

José María Aznar
Expresidente del Gobierno de España
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José María Aznar
Expresidente del Gobierno de España
«Vox nace de unas circunstancias que ya no existen, están superadas»Hace 19 años que José María Aznar (Madrid, 1953) dejó la presidencia del Gobierno y del PP, pero mantiene un enorme tirón entre los seguidores ... del partido, como se pudo comprobar en la comida-mitin que protagonizó el viernes, junto con Fernando López Miras, en Torre Pacheco, en el corazón del Campo de Cartagena, granero de votos que se disputan PP y Vox. Los 1.600 comensales le retuvieron durante más de media hora al final para poder llevarse en el móvil un selfi con él. Es una baza segura del PP para retener el voto conservador que pudiera estar dudando si migrar a Vox, partido al que elude referirse porque opina que «el PP no debe definir sus políticas en relación con otros, sino en relación con lo que necesita España». Considera que el Plan Hidrológico Nacional que él aprobó es «absolutamente recuperable» y vaticina una etapa de «mutación constitucional» si continúa en el Gobierno de España la actual coalición.
-¿Cuál es su diagnóstico de la España actual? ¿Hacia dónde cree que va el país?
-El país sufre un populismo radical y extemporáneo. Tiene enormes posibilidades y grandes oportunidades, pero es necesario reorientarlo políticamente. No tengo dudas de que si la coalición gobernante siguiese en el poder después de las próximas elecciones, España entraría en una fase de revisión constitucional, de mutación constitucional para anular la transición democrática y la actual Constitución tal como la conocemos. Este es mi diagnóstico, y es el mayor riesgo que tiene España en este momento. Diría en líneas generales que España tiene los mismos problemas que tienen todos los países del mundo, más los nuestros propios, que son fundamentalmente el separatismo y la deriva de este gobierno condicionado por esa parte.
-¿Qué opina sobre el aumento de los controles y el intervencionismo sobre la actividad económica?, como ocurre con la última ley de la vivienda.
-Desde el punto de vista económico, España tiene que aspirar a un crecimiento mucho más sólido y a una economía más ordenada. Necesitaríamos un gran acuerdo político y social de aproximadamente 15 años de duración que estabilizase económicamente el país. Eso significa macroeconómicamente el camino hacia el equilibrio presupuestario; no se pueden soportar los déficits que tenemos. El endeudamiento es una losa para el futuro de los jóvenes. Hay que afrontar reformas estructurales de gran calado, como es la reforma fiscal y laboral; la reforma de la sanidad y la salud pública. Hay que afrontar desafíos como la transición energética, que en este momento vive una de las mayores crisis de la historia en temas de energía, y cuyos cumplimientos no son razonables. Hay que incrementar mucho más la capacidad de generar empleo, sobre todo para los jóvenes. Todo eso te lleva a la necesidad de que serían deseables unos pactos que encauzasen y asentasen España en general. El país no puede vivir encadenado a un populismo que consiste en gastar dinero sin ton ni son, y sin saber en qué se gasta y para qué se gasta, solo con motivos electorales. Y en segundo lugar, si eso no es posible, y parece que no es posible, el país necesitaría un cambio de orientación económica con un gobierno lo más sólido posible y lo menos dependiente posible, capaz de tomar esas decisiones.
-La última encuesta del Barómetro regional, que se publicó la semana pasada, muestra un importante porcentaje de indecisos, la mitad de los cuales dudan entre votar al PP y a Vox. ¿Qué mensaje les transmitiría usted a esos indecisos para que voten al PP?
-Sería muy deseable que en España hubiese un partido constitucional principal centrado y de centroderecha. Eso existe, que es el Partido Popular. Y sería muy importante que existiese también un partido socialdemócrata como existió, que fuese el pilar del centroizquierda. Es decir, sería muy bueno que los dos pilares constituyentes de la Transición siguiesen siendo los pilares sobre los cuales se estabilizase la marcha del país. Pero eso hoy no es posible, porque solamente existe un pilar, que es el que representa el Partido Popular. Por lo tanto, cuanto más fuerte sea ese pilar en sus funciones de gobierno, ya que no es posible llegar a acuerdos con la otra parte, pues mejor. Ese es el mensaje que doy: cuanto más grande y fuerte sea ese pilar, cuanto menos dependiente de nadie sea, más capacidad tendrá para tomar decisiones y salvaguardar esencialmente lo que significan los valores que encarna nuestra Constitución.
