%, debilidad que se hace aún más patente en actividades como información y comunicaciones y profesionales, científicas y técnicas.

El pasado, al referirnos a las infraestructuras de comunicaciones de la Región, es muy grave y preocupante, porque ha condicionado y sigue condicionando el desarrollo social y económico de la Región, pero es historia, ahora lo que importa es el futuro y el futuro lo hemos de construir en el presente y entre todos, respondiendo a los compromisos contraídos con la sociedad en las elecciones, tanto regionales como nacionales.

A esta dura realidad pasada, tanto portuaria (El Gorguel) como aeroportuaria, se suma el continuo abandono de la Región en su conexión con los grandes ejes viarios y ferroviarios: con Albacete-Madrid, y por el corredor mediterráneo (ahora parece que Adif pretende que las mercancías peligrosas pasen por debajo de la estación soterrada del Carmen), al no continuar el corredor de mercancías que sigue parado en Monforte, cuyos negativos efectos se constatan en la actualidad, condicionan su desarrollo presente y más aún su desarrollo futuro, tanto social como económico. Cambiar esta dura realidad, desde hace lustros y lustros, en los que hemos contado con distintos Gobiernos a nivel nacional y regional, es absolutamente necesario.

Para conseguirlo, hemos de dejar de mirar atrás y de culparnos unos a otros; es preciso sentarse a la mesa todos, para acordar un plan de actuaciones que conlleve dos grandes ejes: 1) conseguir del Gobierno de España un programa para la realización de las infraestructuras conforme al acuerdo del 6 de marzo de 2020, que fue remitido tanto al presidente del Gobierno de España como al presidente del Gobierno de la Región; y 2) definir los objetivos a medio y largo plazo concretando una hoja de ruta para hacerlos realidad.

Consensuando un plan de actuaciones que debe ser impulsado por el presidente regional, pero que debe ser negociado con todos los partidos políticos de la Región, y con los empresarios y los sindicatos, concretando un plan para que, gobierne quien gobierne la Región, se puedan hacer realidad los objetivos y la hoja de ruta acordada.

Un plan que recoja como fundamentales las tres prioridades de la Región de Murcia: infraestructuras, financiación y el agua, así como compromisos en educación, sanidad y servicios sociales, infraestructuras y equipamientos, para impulsar el desarrollo de la actividad productiva, con una drástica reducción de la burocracia, implementando el silencio administrativo a la vez que la reducción o exención de los impuestos y tasas en la puesta en marcha de los proyectos empresariales.

Ante la situación socioeconómica de la Región, no podemos ni debemos mirar para otro lado. Esta obliga a nuestros representantes a aparcar las diferencias que a nivel nacional y regional puedan existir, y poner a la Comunidad como el primer y principal compromiso, haciendo realidad el acuerdo por la Región con objetivos y plazos, para situar a la Región en la media nacional en renta y PIB por habitante en el horizonte de 2030, poniendo ahora las bases de un nuevo futuro, conjuntamente con las organizaciones sindicales y empresariales.

Sabedores de que el pasado no lo podemos cambiar, sí que podemos y debemos juntos construir el futuro en el presente, desde el diálogo y el compromiso, acordando y poniendo las bases y los medios para hacer realidad las fortalezas de la Región, y atrayendo talento e inversores con una política activa que incentive su implantación y desarrollo.