Borrar
Formación de 'Tetraclinis articulada' en El Sabinar, donde no ha aumentado la población en los últimos anos a causa del pastoreo intensivo
¿Y si el ciprés de Cartagena no    es  autóctono?

¿Y si el ciprés de Cartagena no es autóctono?

El vinagrillo es de Sudáfrica, los cítricos, de Asia, y las paleras o chumberas, de América Central. Son algunas plantas que forman parte del paisaje de la Región de Murcia y que a muchos huertanos puede sonar raro que no sean autóctonas.

MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

Viernes, 17 de junio 2016, 10:06

Investigadores de las áreas de Botánica y Ecología de la UMU realizarán un estudio genético de las poblaciones de 'Tetraclinis articulata' de la Región para aclarar el origen de las que han sido introducidas

INVESTIGACIÓN

El vinagrillo es de Sudáfrica, los cítricos, de Asia, y las paleras o chumberas, de América Central. Son algunas plantas que forman parte del paisaje de la Región de Murcia y que a muchos huertanos puede sonar raro que no sean autóctonas. El vinagrillo, incluso, ha sido declarado especie invasora. Existen otros ejemplos en los que no está tan claro su origen, aunque muchos defienden que son de aquí, como la tortuga mora o la gineta, mientras que otros alegan que fueron introducidas desde el norte de África.

Es también el caso del ciprés de Cartagena ('Tetraclinis articulata') que, aunque es un árbol emblemático de la Región, investigadores de las áreas de Botánica y Ecología de la Universidad de Murcia (UMU) consideran que sería recomendable realizar un estudio genético exhaustivo para determinar el origen de todas las poblaciones regionales, tanto de las supuestamente naturales como de las introducidas.

El grupo de Biología, Ecología y Evolución de Briófitos y Espermatófitos de la UMU (E005-07) finalizó recientemente un trabajo sobre la diversidad genética de esta especie en toda su área de distribución (cuenca del Mediterráneo), que incluyó las diversas poblaciones naturales de Cartagena, el norte de África y Malta.

Los resultados, según indica Juan Francisco Jiménez, quien se encargó de los análisis moleculares, son al menos «intrigantes», en el sentido de que si bien los elevados valores de diversidad genética observados parecen indicar que las poblaciones de la Región son de origen natural, no se encuadran en base a su perfil genético con las del norte de África (Marruecos y Argelia), las más cercanas geográficamente, sino que se encuentran más relacionadas con las del Mediterráneo oriental (Túnez y Malta).

¿Vino con los fenicios?

A raíz de los datos recopilados, el estudio plantea la hipótesis de que dado que la especie se encuentra en una zona minera que ha sido explotada ampliamente desde el tiempo de los fenicios, que tuvieron importantes asentamientos en la zona de Túnez y posteriormente en Cartagena, cabe la posibilidad de que fueran ellos los que la importaran hace unos 2.500 años o que, al menos, hicieran repoblaciones con material genético posiblemente tunecino.

La otra teoría que se plantea es que las poblaciones ibéricas y norteafricanas hubieran quedado ya separadas durante el Terciario, antes de la crisis del Messiniense (hace más de cinco millones de años). Así, pudieron haberse visto influenciadas por los movimientos tectónicos ocurridos en el Mar de Tetis (precursor del Mediterráneo) durante el Mioceno (entre 25 y 5 millones de años atrás) en los territorios que estaban ligados a lo que hoy en día es el este peninsular y el sur de Francia, que fueron desplazándose por el Mediterráneo hacia el Este, dando lugar a algunas islas como Córcega, Cerdeña, Sicilia, el Norte de Calabria o algunas sierras litorales de Argelia (Cabilia). De manera que algunas poblaciones migraron sobre estas plataformas, poniendo en contacto las poblaciones ibéricas con las que actualmente ocupan los territorios de Túnez y Malta.

Patrones similares han sido encontrados al estudiar la estructura genética de otras especies arbóreas que datan del Terciario, como el pino rodeno ('Pinus pinaster'), algunos abetos ('Abies sp. pl.') o el alcornoque ('Quercus suber').

El profesor de Botánica de la UMU y director del grupo de investigación, Pedro Sánchez Gómez, expone que no se puede descartar que 'Tetraclinis articulata' no sea autóctono, pero también «parece que existe una clara influencia de las introducciones efectuadas por los fenicios». Argumenta que es una especie que a lo largo de la historia ha estado muy ligada a la explotación minera y existen datos que apuntan hacia un origen muy relacionado con el mundo fenicio, por su relación con los cartagineses.

