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¿Se morrearon?

Tirando a dar ·

El juez Carretero, en la demanda de Mouliaá contra Errejón, utilizó un tono que invita a reflexionar sobre por qué tantas mujeres sienten que no vale la pena denunciar

Sábado, 25 de enero 2025, 08:09

Hace unos años, cuando el cómico Chiquito de la Calzada se dedicaba, más que a contar chistes, a destrozarlos, solía narrar uno en el que un individuo aseguraba haber sido testigo de una relación sexual inapropiada. A la pregunta del juez de «¿Pero usted vio ... cómo el chico le introducía el órgano a la chica?», el pobre hombre respondía: «Señor juez, el órgano, no; pero un pedazo de clarinete como mi brazo, sí». Y puede que ustedes se hayan sonreído con el chiste, pero lo que no es motivo de risa es que el juez Adolfo Carretero, en la demanda de Elisa Mouliaá contra Íñigo Errejón, realizara a la denunciante una serie de preguntas que no sé si calificar de indecentes o de zafias, aunque no entro en si eran o no necesarias, pero, sobre todo, utilizando un tono que ciertamente invita a reflexionar sobre por qué tantas mujeres sienten que no vale la pena denunciar.

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