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María Ángeles Gómez recuerda la ilusión con la que estrenó consulta en el Virgen del Castillo en 1982, el año en que el centro sanitario ... abrió sus puertas. «Éramos un grupo de gente joven con muchas ganas de hacer cosas. Se había luchado mucho porque el Altiplano tuviese un hospital, y se consiguió. Los comarcales nacieron para acercar la medicina a la población que estaba lejos de las ciudades. Ha sido muy bonito trabajar aquí», reflexiona esta pediatra, ya jubilada.
Recuerda aquellos años con una mezcla de nostalgia y tristeza, porque el Virgen del Castillo atraviesa ahora una situación muy diferente. De un ambiente «de equipo» y cercanía se ha pasado a un hospital en el que buena parte de sus servicios sobreviven gracias a la respiración asistida que llega desde Murcia. Si los yeclanos y jumillanos pueden seguir acudiendo a la consulta del otorrino, el urólogo o el dermatólogo es porque semanalmente se desplazan hasta el Altiplano especialistas compartidos con el Morales Meseguer. Suplen parcialmente la sangría de médicos que sufre el área de salud, pero el problema va a más.
Neurología. El hospital cuenta con tres plazas de neurólogo, pero se ha quedado sin especialistas. Hay un profesional de baja de larga duración y otras dos plazas vacantes, después de que la última neuróloga se marchase a la Comunidad Valenciana. Un especialista de La Arrixaca acude un día a la semana al Altiplano.
Radiodiagnóstico. De seis radiólogos se ha pasado a solo uno en el último año. El SMS ha creado una unidad funcional con el Morales Meseguer, de forma que habrá siete radiólogos compartidos con este hospital.
Otras unidades funcionales. Otorrinolaringología, Urología y Dermatología también se mantienen gracias a especialistas compartidos con el Morales Meseguer.
Las primeras señales graves de alarma surgieron en 2017, cuando el hospital se quedó de la noche a la mañana sin los dos otorrinos con que contaba en plantilla. El Altiplano perdió después al dermatólogo, y se fue quedando de forma alarmante sin radiólogos. Lo recuerda Verónica Maqueda, una especialista en Radiodiagnóstico que asistió en primera fila al deterioro de un servicio que es básico para cualquier centro hospitalario.
«Habíamos trabajado mucho y mejorado muchas cosas en este hospital. Por ejemplo, la radiología simple, lo que nos permitía resolver dudas con mucha rapidez. Pero ya antes de la pandemia, de tener seis radiólogos habíamos pasado a ser cinco, y luego cuatro. Llegó un momento en que había que hacer guardias localizadas durante una semana entera, y eso era insufrible», relata. La Covid supuso una carga enorme de trabajo, porque las pruebas radiológicas eran fundamentales para descartar la neumonía bilateral.
Verónica se jubiló hace ahora un año, de forma anticipada. «Sencillamente esto no se podía soportar, el trabajo era inabarcable», lamenta. La sangría de radiólogos continuó. Donde quedaban tres, ahora solo permanece uno a jornada completa. De nuevo, el Servicio Murciano de Salud (SMS) tuvo que echar mano de especialistas compartidos con el Morales Meseguer, pero durante los fines de semana, los festivos y las noches, en el Altiplano no hay radiólogo de guardia. Esto impide realizar ecografías. Los pacientes que requieren esta prueba tienen que esperar o ser derivados de urgencia a Murcia. «No se puede tener un hospital sin radiólogos, cualquier día va a pasar algo serio», advierte Beatriz Barberá, delegada del Sindicato Médico en el Altiplano. El SMS promete que a partir de octubre habrá radiólogo de guardia las 24 horas, los 365 días del año.
Pero el deterioro fruto del déficit de especialistas no se queda aquí. A principios de junio, el Virgen del Castillo perdió a la única neuróloga que quedaba. Se fue a Valencia hastiada de la situación, explican algunos de sus compañeros. Desde entonces, los pacientes neurológicos que requieren ingreso son derivados a Murcia.
Para tratar de afrontar la falta de médicos en las áreas periféricas, el SMS ha declarado 260 puestos de difícil cobertura, que se reparten sobre todo por Lorca, el Altiplano y Noroeste. Quienes acepten estos contratos recibirán puntos extra en la bolsa de trabajo. En Yecla, se declararon puestos de difícil cobertura en Traumatología, Dermatología o Radiodiagnóstico, pero no en Pediatría o Neurología. Esto ha generado una profunda sensación de agravio. «¿Este es el premio a quienes llevamos años apostando por trabajar aquí, a quienes nos hemos implicado personalmente?», lamenta un facultativo. «Estoy planteándome si de verdad merece la pena seguir aquí», admite un internista.
No hay soluciones fáciles ante el déficit de especialistas que sufre todo el sistema sanitario, pero muy especialmente áreas periféricas como el Altiplano. El SMS ha optado por crear unidades funcionales, con médicos compartidos entre el Virgen del Castillo y el Morales Meseguer. La medida no convence a muchos de los profesionales, que la ven como «un parche», «una forma de salir del atolladero». «Yecla asume el coste de la medida, pagando por servicios que no tiene», resume Beatriz Barberá.
La situación les duele especialmente a quienes, como Verónica Maqueda y María Ángeles Gómez, han dedicado décadas a este hospital. Por eso, junto a otros profesionales, forman parte de la Asociación para la Mejora de la Asistencia Sanitaria en el Altiplano. «Estamos muy preocupados por la pérdida de calidad en la asistencia. El modelo de las unidades funcionales no es la solución. Si seguimos así, el Virgen del Castillo se convertirá en un centro de especialidades con camas; ese es el miedo que tenemos», advierte María Ángeles Gómez. Son conscientes de que hay un problema de base –el déficit de especialistas–, pero denuncian que el SMS no ha adoptado las medidas para fidelizar ni garantizar equipos propios en los comarcales. «Desde hace unos años, Salud persigue la centralización. Los gerentes tenían antes capacidad de contratación; ahora no», advierte Verónica Maqueda. Los contratos, lamentan, no han sido atractivos, ni estables. Ahora, cruzan los dedos para que los remedios no lleguen demasiado tarde.
El Virgen del Castillo contará con un radiólogo de guardia durante las noches, los festivos y los fines de semana a partir de octubre. «Se está mejorando muchísimo el servicio. Pasamos de tener un único radiólogo a ocho en unidad funcional [siete compartidos con el Morales Meseguer]», explica Francisco Ponce, director gerente del Servicio Murciano de Salud (SMS). Esto permitirá tener actividad programada toda la semana, señala. Sobre la situación en Neurología, explica que se va a declarar un puesto de difícil cobertura y se convocarán «dos vacantes en cuanto sea posible». Ponce defiende que las unidades funcionales garantizan la calidad de la asistencia y el mantenimiento de todos los servicios. «Hablar de desmantelamiento del hospital de Yecla es usar palabras gruesas que no se corresponden con la realidad, cuando hay 47 millones encima de la mesa», recalca. «Tenemos que trabajar de acuerdo a las circunstancias actuales para ofrecer los servicios», insiste.
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