-Según su criterio, ¿cuáles son las principales diferencias entre PP y Vox?
-Vox nace de unas determinadas circunstancias, en parte derivadas de situaciones del PP que ya no existen, que están superadas. La prueba evidente es que el PP es la clara alternativa de gobierno en este momento. Lo que se tiene que decidir es eso. Me preocupa mucho más que el Gobierno de España no está en manos de un partido socialista o socialdemócrata, sino de un socialismo radical, extremista. Está en manos de comunistas, está en manos de separatistas y está en manos de antiguos terroristas. No estoy dando ninguna opinión, es una descripción de un hecho. Y cuando los que condicionan el Gobierno de España son los que quieren acabar con la Constitución, con la Transición, con la mayoría del país, pues estamos ante una situación histórica excepcional. Nunca nadie en España, desde el comienzo de la Transición, había hecho tanto y con tanta intensidad para acabar con lo mejor que se ha hecho en España durante décadas. Para acabar con todo lo bueno que se había hecho. Es un problema muy serio que tenemos y que hay que abordar. Y ante ese problema sería muy bueno que los dos partidos que son pilares de la Constitución dieran la cara. Como eso no es posible, cuanto más grande sea el pilar que queda, que es el del Partido Popular, tanto mejor. Lo otro es, en mi opinión, totalmente secundario. La gran responsabilidad del español de hoy es el fortalecimiento del pilar constitucional, que es el que tiene la capacidad de gobierno y el que va a dar la estabilidad constitucional. Y también contribuir a que, en su momento, pues, tal vez se recupere el otro pilar.
-Pero por las encuestas parece inevitable que el PP tendrá que tratar o negociar con Vox...
-Inevitable no hay nada. Depende de las políticas que se quieran hacer. El PP no puede definir sus políticas en relación con otros, sino en relación con lo que España necesita. Y los demás, que definan sus políticas como les parezca oportuno. A mí me parece que el Partido Popular no tiene que definir sus políticas en relación con nadie. Tiene que definir cuál es la situación de España y lo que necesita. Eso es lo fundamental.
-Si al final fuera necesario contar con Vox....
-No voy a hablar del resultado de las elecciones antes de que se celebren. Mi aspiración es hacer que el Partido Popular tenga una mayoría suficiente y que tenga un gobierno suficientemente amplio que le permita tomar decisiones independientes.
-Durante su etapa al frente del Gobierno de España y del PP ese pilar constitucional al que se refiere era sólido gracias a la unidad de todo el centroderecha.
-Esa fue una gran ventaja para la democracia española: unir todo lo que estaba a la derecha. Eso, desgraciadamente, se perdió, pero puede que vuelva a unificarse. Yo creo que en estas elecciones y en las próximas generales va a haber una tendencia hacia la reunificación de la derecha.
-¿Cree que es posible esa reunificación?
-No sé si exactamente en los mismos términos. La política ha cambiado mucho y, en eso, España tiene una ventaja muy grande. Si mira usted a Francia, por ejemplo, los dos partidos fundadores de la V República, en las últimas elecciones, no llegaron a sumar el 7% del voto entre los dos candidatos. Existe mucho extremismo a la derecha y a la izquierda. Si mira a Italia y a otros países, los partidos clásicos han desaparecido. En España, uno de los partidos originarios que queda es el PP, afortunadamente en buen estado de salud. Hace un año el Partido Popular no se encontraba en buen estado de salud; estaba en una situación casi crítica. Hoy, un año después, es una alternativa clara de gobierno, lo cual significa dos cosas, que tiene un liderazgo positivo, bueno, respetable y creíble. Y, en segundo lugar, que las cosas se han hecho sustancialmente bien, y esa capacidad de recuperación se ha producido. A partir de ahí, invito a todo el mundo a que analice qué es lo mejor para el país en este momento determinado. Si queremos evitar los riesgos y fortalecer un gobierno futuro, cuanto más se sustente por sí mismo, tanto mejor.
