Riada de dolor y asco

Si tremendo ha sido el desastre producido por una gota fría anunciada, silenciada e infravalorada por algunos incompetentes que ha llenado de muerte, ruina, devastación, desesperación y tristeza a valencianos, manchegos y otros queridos compatriotas, y que ha conmocionado a todos los españoles de bien, peor, mucho peor, es el asco que suscita el comportamiento de algunos. Y no me refiero tanto a los que con impunidad, merced a la ausencia del toque de queda que debería haberse decretado, han saqueado tiendas, mercados y casas y que ojalá todo el peso de la ley con los agravantes correspondientes caiga sobre sus cabezas, sino a los que gobiernan desde Madrid y Valencia con tanta incompetencia: pardillos e incompetentes estos, y malvados, vacíos de inteligencia, moral y respeto humano aquellos.

Los valencianos, y yo con ellos, decimos basta, se acabó, ni un momento más soportando este gobierno sanchista trufado de incompetentes, hipócritas ventajistas solo pensando en su lucro y su sillón. Y enfrente, los que aspiran a tomar el relevo, atajo de pardillos cayendo una y otra vez en las trampas que Sánchez y sus mariachis les tienden con tanta habilidad como malicia.

«Si quieren ayuda, que la pidan». Esta sola frase pronunciada por el presidente de cualquier país democrático ante una tragedia de esta envergadura sería su tumba política. Si además añadimos la perversa estrategia de dejar todo en manos del Gobierno valenciano, casualmente del PP, no querer proclamar el estado de emergencia, la alerta, negarse a decretar por seguridad nacional la movilización de todo el aparato del Estado con el presidente del Gobierno al frente, con el único y perverso fin de que los representantes de la 'derechona' se ahoguen en el lodo de la riada y puedan dejar el campo valenciano libre para ser ocupado por el sanchismo, esta maldad merece una respuesta contundente, superior a la que Cobarde Sánchez ha tenido en su fallida visita a Paiporta. En el pecado llevará para siempre la penitencia: esa huida dejando a los Reyes solos es la peor imagen que tendrá que soportar y que le perseguirá hasta que no tenga más remedio que salir de España con la misma rapidez que lo hizo de Paiporta.

El pánico a perder el poder es tal que a cada innoble acción responden él y sus mariachis con tantas mentiras que ya dan más risa que pena: «El presidente en peligro de muerte por la agresión de unos ultraderechistas marginales», «Aconsejamos al Rey anular esa peligrosa visita», repiten como cacatúas ministros, periodistas y tertulianos a sueldo del sanchismo, siguiendo las consignas del mastodóntico gabinete monclovita. Menos mal que toda España ha podido ver en vídeos grabados por gente normal, y no por secuaces, que el arma arrojadiza que pudo 'costarle la vida' a Cobarde Sánchez no era más que un palo de escoba que impactó en uno de sus escoltas sin producirle ni una rozadura.

Y ahora este autócrata pretende chantajear a tirios y troyanos con la amenaza de que o se aprueban sus torticeros presupuestos, esos con los que con nuestros dineros compra a independentistas comunistas y filoetarras para que le sigan ayudando a estar al mando unos años más, o no podrá haber ayudas para paliar el daño de la riada. Y lo dice el mayor derrochador de dinero público, el que pretende copar todas las instituciones para colocar a sus leales servidores, el que mientras valencianos y manchegos morían no tenía otro interés que asaltar la ruinosa TVE. Le ha salido el tiro por la culata y nadie ha hecho caso a su asqueroso chantaje.

Desde el repudio de la violencia, muchos españoles de bien nos sumamos a los gritos de los vecinos de Paiporta y le decimos a Cobarde Sánchez en su trasero, porque a la cara es imposible dada su vergonzosa huida: no puedes seguir ni un momento más al mando del Gobierno de España, eres un sectario, una mala persona, un inútil carente de moral y, además, un cagón. ¡Vete!