![Feijóo busca la tecla para convertir en votos «la indignación» social](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202212/04/media/cortadas/fiej-krlH-U180930362421R3H-1248x770@RC.jpg)
![Feijóo busca la tecla para convertir en votos «la indignación» social](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202212/04/media/cortadas/fiej-krlH-U180930362421R3H-1248x770@RC.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Los múltiples incendios que tiene abiertos el Gobierno están facilitando la labor de oposición del PP y de su líder, Alberto Núñez Feijóo, que ha podido amortiguar así el frenazo en su crecimiento electoral tras siete meses subido en la ola. La derogación del delito ... de sedición, la incógnita sobre si también se modificará el de malversación, la tragedia de Melilla o la rebaja de penas a agresores sexuales por la ley del 'solo sí es sí' marcan la estrategia de los populares que pasa por convertir «la indignación ante lo que está pasando en votos». «Haré lo contrario que está haciendo Pedro Sánchez, os doy mi palabra de honor», se comprometió el dirigente gallego la semana pasada en Badajoz.
Feijóo no se ve a sí mismo como un líder de transición y da por descontado que llegará a la Moncloa, aunque antes deberá pasar con nota la reválida de las municipales y autonómicas. Una cita que Génova quiere convertir en un «plebiscito» contra el jefe del Ejecutivo, la prueba definitiva de si existe o no un cambio de ciclo en España. «Cualquier voto, a cualquier otra formación política que no sea el PP, Sánchez lo celebrará», diagnostican en la dirección.
Los populares han definido como objetivo prioritario de los comicios de mayo desalojar al socialista Ximo Puig del Gobierno valenciano. Esa eventual victoria en una de las comunidades más pobladas podría funcionar como la palanca decisiva que necesita Feijóo para convertirse en el próximo inquilino de la Moncloa. «Si se gana bien Valencia, se gana España», vaticina un barón autonómico con bastón de mando.
Los últimos sondeos internos que manejan en Génova pronostican unas elecciones especialmente reñidas, con una exigua ventaja para su candidato, Carlos Mazón. En otros feudos socialistas, como Aragón, las encuestas arrojan un 'sorpasso' del PP sobre Javier Lambán –se desconoce todavía si Jorge Azcón será el candidato–, mientras que en Extremadura María Guardiola se sitúa a solo un escaño de Guillermo Fernández Vara. «Nosotros vamos a subir, pero el PSOE va a padecer», vaticinan en el partido, convencidos de que los comicios de mayo supondrán «el fin del 'sanchismo'».
En el cuartel general del PP miran con lupa las encuestas y cruzan datos y resultados de citas electorales pasadas. Señalan que desde 2008, cuando José Luis Rodríguez Zapatero revalidó su mandato, los socialistas han estado siempre por debajo del 29% en intención de voto. «Y van 14 años», remarcan en el entorno de Feijóo. Y desde que cogió el timón del PP en abril –rematan– el expresidente gallego no ha bajado nunca del 30%, con excepción del CIS.
Los conservadores han encontrado en la decisión de Sánchez de modificar el Código Penal para favorecer a los independentistas catalanes el empuje que necesitaban para ensanchar la base electoral también por la banda izquierda. Eso además de recuperar el espacio de centro que Sánchez, dicen, les ha dejado del todo libre al situarse junto a ERC, EH Bildu y Unidas Podemos. «En política no te diriges solo a los que te votan. Te diriges a una mayoría para intentar que te voten, porque si solo te votan los de siempre estarás siempre en la oposición», analiza un veterano dirigente.
En cualquier caso, todas las encuestas sitúan a Vox como imprescindible para una suma de la derecha, por más que le pese a Feijóo, que insiste en que la receta a seguir es «moderación, serenidad y centralidad». El dirigente gallego busca trazar su propio camino y no verse condicionado por Santiago Abascal, que intenta capitalizar el descontento social por las cesiones del Ejecutivo al secesionismo. «Nuestro objetivo no es llenar las calles… ¡es llenar las urnas!», defendió el sábado pasado en Madrid frente a las voces de su partido que reclaman «no perder la calle» frente a los de Abascal.
Pese a predicar moderación, en las últimas semanas, el líder del PP ha elevado el tono contra Sánchez, como se pudo comprobar en su último cara a cara en el Senado, donde acusó al presidente de ser «la peor pesadilla que ha sufrido España». En su entorno atribuyen la subida de decibelios al «contexto político» actual desvinculando esta contundencia de cualquier presión interna o sugerencia mediática. «No ha habido momentos de inflamación del Gobierno tan problemático como éste», apuntan las fuentes consultadas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.