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Cultivo de 'Methylocella silvestris'.
Una bacteria contra el cambio climático

Una bacteria contra el cambio climático

Las bacterias podrían absorber las emisiones de gases de origen natural y las provocadas por el hombre antes de ser liberadas a la atmósfera y causar el calentamiento global, según una investigación de la Universidad de East Anglia en Norwich (Norfolk, Inglaterra). Los resultados, publicados en la revista científica 'Nature', muestran cómo una única cepa bacteriana, 'Methylocella silvestris' que se encuentra en el suelo y otros entornos en todo el mundo, puede crecer tanto en el metano como en el propano del gas natural.

EP

Viernes, 17 de junio 2016, 10:02

Descubren que 'Methylocella' se alimenta de metano y propano, lo que podría ayudar a eliminar estos gases de efecto invernadero antes de llegar a la atmósfera

En un principio, se pensó que la capacidad para metabolizar el metano y otros alcanos gaseosos como el propano la tenían diferentes grupos de bacterias, por lo que este nuevo hallazgo es importante ya que significa que un tipo de bacterias puede limpiar los componentes del gas natural de manera muy eficiente y reducir la contaminación.

Este hallazgo, según los investigadores, podría ayudar a mitigar los efectos de la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera, tanto del gas natural que se filtra del medio ambiente como del que surge de la actividad humana, como la fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional o los derrames de petróleo.

Los investigadores estudiaron la bacteria 'Methylocella', que se encuentra normalmente en la turba, la tundra y los suelos forestales del norte de Europa, además haberse hallado entre la comunidad microbiana tras el derrame de petróleo de 'Deepwater Horizon' en 2010. Los autores de este trabajo midieron su capacidad para crecer en metano y otros gases.

El investigador principal, el profesor Colin Murrell, de la escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad de East Anglia, señala: «El gas natural de fuentes geológicas contiene metano, así como grandes cantidades de etano, propano y butano. Hemos demostrado que un microbio puede crecer tanto en metano como en propano a una velocidad similar. Esto se debe a que contiene dos sistemas de enzimas fascinantes que utiliza para aprovechar ambos gases a la vez».

Según Murrell, esto es muy importante para los entornos expuestos a gas natural, puesto que estos microbios pueden desempeñar un papel relevante en la mitigación de los efectos del metano y otros gases antes de que lleguen a la atmósfera. «El metano es un potente gas de efecto invernadero que se libera de fuentes naturales, como los humedales, así como de las actividades humanas, incluyendo la gestión de residuos, las industrias de petróleo y gas, la producción de arroz y la ganadería. A nivel mundial, se estima que más de la mitad de las emisiones de metano son artificiales», alerta.

«Molécula a molécula, el efecto del metano en el calentamiento global es más de 20 veces superior al del dióxido de carbono durante un periodo de 100 años. Por eso, es muy importante que entendamos cómo se puede eliminar biológicamente en el medio ambiente antes de que se libere a la atmósfera», concluye satisfecho del descubrimiento el investigador principal Colin Murrell.

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