
André Themudo
Secciones
Servicios
Destacamos
André Themudo
Además de una inversión básica para nuestro bienestar, resulta que el cuidado del planeta también puede plantear importantes beneficios económicos, según expuso en Murcia el ... economista André Themudo (Lisboa, 1982) en el encuentro 'Invertir impulsando un mundo más verde e inclusivo', organizado hace un mes por BBVA y LA VERDAD.
-¿Ha pasado el cuidado del medio ambiente de plantear un sobrecoste para las empresas a conformar una oportunidad de inversión?
-Sin duda. No solo una oportunidad de inversión, sino también bajar los costes de financiación. Hablando de inversiones, no se trata de cuidar el medio ambiente como una acción altruista, sino que es más bien entender la preservación del entorno como una manera de responder a los desafíos del cambio climático. La inversión ya no puede medirse únicamente desde la perspectiva de los riesgos financieros, ya que nos hemos dado cuenta de que hay otros riesgos, como el cambio climático, que no pueden quedarse al margen a la hora de realizar una planificación financiera adecuada. En este sentido, nuestro CEO [consejero delegado], Larry Fink, ya adelantó en una de sus habituales cartas a los CEO que la incorporación del riesgo climático en la toma de decisiones está desencadenando una reasignación de activos sin precedentes en los mercados financieros. También señaló la gran oportunidad que supone abrazar este desafío. Según destacó en la reunión del [foro internacional de gobernantes] G20 de 2021, que se celebró en Venecia, que la transición hacia un modelo sin emisiones de carbono representa una oportunidad de inversión global de 50 billones de dólares, lo que supondría impulsar el PIB global en un 25% durante las próximas dos décadas.
-¿Cómo se ha producido ese cambio en el mundo financiero, de percibir estas cuestiones como un problema a suponer una oportunidad?
-Este cambio se ha producido por la cada vez mayor aceptación del cambio climático como un riesgo de inversión real, a la altura de los riesgos tradicionales. En los últimos años hemos vivido acontecimientos meteorológicos extremos, como el recrudecimiento de los incendios, las inundaciones y las olas de calor, que dan una buena muestra de las consecuencias de este riesgo. Durante muchos años se han pasado por alto las consecuencias financieras de estos acontecimientos. Pero la gente se ha empezado a dar cuenta del gran impacto que tienen en todos los niveles de la economía, desde la escasez de alimentos, la inhabitabilidad de varias regiones y el impacto que tienen estos desastres naturales en las compañías de seguros.
-Existirán datos que avalen que se están produciendo rentabilidades en este ámbito. ¿Puede exponer alguno?
-Venimos de varios años complejos en este sentido. La pandemia tuvo un fuerte impacto en los mercados y muchos inversores aprovecharon para hacer sus carteras más sostenibles. Pero la invasión de Ucrania abrió el debate sobre si la velocidad con la que se había impulsado la transición había sido la adecuada. Las consecuencias económicas de la guerra pusieron el acento en la necesidad de acompañar a las compañías de energía tradicional hacia modelos más sostenibles. Todo esto ha llevado el debate a los términos que plantea en su pregunta. Sin embargo, durante los primeros meses de la pandemia, cuando la volatilidad dominó los mercados, nos encontramos que, de los 57 índices sostenibles que tenía MSCI [Morgan Stanley Capital Internacional] en aquel momento, 51 de ellos superaron a sus equivalentes tradicionales.
-Ponga algún ejemplo de inversión en el cuidado del planeta de la que se pueda extraer un beneficio económico.
-Le voy a dar la vuelta a la pregunta y voy a poner un ejemplo de dónde no invertimos. No invertimos en compañías que obtengan más de un 25% de sus beneficios de la explotación de carbón térmico, tanto por el impacto tan negativo en el medio ambiente como por la cada vez menor viabilidad económica que tienen estas compañías. Desde BlackRock tenemos varias soluciones de inversión, principalmente nuestra gama de fondos temáticos sostenibles que intentan extraer ese beneficio económico invirtiendo en compañías que tienen exposición directa a temas concretos bajo el paraguas de la sostenibilidad, por dar algunos nombres: BGF Circular Economy, BGF Sustainable Energy o el BGF Future of Transport.
-¿Qué barreras aún están por superar para extraer un máximo aprovechamiento al cuidado del planeta?
-Lo más importante es insistir en la educación financiera desde las fases educativas más tempranas. La concienciación es el primer paso hacia el compromiso. Luego vienen otros pasos también muy importantes y que involucran a todos los agentes de la industria. Aquí se incluyen desde los organismos públicos, que deben crear marcos regulatorios que incentiven la inversión sostenible, hasta las empresas, que deben coordinarse en los protocolos de divulgación y en la elaboración de compromisos de sostenibilidad, pasando por las firmas del sector financiero, que debemos contar con una oferta adaptada a la creciente demanda de sostenibilidad.
-Con todo esto que nos plantea, ¿se puede deducir que un negacionista del cambio climático también lo es de los planteamientos que, como experto en inversiones, usted nos está ofreciendo?
-Al final vivimos en una industria global en la que conviven sensibilidades muy amplias. Nosotros estamos muy comprometidos con la transición hacia una economía neutra en emisiones de carbono y, por eso, adaptamos nuestra oferta y capacidades en ese sentido, porque es en lo que creemos. Sabemos que hay más opiniones dentro del sector y convivimos con ella, pero eso no altera ni nuestro compromiso ni nuestra hoja de ruta.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Especiales
Así se desbocó el urbanismo en La Manga
Fernando López Hernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.