Otro tema que levanta muchas dudas, en su opinión, es el hecho de que se encuentra restringida a la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, cuando existen diversos puntos geográficos en la Región, como Sierra Espuña y Carrascoy, en los que esta especie se adaptaría mejor.

Por otro lado, existen estudios antracológicos -identificación botánica de carbones y maderas antiguos- en los que se han encontrado maderas carbonizadas atribuidas a esta especie desde la Edad del Bronce, hace unos 4.000 años, en algunos yacimientos arqueológicos de Murcia y Almería. Concretamente, en Los Millares (Almería), Mazarrón, Coy (pedanía de Lorca), Fuente Álamo y Jumilla, lo que podría avalar el carácter autóctono de 'Tetraclinis articulata'. Sin embargo, Sánchez Gómez apunta que el comercio con el norte de África ya era importante en este periodo. De hecho, se han encontrado algunos yacimientos con marfil, «lo que no significa que en esa época hubiera elefantes en la Región».

Algunos estudios palinológicos -identificación botánica del polen-, como el del yacimiento arqueológico de Punta de Gavilanes (Mazarrón), también se refieren a la supuesta presencia de Tetraclinis en la Edad del Bronce. Sin embargo, su abundancia en los registros coincide con la presencia de los cartagineses, hace aproximadamente 2.500 años. El profesor de la UMU recalca que, tanto en la identificación de algunos carbones como de pólenes, «a veces quedan dudas razonables sobre la identidad, lo que añade una mayor incertidumbre».

Escrutar el ADN

Para solventar las dudas, el grupo de investigación colaborará con el ecólogo Miguel Ángel Esteve, uno de los mayores expertos en 'Tetraclinis articulata', en un proyecto para analizar las poblaciones murcianas mediante estudios genéticos. El objetivo es aclarar su origen y distinguir los individuos supuestamente nativos de los que han sido introducidos, además de la procedencia exacta de las semillas.

Jiménez detalla que el trabajo se basará en el estudio de los STR -siglas en inglés de Short Tandem Repeat-, también denominados microsatélites, unas secuencias repetitivas cortas que están distribuidas a lo largo del ADN, utilizando marcadores específicos de 'Tetraclinis articulata' que han sido desarrollados a través de un proyecto reciente realizado por investigadores de la Universidad de Sevilla. «Esta técnica permite establecer relaciones de parentesco entre individuos de manera muy fiable. De hecho, es la que se usa habitualmente para hacer análisis de paternidad en humanos», explica.

Uno de los principales problemas con esta especie es que, dado su interés forestal, se ha introducido de manera artificial en diversos lugares. Por este motivo, existen repoblaciones en Sierra Espuña o en las dunas de Guardamar (Alicante). Incluso, la población que existe en La Algameca, al oeste de Cartagena, se pensaba que era autóctona, pero posteriormente se descubrió que fue introducida por militares, por lo que Sánchez Gómez advierte de que las «consideraciones sobre el área natural de Tetraclinis deben tratarse con cautela».

La trascendencia de saber si los individuos son naturales o no reside en que se puede producir un proceso de contaminación genética irreversible. Si una población nativa se poliniza con otra que no lo es, puede dar lugar a híbridos genéticos y tener descendientes que no son totalmente autóctonos, lo que les perjudica en lo que se refiere a la adaptación al ambiente. «Al tener unos requerimientos ecológicos diferentes, se perjudica a los ejemplares autóctonos, porque la descendencia estará peor adaptada» a las peculiares características territorio, explica.

Las poblaciones de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión son las únicas que hasta ahora se consideran naturales dentro de Europa, a nivel continental, porque también las hay en Melilla y Malta. En España, existen repoblaciones en Málaga y en el Parque Nacional de Doñana, donde algunos autores defienden su carácter autóctono por su antigüedad.

La realidad es que el área natural de 'Tetraclinis articulata' es el norte de África, principalmente Marruecos, Argelia y Túnez, donde hay aproximadamente un millón de hectáreas. Tan solo Marruecos cuenta con unas 600.000 hectáreas ocupadas por esta especie, ya sea formando bosques monoespecíficos o combinada con otras especies como pino carrasco, alcornoque, encina, sabina de dunas e incluso sabina albar.

Única en Europa

La importancia de 'Tetraclinis articulata' radica en que es única en Europa. Existen pocas rarezas similares en el continente. Los únicos ejemplos comparables, en lo que a coníferas se refiere, son el abeto de Sicilia, del que hay unos 30 ejemplares, o el pinsapo de la Sierra de Grazalema (Cádiz). Además, sus parientes más cercanos, a nivel morfológico, son especies muy antiguas del género Callitris y Widdringtonia, que se encuentran en Australia y Sudáfrica.

