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Año 265 a. C. Hierón II sucede a Gelón en el gobierno de Siracusa. Para conmemorar su ascenso al trono entrega al mejor de sus ... orfebres un lingote de oro con el que fabricar una gran corona. Al recibirla duda de la honradez del artesano y hace llamar a Arquímedes, uno de sus sabios asesores. Difícil cometido ese de comprobar si la corona es de oro puro o el taimado orfebre lo ha mezclado con plata, quizás con cobre, pero el físico y matemático no se da por vencido. Una mañana, mientras disfruta de un relajante baño ve que en la tina el agua sube cada vez que se sumerge en ella. Ya tiene la solución: la densidad del oro no es igual que la de la plata ni la del cobre y para comprobar si hay fraude solo hay que sumergir en una vasija la corona y un lingote de oro de igual peso y al ser distintas las densidades difiere el volumen del agua desalojada. Arquímedes pudo así atestiguar que el taimado orfebre se la había intentado dar con queso al monarca. ¡Eureka! fue el épico alarido con el que celebró su descubrimiento corriendo desnudo por la plaza.

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laverdad ¡Eureka!