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Una de las primeras actuaciones de Naciones Unidas tras su creación en el año del Señor de 1948 fue la Declaración Universal de los Derechos ... Humanos y así respondía el mundo a los actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Su adopción reconocía que los derechos humanos son la base de la libertad, la justicia y la paz. En su artículo 19 se declara que «todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». Este derecho comprende, además, la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, ya sea oralmente, por escrito, o a través de las nuevas tecnologías de la información.
Nuestra Constitución, en su artículo 20-1, dice: «Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos ideas y opiniones mediante la palabra el escrito o cualquier otro medio de reproducción; a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. Solo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial». Y deja la cosas muy claras en tocante a la libertad de expresión, pero este liberticida, que tenemos la desgracia de que nos presida con el apoyo de comunistas, separatistas y filoetarras, quiere tenernos a todos en un puño, hacer lo que le salga de sus cataplines, que nadie pueda protestar y, lo que es peor por humillante, que tengamos que aplaudir a todo lo que se le ocurra a este 'caudillito' y a su querida esposa.
De derrota en derrota se dirige este sátrapa liberticida, infectado de las más abyectas ideas comunistas, al abismo sin que le importe una higa arrastrar con él a muchos españoles abducidos por este encantador de serpientes. Es a ellos a los que me dirijo desde mi libertad de expresión sin miedo, ni rencor, ni ataduras. Hace muchos años, españoles de bien, de una y otra ideología a pesar de los dramas civiles y familiares acaecidos durante nuestra guerra incivil, muerto el dictador Francisco Franco hicimos un acto de valentía, inteligencia y generosidad, nos dimos el más sincero y fructífero abrazo con las miras puestas en un futuro lleno de esperanza, dejando atrás nuestro triste pasado. Y ahora, tras más de cuarenta años de paz y prosperidad, llega este miserable caudillito a intentar ponernos de nuevo unos frente a otros con el solo objeto de perpetuarse en el mando, en las prebendas y en la corrupción inherente a todo sistema totalitario.
La alternancia en el poder, el respeto al adversario sabiendo que nadie está en posesión absoluta de la verdad, la separación de poderes, el respeto a las instituciones del Estado, la aceptación de la crítica y el sometimiento a las leyes son los pilares del sistema democrático que proclama nuestra ley de leyes. Ni rojos ni blancos, ni amarillos, ni verdes, dejemos los colores para la paleta del pintor, y votemos en libertad, sin odio inducido, sin manipulaciones interesadas y con las miras puestas en aquellos que garanticen nuestra paz y nuestro progreso desde la más completa libertad. Basta de mentir, de tapar corrupciones, de enfrentarnos con países democráticos, de utilizar calificativos tan despreciables como falsos, para intentar anular a quien se les opone. Fascistas llaman a los que nunca se han visto con el brazo en alto y la mano extendida aquellos exaltados, los que con el puño cerrado recitan sin regomello ese himno de la Internacional Socialista manchado de sangre y cuya letra comienza con algo tan ridículo como obsoleto, «Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión» y sigue «Ni en dioses reyes y tribunos está el supremo poder salvador. La ley nos burla y el Estado oprime al productor». Por cierto, lo de soplar la potente fragua para que el tirano caiga deberían suprimirlo por lo que pueda ser aplicado a alguien muy cercano a los exaltados cantores. Volvamos al abrazo entre españoles de bien que somos la gran mayoría, recuperemos el espíritu de la Transición y acabemos en las urnas con los 'nerones' que mandan pegar fuego a todo y a todos los que se opongan a sus maneras dictatoriales para poder seguir en el machito.
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