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Veritas vincit

Aquí paz, y después gloria

Piensen que a la noche más oscura siempre sucede la mañana más luminosa, que no hay mal que cien años dure

Martes, 26 de diciembre 2023, 00:02

Cuando Juana III de Navarra, Juana de Albret, condesa de Foix y Bigorra, vizcondesa de Bearne, Marsan y Tartas, ordenó al monje Joanes Leizarraga que ... tradujera al euskera la Biblia, convirtiendo así el libro sagrado en el primer documento en esta singular lengua, no sabía que iba a permanecer en el recuerdo de muchos vascos que la consideran hoy su última reina, porque aunque su hijo Enrique heredó el trono, su derrota contra el aragonés Fernando el Católico fue un baldón para la posteridad. La Navarra que ahora, apoyada en la historia, reclama los recién blanqueados por don Sánchez I el Pacificador, para así conseguir la expansión de Euskal Herría, no es la de Pamplona, Estella, Tudela, la nuestra, la que anexionó el Rey Católico a Castilla y Aragón, sino la Baja, la de los Albret, la Nafarroa Beherea, integrada desde hace siglos en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos y cuya capital es San Juan Pie de Puerto. Ahí quiero ver a los 'valientes' gudaris de Bildu exigiendo a los franceses la devolución a Euskadi de ese territorio cuya última reina fue Juana de la que os hablé más arriba.

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