Borrar
Simón Asenjo, secretario de la Asociación Murciana de Cetrería, con su hembra de halcón peregrino a punto de levantar el vuelo. A. Franco
La cetrería levanta el vuelo en la Región

La cetrería levanta el vuelo en la Región

El decreto para regular esta modalidad cinegética, que ya tiene el visto bueno del Consejo Económico y Social, da los últimos pasos para estar listo antes de final de año

Miércoles, 19 de septiembre 2018, 11:24

La declaración de la cetrería como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el 16 de noviembre de 2010 -el Patrimonio Inmaterial más internacional de la Unesco, pues incluye actualmente a 18 países- ha obligado a los territorios nacionales en los que se practica esta modalidad de caza a regular su actividad. Una legislación de la que ya disponían la Comunidad Valenciana (1988), Andalucía (1997), Castilla y León (2003), el Principado de Asturias (2003) y Navarra (2009), y que desarrollaron posteriormente Extremadura (2011), Álava (2013) y Castilla-La Mancha (2014). A estos territorios está a punto de sumarse la Región de Murcia, donde la normativa se comenzó a elaborar en 2016 y, con el dictamen favorable del Consejo Económico y Social (CES), está pendiente del dictamen del Consejo Jurídico para ser aprobado por el Consejo de Gobierno y publicarse en el BORM, lo que hace prever que antes de que acabe el año estará en vigor.

Tras pasar por el Consejo Asesor de Caza y Pesca Fluvial y someterlo a información pública, la Comunidad creó el Registro de Aves de Cetrería (Cetremur) en marzo de 2017, una importante herramienta que ha permitido reducir el impacto que este tipo de caza tuvo en el medio natural, el expolio de nidos de las aves rapaces utilizadas para cetrería. Hoy, reconocen los cetreros más experimentados y los naturalistas, esta práctica se ha minimizado, ya que los registros de aves buscan precisamente garantizar el origen legal de los halcones, azores y águilas de Harris, entre otras especies usadas en cetrería, garantizando la trazabilidad del ejemplar y su cría en cautividad. «En las zonas rurales era de sobra conocido que este o aquel nido eran expoliados habitualmente. Es cierto que ahora esta práctica se ha reducido drásticamente», reconocen naturalistas conocedores de las poblaciones nidificantes de aves rapaces.

La Región de Murcia será zona de entrenamiento de halcones y distinguirá a los que mejor vuelen con la anilla 'Baron Island Falcon'

«Queremos este control»

«Los cetreros estamos encantados de que haya un fuerte control de las aves de cetrería porque no queremos que se nos vincule con la expoliación. En los años 80 se hizo común el expolio de nidos de rapaces y los veterinarios solo podían ver el polluelo junto a los padres. Ahora, el anillamiento, que es obligatorio y se hace en sus primeros 7 días de vida, cuando los huesos de la pata todavía son muy flexibles; el endurecimiento de las consecuencias para los traficantes; y las pruebas de ADN que los servicios veterinarios de las comunidades autónomas hacen por sorpresa a los criadores para certificar la paternidad de los polluelos y su legalidad han acorralado el tráfico ilegal. Y, nosotros queremos ese control; buscamos denunciar a quien no funciona como debiera», asegura Javier Ceballos, representante de España en la Unesco en temas de cetrería y experimentado cetrero. Y cifra, «como mucho, en un 5% el número de aves de origen ilegal dentro de la cetrería. Es como conducir sin seguro, no compensa a nadie». Y apunta el veterano cetrero Fernando Brizuela que, «gracias a Félix Rodríguez de la Fuente, se prohibió coger las aves de presa de la naturaleza para la cetrería. Hoy todas son de reproducción en cautividad y la mayor parte de inseminación artificial, porque muchos son híbridos de halcón peregrino y gerifalte».

Además, afirma Ceballos, el control de la cría y su generalización ha reducido a más de la mitad los precios de las aves de presa para cetrería en la última década. «Un azor finlandés, más grande y tranquilo que uno ibérico, costaba hace 10 años 3.000 euros y ahora lo encuentras por menos de 1.500; un harris ha pasado de 1.000 a 200 euros; y un azor ibérico, de 2.000 a menos de 1.000», valora Ceballos.