Es un árbol que suele medir entre cuatro y siete metros de altura, aunque en condiciones óptimas puede alcanzar los 15, que pertenece a la familia de las cupresáceas (cipreses, enebros, sabinas,). El tronco es de color grisáceo y las piñas son más pequeñas que las de los más comunes cipreses.

Su principal peculiaridad es que se trata de la única especie dentro de su género, cuando de pino, por ejemplo, hay más de 100. En el caso de la Región, su área de distribución se encuentra a ambos lados de Cartagena, con los principales núcleos en la parte oriental, en la zona del Parque Natural de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila.

Dado el interés que despierta como especie arbórea y por su rareza, ha sido objeto de numerosos estudios. Para la ciencia, se descubrió en Europa hace poco más de un siglo y se sabe que el nombre vernáculo correspondía a sabino, aunque la lista de nombres que recibe es muy extensa, desde ciprés o sabina de Cartagena, hasta alerce africano, 'araar' -la denominación árabe más extendida- o 'gharghar' -en Malta-.

En el área de Ecología de la UMU, Miguel Ángel Esteve y Jesús Miñano han realizado numerosos trabajos sobre esta especie a nivel de biología reproductiva y de cómo evolucionan las poblaciones en la actualidad y en diversos escenarios relativos al cambio climático. De hecho, fueron los principales redactores en 2010 de su plan de conservación, dado que se encuentra protegida en la Región al estar calificada como 'vulnerable', aunque no llegó a aprobarse.

El primer trabajo moderno de censo sobre el estado de las poblaciones se llevó a cabo en el departamento de Botánica de la UMU, por encargo de la Dirección General de Medio Ambiente, en 1989. Desde entonces, se ha observado que las cifras se han cuadruplicado, al pasar de unos 2.000 individuos a superar los 8.000 en la actualidad -hace seis años se calcularon entre 5.000 y 5.500-, debido a la disminución de la presión de la minería y del pastoreo, y el mayor control de las urbanizaciones por la protección del territorio y de la especie.

Además, ocupan un área cercana a las 300 hectáreas, repartidas a lo largo de un territorio de unos 82 kilómetros cuadrados -área que delimita todos los lugares conocidos en los que hay ejemplares de la especie-.

En general, la mayoría de los núcleos de Tetraclinis presentan tasas reproductivas positivas, siendo algo inferiores en las zonas incendiadas. Tan solo es negativa en El Sabinar, cerca de Atamaría, la única población donde aún existe pastoreo intensivo, aunque supone una parte muy pequeña del total. Los estudios indican que hay unos 1.000 individuos que son reproductores.

Hábitat prioritario

A nivel de conservación, también está incluida como 'vulnerable' en la lista roja nacional de 2008 y los bosques de Tetraclinis están considerados por la Unión Europea como 'hábitat prioritario' (anexo I de la directiva Hábitat). Así, buena parte de las poblaciones cartografiadas en 1995 pasaron a formar parte de diversos Lugares de Interés Comunitario (LIC) y, por tanto, de la Red Natura 2000.

Posteriormente, en 2005, las mejores poblaciones fueron incluidas a nivel regional en un censo de microrreservas botánicas o Lugares de Interés Botánico, figura que no goza por el momento de respaldo legal.

Sin embargo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) realizó un estudio global en el que concluye que la especie no se encuentra amenazada, aunque el motivo es que las poblaciones norteafricanas son muy abundantes, pese a que han experimentado un deterioro importante en los últimos años debido al sobrepastoreo y al uso de la madera para leña, alimentar al ganado o artesanía. Incluso, la oleoresina del árbol, denominada 'sandaraca', tiene muchas aplicaciones a nivel medicinal y terapéutico. También se utilizaba antiguamente para entibar minas, es decir, apuntalar y fortalecer con maderas las excavaciones con riesgo de hundimiento, lo que podría ser la causa de que solo habite en la Sierra Minera.

En la actualidad, se ha solicitado a la Unión Europea un proyecto Life para el estudio, desde diversas perspectivas, de la especie, en el que están implicados la Dirección General de Medio Ambiente, la Universidad de Murcia, el Ayuntamiento de Cartagena, la Fundación Sierra Minera y la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse), junto con otras entidades que apoyan la iniciativa.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad ¿Y si el ciprés de Cartagena no es autóctono?