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José López de Haro, apostado para sacar fotos. JOSÉ LUIS ROS CAVAL / AGM
José López de Haro: «El ecologismo parece menos polarizado; es algo positivo, pero ha perdido fuerza»
Profesional de cajas de ahorro retirado, fotógrafo y naturalista

José López de Haro: «El ecologismo parece menos polarizado; es algo positivo, pero ha perdido fuerza»

«La capacidad que tuvo Félix Rodríguez de la Fuente para introducirse en las casas no la ha superado nadie en este país»

Martes, 3 de enero 2023, 08:04

Hasta que desapareció, hace unos años, la vida profesional de López de Haro (Puerto Lumbreras, 1958) transcurrió en una caja de ahorros. «Pero eso ha sido sólo la mitad del tiempo –advierte– porque la otra mitad (la vocacional) ha transcurrido como naturalista y fotógrafo de naturaleza de modo autodidacta. Y con eso sigo». La naturaleza siempre ha tirado de él, desde que nació dentro de una familia «de modestos agricultores y ganaderos» y se matriculó en la carrera de Biología, que luego abandonó, hasta que –entre otras «aventuras»– coeditó la primera revista ecologista de esta región con cierta periodicidad –'La Carrasca'– y expuso sus imágenes de naturaleza, tomadas en varios países. También ha impartido cursos en la Región.

–¿Qué le llevó a aficionarse al naturalismo?

–Mi padre era agricultor y, después de la escuela, me tocaba ayudarle en las tareas agrícolas y los cuidados de una pequeña granja porcina. Tenía un contacto continuo con las aves y los animales de la huerta que, al fin y al cabo, es un territorio de 'bosque domesticado', donde el arbolado y las plantas las cultiva el agricultor; pero la fauna, tanto de aves como de pequeños mamíferos, reptiles, insectos, etc., es salvajes. Me fascinaba observar e identificar esos animales. De joven recorría con un amigo las ramblas y sierras del pueblo buscando nidos y posaderos de rapaces. Ahí comenzaron mis primeros pasos en esto.

ESTRÉS

«Los sinsabores del trabajo bancario los combatía pateando campos y montes»

–¿Cómo ha cambiado el ecologismo desde que usted se adentró en este mundo?

–En los 80, había en Murcia un ambiente reivindicativo muy acusado, heredero de las luchas por instaurar la democracia, aunque el movimiento ecologista estaba en ciernes. Éramos pocos, pero muy concienciados. Entonces nos manifestábamos por un río Segura limpio y no contaminado, por la protección de Calblanque, contra la especulación urbanística de nuestro litoral, incluido el Mar Menor. Ahora, el ecologismo quizá está menos polarizado ideológicamente, pero porque ha extendido mucho su base. Han calado bastante sus reivindicaciones en un mayor número de ciudadanos; sobre todo gente joven. Eso es muy positivo, aunque me parece que se ha perdido fuerza de convicción y espíritu crítico. En el Mar Menor, por ejemplo, parece que una buena parte de la sociedad reivindica su restauración ambiental más por una cuestión turística. Denuncia menos las causas y a los causantes políticos, empresariales, etc., que han consentido su sobreexplotación. Ambas son posturas lícitas, pero deberían ir de la mano.

–Profesionalmente usted desarrolló su actividad en la banca. Parece un ámbito muy alejado de la sensibilidad medioambiental. ¿O ese planteamiento es un viejo prejuicio que ya no tiene sentido?

–En banca no. Sí en el ámbito de las cajas de ahorro, que desarrollaron una obra social importante, financiando actividades culturales y lúdicas, editando muchas publicaciones divulgativas sobre naturaleza y patrimonio regionales, por ejemplo. Todo eso pasó a ser testimonial cuando pasaron a manos de los bancos. Trabajar en una caja de ahorros, como tenía jornada intensiva, me permitía por las tardes desarrollar mi vocación naturalista y fotográfica. Al final, el estrés y los sinsabores del trabajo bancario los combatía pateando campos y montes, observando fauna y descubriendo y fotografiando espacios naturales.

–¿Cómo acabó apasionándose por la fotografía de naturaleza?

–Creo que fue por la influencia que en los jóvenes de mi generación tuvieron los programas de Félix Rodríguez de la Fuente. La capacidad de Félix para divulgar y meterse en las casas de los españoles a través de la televisión, dando a conocer las intimidades de la fauna ibérica en series documentales como 'El Hombre y la Tierra', quizás aún no la ha superado nadie en este país. Y yo quise revivir esas imágenes a través de la fotografía. No resulta fácil, pero si logras al menos una fotografía estéticamente atractiva o que refleje el comportamiento íntimo de un animal, la satisfacción es inimaginable y uno da por bueno el dolor de articulaciones, el frio, el calor, el madrugón, o la tediosa espera de horas y a veces días enteros dentro de un escondrijo.

–Con lo que está contando, ¿cuánto tiene de caza salir al campo armado con una cámara para capturar fauna con ella?

–De caza, nada. De captura fotográfica, todo. Cuando sales con un equipo fotográfico a la naturaleza a fotografiar fauna, no sales armado precisamente, aunque se le llame coloquialmente 'caza fotográfica'. Los fotógrafos de naturaleza salimos provistos de una cámara y un teleobjetivo para capturar imágenes (y ahora también vídeos) de animales salvajes y esquivos. Lo hacemos intentando pasar desapercibidos, sin perseguirlos, sin estresarlos, sin poner en riesgo su vida, con la loable intención de utilizar esos retratos faunísticos para divulgar y concienciar de lo valioso que es el patrimonio de biodiversidad y la necesidad y conservarlo. Hay una gran diferencia entre una captura fotográfica y el deporte de matar animales, aunque sea legal, llamado caza.

CAPTURA

«Una buena foto da por bien empleada una espera de días en un escondrijo»

–¿De cuál de sus fotos de naturaleza está orgulloso?

–Entre cientos de especies y miles de fotos es difícil elegir. Quizás me decantaría, más que por una foto, por una jornada de fotos memorable en el Pirineo hoscense, donde a raíz de una carroñada con decenas de buitres leonados volando en tropel hacia la carroña tuve la suerte de fotografiar a la gran estrella de esas magníficas montañas, el escaso quebrantahuesos.

–¿Cuál es esa foto que todavía no ha logrado y está tratando de conseguir?

–Hay varias, pero hay un animal en especial que, aunque lo he logrado fotografiar, no ha sido ni en la pose ni con el resultado óptimo que yo creo que se merece: el lince ibérico. Prácticamente todos los años visitamos un grupo de amigos fotógrafos la sierra de Andújar en Jaén, para intentar conseguir unas fotos que le hagan justicia a este precioso y amenazado felino ibérico.

–¿Qué espacio natural de la Región considera que es el mejor para captar con una cámara?

–Nuestra región es, a grandes rasgos y a pequeña escala, un mosaico de buena parte de los espacios naturales representativos de la Península Ibérica. Y eso hace que haya mucho contraste entre ecosistemas como las grandes sierras boscosas del interior, las salinas y playas del litoral, las tierras altas del Altiplano, o los espacios ribereños y apantanados del río Segura y sus afluentes y ramblas. Por cantidad y variedad de especies, en este caso acuáticas, las Salinas de San Pedro del Pinatar es un lugar que casi nunca defrauda. Y, dejando aparte Sierra Espuña, por la presencia de escasas rapaces emblemáticas –y sobre todo de pájaros singulares– a mí me gusta particularmente la sierra de Revolcadores y su entorno.

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