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ÁNGEL ALONSO
YECLA.
Lunes, 20 de diciembre 2021, 02:17
La Subida de la Virgen puso punto final a las fiestas patronales de Yecla. Ayer se vivió una intensa jornada en la ciudad para dar por concluidos los actos en honor a la Virgen del Castillo. En un día gris, el devenir de los arcabuceros comenzó con la celebración de la tradicional misa y posterior Minerva en la basílica de La Purísima, a la que asistieron los mayordomos, pajes, clavarios, ayudantes mayores, directivos y representantes de la Asociación de Mayordomos y de la Corte de Honor, así como la alcaldesa de la ciudad, Remedios Lajara.
En la parte final de la celebración religiosa se desarrolló como es habitual la procesión de la Minerva. En ella se venera al Santísimo Sacramento, y a las puertas del atrio se realizó la bendición a todos los 'tiraores', que situados en el entorno de la basílica de la Purísima, dispararon sus arcabuces para formar un arca cerrada, incluidos los clavarios y el mayordomo del Bastón, José Francisco Polo, mientras su compañero, Juan Carlos Valero, realizó el juego de la Bandera. Apenas unos minutos duró ese tronar de pólvora, pero fue muy intenso.
Posteriormente, las agrupaciones de escuadras y la Retaguardia se trasladaron en formación hasta las calles Concepción y Zaplana, en recuerdo a dos de las figuras principales de las fiestas.
La noche se echó encima para acompañar a la imagen de la Virgen del Castillo en el trayecto desde la basílica hasta su santuario. Una velada invernal en la que la formación de los 'tiraores' y los disparos de arcabuz se mantuvieron en el recorrido zigzagueante hasta lo más alto del castillo.
Había muchas personas viviendo en primera persona el acto, pero se notaba menos que en otras ocasiones. La situación sanitaria, con el aumento de los contagios de Covid-19 registrado en los últimos días, motivó que muchos se quedaran en casa. Otras personas, en cambio, asistieron a la cita pero decidieron tomar más distancia de la comitiva que suele acompañar a la imagen. Y de nuevo, el disparo incesante de arcabuces y el juego de la Bandera recibieron a la Patrona en el santuario para realizar las tres vueltas al pino antes de entrar al templo. La cuesta estuvo acotada y solo un grupo minoritario de personas pudo vivir de cerca ese momento especial.
Una vez concluido el acto en el castillo, la comitiva oficial se trasladó al entorno de la Iglesia Vieja para realizar la entrega de insignias y el nombramiento de los mayordomos de las Fiestas de la Virgen del próximo año. El simbolismo histórico de la entrega de insignias responde a «la disolución de la compañía» y en las Fiestas de la Virgen de Yecla supone el traspaso del mando y la representación festiva a los nuevos mayordomos del Bastón y de la Bandera.
Los nuevos mayordomos, José Antonio Marín en la insignia del Bastón y Juan Puche Forte en la Bandera, expresaron públicamente su «compromiso de fidelidad» con la tradición de las fiestas patronales y dispararon sus arcabuces. Tras este ritual, que aúna la alegría de los nuevos mayordomos con el sentimiento de nostalgia de los salientes, la comitiva les acompañó a sus respectivos domicilios con el ánimo puesto en el Día de Acción de Gracias. Según explicaron las ordenanzas festivas, se celebrará el primer domingo del próximo año.
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