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Primera plana

Conócete a ti mismo

El principal problema de Pedro Antonio Sánchez fue su desmedida ambición política, que le valía tanto para dinamizar a sus equipos como si no hubiera un mañana como para tomar atajos administrativos al margen de la ley, como ha quedado acreditado en el 'caso Auditorio', salvo que el Supremo diga lo contrario cuando toque

Domingo, 12 de marzo 2023, 07:36

No mucho tiempo después de verse forzado a dimitir, el expresidente Pedro Antonio Sánchez creó una empresa de consultoría y la llamó 'Nosce te ipsum' (Conócete a ti mismo), una frase latina que había visto infinidad de veces porque figura en un patio del Palacio de San Esteban. No duró mucho, pero poco después gestó otra firma unipersonal a la que llamó 'Tempori Parce', de la que se ha sabido ahora que recibió una ayuda del Info y dos avales del ICO, como otras muchas, no pocas de ellas 'empresas zombis' que van sobreviviendo a base de subvenciones públicas, como denuncia periódicamente la Comisión Europea. Solo sus más íntimos sabrán cómo le van los negocios, sobre los que existe un halo de leyenda que los sitúa detrás de no pocos concursos y adjudicaciones públicas en la Región, sin que exista ninguna prueba en ese sentido. PAS cuenta con tantos amigos como enemigos. Y prácticamente todos le reconocían las mayores capacidades políticas de entre quienes militan en las filas de la derecha regional.

El principal problema del lumbrerense fue que tanta adulación agigantó su descomunal talón de Aquiles: una ambición desmedida, que lo mismo valía para dinamizar a sus equipos como si no hubiera una mañana que para tomar atajos administrativos al margen de la ley, como ha quedado acreditado en el 'caso Auditorio', salvo que el Supremo, cuando toque, rectifique y falle que no prevaricó y cometió un delito de falsedad. De verse en Miami y lucir moreno vacacional en Instagram se puede ver en prisión, extremo que tendrá que cumplir como cualquier hijo de vecino si se ratifica su condena. Ahora sus compañeros de filas toman distancia en la antesala de una cita con las urnas. No me sorprende. Lo he visto muchas veces. Lo que sí me llama la atención es cómo el propio Pedro Antonio Sánchez llegó a pensar que nunca acabaría siendo conducido a juicio con una exhaustiva denuncia de por medio de la Fiscalía Superior y se lo hizo creer a todos a su alrededor, incluido Mariano Rajoy, al que le he oído contar en privado el falso relato de que era una persecución de la Fiscalía con fines políticos. No pocos medios de comunicación de Madrid llegaron a comprar esa ficción de que la Fiscalía era la responsable de las más de una decena de denuncias previas y que todas se archivaron. Ni lo uno ni lo otro era verdad. Lo único cierto es que la gran mayoría procedían del PSOE local. De hecho, el caso de su vivienda fue archivado por decisión del instructor Pérez Templado, juez que años después le encausó por el 'caso Auditorio', pero sobre todo porque la Fiscalía decidió retirar la acusación.

Esa obsesión por ser creído, querido y reconocido en su ascenso a lo más alto de la política le empujó a contactar con la red dedicada a mejorar la reputación digital que se había infiltrado en el PP de Madrid, y luego en la Región, pero tuvo la fortuna de que no se consumaron trabajos con dinero público por un chivatazo que obligó a la Audiencia Nacional a precipitar la desarticulación de la trama. Otro atajo que estuvo a punto de costarle caro. Y así, a trancas y barrancas entre asuntos judiciales, llegó a la presidencia, donde le costaba asimilar la obligación para este periódico de recordar, cuando el contexto informativo lo exigía, que ahí estaba la sombra judicial del 'caso Auditorio', como causa obligada de salida si le encaminaba al banquillo. No era un tema personal, sino de coherencia editorial. En el periódico siempre pensamos que la apertura de juicio oral es la línea roja para dimitir en casos de presunta corrupción política, salvo que en el momento de la imputación las evidencias fueran clamorosas o irreparable el daño democrático.

Unos años antes, el 4 de marzo de 2014, cuando aún estaba vivo en los tribunales el caso de su vivienda y era plausible que Valcárcel le designara su sucesor, publicamos un editorial titulado 'No así', en el que dijimos que PAS no podía ocupar San Esteban estando investigado por un juez. Un posicionamiento que nueve años después vale para el socialista José Vélez, que quiere ser elegido presidente en las urnas con una causa judicial aún sin aclarar, obviamente a su pesar, de su etapa como alcalde. Esta Región tiene estas cosas que serían imposibles en otro territorio con un foco público permanente y mayor exigencia social. En lo personal no deseo ningún mal a PAS y a Vélez, pero como conozco cuál es mi obligación, debo decir que la única suerte que me debe importar es la del conjunto de la ciudadanía de la Región de Murcia.

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