Borrar
MSAURA
Proteger a los héroes de la covid

Proteger a los héroes de la covid

Primera plana ·

La cifra de agresiones verbales y físicas al personal sanitario se acercó a 800 en la Región durante 2024, el doble que hace cinco años. La solidaridad de los primeros momentos de la pandemia queda muy atrás. Ahora vemos crecer el individualismo, la sensación de tener derecho a todo y al instante, y el rechazo a las normas

Domingo, 16 de marzo 2025, 07:21

Si vamos circulando por la calle y observamos que un conductor se salta un semáforo en rojo tendemos a caer en generalizaciones sobre lo mal que se conduce en nuestros días, sin tener en cuenta que, en ese mismo momento, hay decenas de miles de conductores que están cumpliendo con las normas de circulación. Responde a un principio de la psicología llamado 'sesgo de negatividad'. Es aquel que explica por qué tendemos a darle mayor importancia a los aspectos negativos de una situación que a los posibles positivos. Pero hay fenómenos que, a mi juicio, no admiten un análisis indulgente. Que haya miles de personas que acuden con normalidad y valoran positivamente la atención de nuestros sanitarios no minimiza ni relativiza ni una sola agresión verbal o física contra ellos. Lo preocupante es que son muchas y no paran de crecer. Nada menos que 778 profesionales fueron objeto en 2024 de vejaciones, insultos y amenazas en el Servicio Murciano de Salud. Se registraron 661 incidentes y en un 6,5% de ese total hubo agresión física, tanto en hospitales, más habitualmente, como en centros de salud. El número de casos es espeluznante. Son, además, un 27% más que los registrados en el año anterior, llegando a duplicarse desde que estalló la covid hace cinco años. No quiero caer en el 'sesgo de negatividad', pero algo debe estar pasando en esta sociedad que hace cinco años salía a los balcones para aplaudir y agradecer a los profesionales de la sanidad su comportamiento heroico.

Al presentar el nuevo plan de prevención y atención contra las agresiones en el SMS, el consejero de Salud, Juan José Pedreño, señaló que entre las causas básicas de estos comportamientos está el estado de frustración del propio paciente, que demanda pruebas complementarias o una atención inmediata, pensando muchas veces que la asistencia no tiene ningún coste porque es gratuita para el ciudadano. No sé cuánto ha contribuido la pandemia a ese estado de ansiedad e irritación social, pero creo que alguna incidencia ha tenido. La solidaridad que se observó en los primeros momentos de la crisis fue abrumadora. Para protegernos y proteger a los demás renunciamos a la interacción social. Entendíamos que nuestra propia supervivencia y la de todos dependía del cumplimiento generalizado de los protocolos. Y se cumplieron. Sin embargo, a medida que los confinamientos se fueron relajando y las vacunas pusieron en retirada al virus, comenzaron a observarse comportamientos muy individualistas, una sensación de tener derecho a todo y un rechazo a respetar las normas, lo que los expertos llaman anomia social. Incluso algunos utilizaron la pandemia para forrarse. Es difícil dilucidar si las execrables agresiones a los profesionales sanitarios enlazan con un nuevo estado de ánimo social, pero parece más que plausible. De lo que no hay dudas es de que esta violencia en hospitales y centros de salud debe encararse con tolerancia cero, haciéndose cuanto haga falta para proteger, ahora y siempre, a los sanitarios.

La memoria es quebradiza y selectiva. Han pasado cinco años desde la explosiva aparición de la covid y en nuestro recuerdo no está ya tanto la enfermedad como las medidas que fueron necesarias para contenerla, como los confinamientos, las mascarillas y las vacunas. Quizá por eso la vacunación frente a la covid, recomendada aún junto a la de la gripe en personas de riesgo, haya bajado tanto en la Región, una tendencia que es generalizada. A eso no ayuda que algunos responsables políticos están públicamente minimizando el impacto real de la pandemia. Entre ellas, esa directora general de Castilla y León que dimitió tras unas desafortunadas declaraciones. En las paredes de la Redacción de este periódico hay varias reproducciones de nuestras portadas que reflejan lo que fue la pandemia en toda su crudeza. No solo por el número de fallecidos (más de 2.100 en la Región), sino por la historia personal de muchos de ellos, como recogimos en un suplemento especial sobre las víctimas murcianas.

Hay también señales positivas. El mundo está hoy mejor preparado para evaluar el riesgo de potenciales virus pandémicos, dijo el pasado miércoles en Murcia la viróloga Margarita del Val, a propósito de la nueva variante de gripe aviar que muestra bajo riesgo para los humanos. «Hay que tener tranquilidad y continuar vigilando estrechamente el devenir y los cambios que puedan ir surgiendo en este diminuto microorganismo», explicaba esta semana en estas páginas Christian de la Fe, catedrático de Salud Animal de la UMU.

Tan importante como proteger a nuestros sanitarios es disponer del mejor asesoramiento científico. Lejos de disminuir, tras la pandemia creció el negacionismo científico, convertido en una seña de identidad de formaciones políticas en todo el mundo. Si la gran lección de la covid fue constatar que no estábamos libres de emergencias globales de salud pública, cuidemos a los sanitarios y sigamos las recomendaciones de los científicos. Puestos a olvidar, que no sea precisamente la heroica entrega de nuestros sanitarios.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Proteger a los héroes de la covid