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Un señor en un barco pierde momentáneamente la visibilidad, debido a un poco de arena en el viento, en el Canal de Suez, y se paraliza la economía mundial. Otro señor en Wuhan no se lava las manos tras el trabajo o se deja una ... probeta a medio cerrar y se paraliza la economía mundial y el mundo entero. El planeta dejará de girar un día de estos y saldrá de su órbita porque se extinga una rara especie de hormiga en el extremo suroriental de Borneo. Qué bien poca cosa es, no nuestra vida, sino la Creación en general. La luz de una lejanísima estrella se extingue pero su último rayo basta para cegar una milésima de segundo a quien maneja los hilos y nos quedamos sin nada. «Un albañil cae de un techo/ muere y ya no almuerza», que decía el poema de César Vallejo. Estamos viendo señales que nos dicen «es inútil» y aún hay quien cree en sus fuerzas y no se postra formando una cruz en el suelo. Antes del fin siempre llegan las vísperas que lo anuncian. Y aún hay quien se cree importante por poder invitar a su churri al mejor champán y que ella lo cuente a sus amigas. Hay gente –la mayoría de la gente– que se cree inmortal, invulnerable por eso.

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laverdad Acabar con el mundo