-¿Qué ocurrió para que se disgregara el voto del centroderecha que en su tiempo estaba unido?
-A veces se cometen aciertos y a veces errores. Es lo que pasa en el mundo de la política y en el mundo en general. Y probablemente esa disgregación es hija de los errores. No se dividen las cosas si no se producen errores. Pero si esos errores directamente se enmiendan o se corrigen, las cosas se pueden restablecer y normalizar.
-Durante una época, en la Región de Murcia el PP obtenía el mayor porcentaje de voto de todas las comunidades, pero ahora no atraviesa una situación tan boyante. Sabrá que el expresidente Pedro Antonio Sánchez fue condenado y Valcárcel está imputado. ¿Qué consejo le daría a Fernando López Miras para intentar mejorar la situación?
-López Miras es un excelente presidente y sabe muy bien lo que tiene que hacer. Si yo viviese en Murcia, votaría a López Miras evidentemente. He revisado los resultados electorales cuando yo dirigía el PP y estaba en la presidencia del Gobierno, y la verdad es que eran muy buenos. Desearía que se volviesen a producir, y cuanto más nos acerquemos, mejor. Siempre hay que tener una ambición grande, una aspiración de mejorar las cosas y creo que el PP y López Miras lo están haciendo bien.
-Ha tenido un encuentro multitudinario con todo el sector agrícola en el corazón del Campo de Cartagena, al lado del Mar Menor, cuyo ecosistema atraviesa una situación delicada. Y se ha visto en este acto que usted todavía tiene un tirón importante en una parte del electorado. El PP aún tiene en usted un activo.
-Estoy a disposición del PP porque creo que la situación de España lo exige. Y, por lo tanto, lo que me pidan es lo que voy a hacer. No tengo reserva en ese sentido. Si no tuviese el análisis que tengo de la situación de España, probablemente mi nivel de disponibilidad no sería tan abierto como lo es en este momento.
-¿Qué siente cuando Santiago Abascal preconiza el trasvase del Ebro? Aquel trasvase que aprobó su gobierno y luego derogó Rodríguez Zapatero.
-En mi historial hay grabadas tres letras, que son PHN, el Plan Hidrológico Nacional. Ese plan existió y estaba financiado por la Unión Europea. Se iniciaron las obras; conectaba todas las cuencas de España; resolvía el abastecimiento de agua a Barcelona y el suministro de agua a las cuencas mediterráneas y al Levante, entre otras cosas. Ese plan fue cancelado en 2004 estrictamente por razones ideológicas. Desde entonces, no se ha avanzado en términos de política de agua en España. Cero. Un país que no comparte el agua compromete gravemente su futuro. Porque compartir el agua es vertebrar el país. Se hace país. Sorprende muchísimo que las políticas radicales de izquierda sean blindar el agua. El agua no está para no compartirla. Eso es una política insolidaria y egoísta y en contra de los intereses del país. El PHN podría estar terminado ahora y tendríamos solucionados muchos problemas. No se quiso hacer y eso tiene nombre y apellidos muy claros, personales y de partido. Conviene recordarlo. Por tanto, yo no tengo que fijarme en nada de lo que proponen otros.
-Después de usted vino Rodríguez Zapatero y, detrás, Mariano Rajoy, que pudo recuperar esa plan y ese trasvase, pero no lo hizo. ¿Es todavía recuperable ese plan hidrológico?