Con 47 cetreros en posesión de la licencia C1 (obligatoria para esta práctica), «en las últimas décadas ha habido unos 200 cetreros en la Región de Murcia», desde Medio Natural aseguran que el 23 de mayo de 2018 se aprobó un decreto estableciendo las pruebas de aptitud necesarias para obtener esta licencia de caza y «garantizar la correcta formación para realizar un uso sostenible de los recursos cinegéticos y compatibilizar el resto de usos y usuarios de los espacios naturales y agrícolas».

Además, la Asociación Murciana de Cetrería, que preside Ramón Cuenca, defiende que «es un arte para transmitirlo. Por eso, desde la asociación facilitamos asesoramiento, seguros y la posibilidad de aprender de la mano de la mano de un cetrero experto para no cometer errores que te hagan perder aves por enfermedades causadas por cuidados deficientes e inadecuados», aclara Cuenca.

Un arte milenario

Esta práctica, cuyo origen en la península se atribuye a los pueblos germánicos, en torno al siglo VI d.C., implica cazar, defiende Simón Asenjo, secretario de la asociación murciana. «No estamos muy a favor de la exhibición que se hace de las aves de cetrería en mercados medievales, porque realmente no practican la cetrería. Defendemos mantener intacta la tradición que la ha convertido en patrimonio de la Unesco», alega Asenjo. Y ambos representantes de los cetreros de la Región aseguran que «la cetrería no perjudica los espacios protegidos ni el medio natural: Con nuestros halcones vuelan otros silvestres; la cetrería esta muy relacionada con mantener la capacidad innata de las aves de cazar las presas que les levantan otras especies; no es una caza masiva, ya que donde caza un cetrero no puede cazar un segundo y no se pueden solapar, hasta que no termina un ave no se suelta otra. Además, el cetrero nunca desaprovecha la caza y, la de bajo vuelo (azor y harris), permite la caza sin muerte, poniéndoles fundas en las garras a las aves», añade.

Sello de excelencia

Empeñado también en poner el valor el patrimonio de la cetrería en la Región de Murcia, el propietario de la Isla del Barón ha puesto en marcha un proyecto que recupera la historia de las islas del Mar Menor. «Investigando, descubrió que se habían criado y entrenado halcones en el siglo XV, bajo el reinado de Juan II de Castilla, y que la isla fue real coto de caza de Felipe V, también con halcones. Y de ahí surge el proyecto, que entronca con la capacidad que ha tenido la familia propietaria, durante siete generaciones, de mantener prácticamente intacto el medio natural» en un entorno devorado por el urbanismo desaforado, cuenta Ceballos, que asesora al promotor de la idea, Gonzalo Quijano. De hecho, la gestión del espacio natural ha merecido el Anders Wall Awards, premio otorgado por la fundación sueca que le da nombre y la Comisión Europea, por su labor en la conservación del paisaje natural, la biodiversidad y la cultura heredada, además de promover un desarrollo sostenible. Un galardón que el director general de Medio Ambiente de la Unión Europea, Daniel Calleja, le entregó en la Isla del Barón en mayo pasado. Además, cuenta con la certificación Wildlife Estate, otorgada a propiedades probadamente respetuosas con la biodiversidad por la asociación Friends of the Countryside, de la que es miembro.

Ahora, pendientes de los permisos de la Administración regional, la Isla del Barón «se convertirá en territorio para el entrenamiento de halcones. Volar sobre el mar exige a un halcón un esfuerzo extraordinario, ya que no cuenta con las corrientes térmicas que en tierra les ayudan, por eso es un lugar muy bueno para entrenarlos y fortalecerlos», explica Ceballos. Y añade que, de momento, la idea es realizar estancias en la isla para entrenamientos de estas aves y crear la anilla 'Baron Island Falcon', un sello de excelencia con el que distinguir a los halcones que mejor vuelan. Una iniciativa en la que trabajan ya Bernardo López-Pinto, uno de los mejores criadores del mundo, y el propio Javier Ceballos.

Un proyecto con paso firme que hará levantar el vuelo de la cetrería en la Región y que la situará en el amplísimo mapa mundial de esta modalidad de caza.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad La cetrería levanta el vuelo en la Región