Borrar
Defensas en verde y gris
Primera plana

Defensas en verde y gris

El temporal muestra una vez más nuestra vulnerabilidad en el actual escenario climático. El Ministerio hace bien en buscar 'soluciones basadas en la naturaleza' para el Mar Menor, pero no debe renunciar, ni allí ni en otros puntos, a las que aporta la ingeniería. Lorca necesita las presas previstas para las ramblas que la tienen en vilo

Domingo, 9 de marzo 2025, 07:30

El temporal que desde el domingo pasado descargó sobre la Región, con Lorca y Cehegín como municipios más afectados, mostró una vez más la capacidad de las instituciones y organismos estatales y regionales implicados en la gestión de las emergencias. El hecho de que las precipitaciones fueran más persistentes que torrenciales (la excepción fue la crecida de la rambla de Ramonete, que costó la vida a un agricultor el pasado domingo) hizo que la virulencia de la inestabilidad atmosférica no llegara a extremos incontrolables. Eso no significa que los daños hayan sido menores. Han comenzado a evaluarse desde este viernes pasado, pero ya se sabe que para algunas actividades son elevados. También ha supuesto una aportación relevante de agua para los cultivos de secano y la vegetación de nuestros montes que estaban en situación crítica, aunque apenas llovió en los embalses de cabecera. Lo cierto es que el temporal refleja, una vez más, lo expuestos que estamos a episodios de lluvias extremas, cuya recurrencia e intensidad crece cuanto más se calienta la atmósfera y el Mediterráneo.

La campaña iniciada por el Ayuntamiento de Lorca para reclamar la construcción de las presas de Nogalte, Béjar y Torrecilla, así como el canal de Biznaga, cobra especial urgencia y merece todo el apoyo. Son ya demasiados años de estudios previos, sin que su financiación esté asegurada, justo ahora que había fondos extraordinarios de la UE que están próximos a vencer. La Oficina Técnica de la Confederación Hidrográfica del Segura tiene hecho su trabajo, pero en el actual ciclo de planificación el Ministerio solo contempla licitar antes de 2027 la presa de la rambla de Tabala, el encauzamiento de la de Biznaga y la presa de laminación de Béjar. En el escenario climático que apunta a un descenso de las precipitaciones, la Región no necesita más embalses de almacenamiento, pero sí infraestructuras hidráulicas con las que defender bienes y vidas, así como los propios ecosistemas. Durante el pasado fin de semana, los tanques de tormentas construidos en el perímetro del Mar Menor recogieron hasta 200.000 metros cúbicos de agua que podían haber acabado en la laguna. De nuevo, el punto negro fue la rambla del Albujón. Debido al riesgo de desbordamiento, hubo de activarse dos veces la alerta a los vecinos de la zona. Una vez más, el espectáculo del agua con lodos vertiendo en el Mar Menor resultó sobrecogedor. La CHS tiene un plan en un tramo de 40 kilómetros para que esta rambla recobre sus valores naturales, se reduzca el riesgo de inundaciones y se frene su impacto sobre el Mar Menor. Paradójicamente, una de las principales actuaciones, previstas en una zona clave de la rambla, fue vetada por el propio Ministerio tras optar la CHS, con el objetivo de crear una zona de almacenamiento controlado de agua, por incluir en el cauce un azud, en lugar de elegir una 'solución basada en la naturaleza', como quiere el Ministerio en sus actuaciones en el Mar Menor.

Las 'soluciones basadas en la naturaleza' se han convertido en un prioritario método eficaz y más económico para mitigar los riesgos de una gran variedad de desastres, incluidas las inundaciones, aunque el concepto tiene poco de nuevo. Fue ni más ni menos lo que hizo Ricardo Codorníu hace más de un siglo plantando árboles en Sierra Espuña para evitar las riadas en Murcia y el Valle del Guadalentín. Las infraestructuras 'verdes' suelen ser más baratas, adaptables a cambios dinámicos y eficaces a largo plazo que las 'grises' de la ingeniería tradicional, pero las primeras, como las segundas, se aplican a veces sin una evaluación científica rigurosa. Algunas instituciones, como el Banco Mundial, están abogando por combinar intervenciones 'verdes' y 'grises' contra las inundaciones porque pueden ofrecer soluciones conjuntas más resilientes. En ciertas circunstancias, las infraestructuras de la ingeniería tradicional son a veces las únicas posibles para los fenómenos meteorológicos más extremos. Sin presas, por ejemplo, no habrá solución para las ramblas que amenazan a Lorca.

En el Mar Menor son tan necesarios los tanques de tormenta como los filtros verdes. El Ministerio hace bien en apostar por 'soluciones basadas en la naturaleza', pero debería hacerlo sin dogmatismos porque igual tienen razón los técnicos de la CHS cuando plantearon esa solución para el tramo medio del Albujón. El Ministerio debería actuar con rapidez tanto en esa rambla como en el acuífero cargado de nitratos agrícolas en el Mar Menor, donde ha optado por no intervenir. La renovación natural de los acuíferos es muy lenta. Ahí está el ejemplo de California. Después de soportar dos décadas de sequía severa, sobre California descargaron 16 ríos atmosféricos desde finales de 2022 hasta principios de 2023, seguidos de las lluvias torrenciales del huracán 'Hilary'. Fue un año excepcionalmente húmedo que llenó sus diezmados embalses. Sin embargo, un reciente estudio científico con interferometría sísmica acaba de mostrar que los acuíferos de la zona de Los Ángeles solo recuperaron un 25% del agua que fueron perdiendo desde 2006. Mucho tendrá que llover en el Campo de Cartagena para que se regenere por sí solo el acuífero del Mar Menor, con todo lo que eso comporta.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Defensas en verde y gris