Si el nuevo secretario de los socialistas murcianos es Francisco Lucas, estaremos ante un giro lampedusiano: se cambia de líder para no cambiar lo sustancial. Podría ocurrir lo mismo con Conesa, por la férrea tutela de Ferraz. La cuestión de fondo es si el PSRM puede llegar a tener un perfil propio, como en los territorios donde gobierna
La última palabra para elegir al nuevo secretario general de los socialistas murcianos la tiene el voto de los afiliados del PSRM, pero a día de hoy no es descartable que no lleguen a celebrarse las primarias previstas para el 19 de enero, a la vista de los apoyos exhibidos por uno de los contendientes. La fotografía del pasado viernes del candidato Francisco Lucas, rodeado de la secretaria de Estado María González Veracruz, la senadora Inma Sánchez Roca (que se retiró de la carrera un día antes), el alcalde de Mula, Juan José Moreno, y los portavoces socialistas en Cartagena, Murcia, Molina y Jumilla, entre otros, muestra nítidamente que el diputado nacional murciano es el claro favorito de los cargos orgánicos del partido. Minutos antes de esa imagen en la sede de la calle Princesa ya había trascendido, además, que el líder de los socialistas lorquinos, Diego José Mateos, también brinda su apoyo a Lucas, dejando al otro contendiente más fuerte, el exsecretario general Conesa, con la única baza de exhibir a los alcaldes de Los Alcázares y Bullas. Magro respaldo frente a un rival con el apoyo orgánico de Murcia, Cartagena, Lorca y Molina.
A día de hoy, Diego Conesa, como los otros dos rivales, el doctor Txema Almela y el abogado Juan José González, sigue en la tarea de reunir los avales antes del 3 de enero para ir a esas primarias, aunque a medida que avance la semana próxima veremos nuevas deserciones. Conociendo a Conesa, entre soñador y naíf, es probable que lo intente hasta el final, pese a que sus posibilidades son pocas. Aunque el actual secretario general saliente José Vélez no aparecía en la imagen, es evidente que apuesta por Francisco Lucas, el candidato también señalado por Ferraz. Tras el congreso federal de Sevilla, Vélez se postuló a todo prisa para seguir, aunque solo horas después de reafirmar su intención de repetir en las páginas de LA VERDAD del pasado domingo, anunció el lunes que se apartaba tras mantener una reunión con la dirección del partido en Ferraz, a donde fue llamado precisamente para eso. Con independencia del desenlace en los tribunales, la salida de Vélez era previsible tras la apertura de juicio oral por el caso de la plaza Calasparra. Los últimos sondeos electorales tampoco ayudaban. Venían a confirmar que las expectativas electorales con Vélez al frente serían aún peores que hace un año. El exalcalde de Calasparra nunca tuvo el perfil idóneo para pelear en las urnas por el sillón de San Esteban y eso tapaba el resto de cualidades que pudiera tener en el interno del partido. No toda la responsabilidad fue suya, pero, además de en las urnas, fracasó en la negociación con Ciudadanos cuando pudieron formar un ejecutivo de coalición en 2019 y también en la gestión de la fallida moción de censura de 2021. Momentos estratégicos que fueron decisivos y en los que fue copartícipe del fiasco el propio Conesa. De ahí que la marcha de Vélez era apoyada por no pocos dirigentes locales, que ahora se sitúan con Francisco Lucas, que viene sin esos y otros fracasos en su mochila. La unidad que refleja su candidatura en la citada foto, donde había sensibilidades y 'familias' diversas, es un activo muy relevante que puede llevarle a la victoria, porque sin duda es una de las cuestiones que más necesitan los socialistas en momentos especialmente complicados a nivel nacional por el 'caso Ábalos'.
El diputado Francisco Lucas es una incógnita electoral frente a Diego Conesa, que ganó unas autonómicas al PP en la Región aprovechando una ola socialista que recorrió España en 2019, pero carece de la vitola de perdedor de Pepe Vélez (fuera de su feudo en Calasparra). Sea uno u otro el nuevo líder del PSRM, se encontrarán con el problema de falta visibilidad porque ninguno de los dos es diputado en la Asamblea. De nuevo, el Partido Socialista murciano puede verse forzado a recurrir a la Delegación de Gobierno para tener esa presencia mediática que garantiza el conocimiento popular y la posibilidad de lanzar mensajes políticos.
Si finalmente el nuevo jefe de filas de los socialistas es Lucas, estaremos ante un giro lampedusiano porque se cambia de líder para en realidad no cambiar en lo sustancial, dado el excesivo marcaje de Ferraz. Puro gatopardismo, solo que revestido de proceso democrático interno para sustituir a un secretario general con una cuenta pendiente con la justicia por su joven 'delfín' que ha demostrado la misma fidelidad a la actual dirección de Sánchez, encauzando, por ejemplo, desde la presidencia de la Comisión de Justicia del Congreso, la polémica ley de amnistía para los condenados del 'procés'. La cuestión no sería muy diferente con Conesa porque la duda es si el PSRM, con su liviano peso en el conjunto del PSOE, puede llegar a marcar un perfil propio, como el que mantienen Page o Illa, al frente de comunidades autónomas de mayor influencia. Ni los pactos con independentistas ni algunas decisiones en materia de política hidrológica favorecen a los socialistas murcianos en una región mayoritariamente conservadora y en la que los nuevos votantes no parecen inclinarse hacia la izquierda. Culpar al electorado, como hacen algunos dirigentes, evita la necesaria autocrítica y los procesos de reflexión que garantizan un mejor resultado electoral.
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