-Yo respondo de lo que hago y de lo que digo: absolutamente recuperable. Lo que pasa es que cuando uno hace un plan de ese tipo, sabe que tiene que estar dispuesto a pagar un coste. Pero hay que hacerlo, porque es en beneficio del país. Es absurdo que España haya hecho un plan hidrológico con Portugal y no seamos capaces de articular un pacto del agua entre nosotros. Aquel plan tenía una virtualidad muy importante, ya que fue aprobado por el Consejo Nacional del Agua y por Convergencia y los nacionalistas catalanes, que aceptaron que fuera el Ebro el suministrador. A mí me parece que hay que rescatar esa idea. España necesita un gran plan hidrológico y no puede renunciar a que se pierda una parte de su territorio que es esencial desde el punto de vista productivo y de riqueza agraria. España no puede renunciar a intentar vertebrarse mejor compartiendo lo que tiene.
-El Levante también dispone de la desalación, que es un aporte importante.
-La desalación puede ser una solución en algunos sitios, pero no es una solución para lo que estamos hablando, porque el agua desalada no resuelve los problemas de cierta parte de la agricultura. Las desaladoras producen efectos contaminantes que no producen otros sistemas. No se puede ser al mismo tiempo ecologista, defensor de las desaladoras, dejar a la gente sin agua y decir que el agua no hay que repartirla. No se puede ser todo al mismo tiempo.
-¿Qué opina del incidente entre la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el ministro Bolaños el pasado martes en el Día de la Comunidad de Madrid?
-Me parece que hay niveles en los gobiernos y que hay niveles que a veces caen muy abajo por razones de incompetencia o de no calibrar el ridículo. Ver a un ministro del Gobierno de España intentar colarse en un acto al que no ha sido invitado indica que estamos en unos niveles manifiestamente mejorables.
-¿Y qué le parece que una dirigente territorial como Díaz Ayuso haya alcanzado ese protagonismo, poder y autonomía tan grande dentro del partido?
-He sido siempre partidario de rodearme de los mejores. Un líder político es tanto mejor líder cuanto se rodea de los mejores. En el PP hay un liderazgo muy sólido, que es el de Alberto Núñez Feijóo, y que va a ser un liderazgo triunfador. Existe un liderazgo importantísimo desde el punto de vista político y popular que es el de Isabel Díaz Ayuso, y también hay un liderazgo de un estilo distinto como el de Moreno en Andalucía y el de Fernando López Miras en Murcia. Son estilos y liderazgos distintos, pero si todos convergen en el mismo objetivo, se enriquece el partido. No forman parte de una competición, sino de una adición.
-¿En qué estado ve el conflicto de Cataluña en estos momentos y cuál es su propuesta para abordarlo? O la que cree que debe adoptar su partido.
-Mi propuesta es absolutamente constitucionalista. Soy partidario de que la Constitución y las leyes se cumplan. Me parece que la desaparición de los delitos de sedición y de malversación es un error gravísimo. Como me pareció un error la supresión del delito de convocatoria ilegal de referéndum que se hizo por mi sucesor. Nos hubiésemos ahorrado muchos problemas en estas cuestiones. Ahora, si usted da un golpe de Estado en España, a lo mejor le condenan un poco por desórdenes públicos, nada más. Lo cual es absolutamente absurdo. Salvo que caigas en una rebelión flagrante. Diría que los nacionalistas catalanes tienen que llegar a una edad adulta y alejarse de una posición en la que siempre son víctimas de todo y nunca son responsables de nada. España tenía un gran pacto en la Transición, que consistía en la pluralidad constitutiva de España a cambio de la lealtad a la unidad de España. Si se rompe ese pacto, no son el resto de los españoles que no han roto dicho pacto los que tienen que sufrir las consecuencias. Dicho eso, creo que el separatismo lo va a volver a intentar. Creo que apoya a este Gobierno para volver a intentarlo, y creo que lo volverá a intentar. Tanto el separatismo que representa Esquerra Republicana y sus aliados, como el separatismo que representa Bildu acompañado por otros. Por eso tienen mucho interés en que siga la actual situación. El problema es que, aunque parezca mentira, una parte importante del Gobierno de España, representada por el Partido Socialista, consiente eso.
-¿Sería usted partidario de una mayor intervención de España en favor de Ucrania en la guerra con Rusia?
-Soy partidario de que acabe cuanto antes esta situación, pero que acabe con la derrota del invasor, que es Putin. Mientras tanto, me parece que los compromisos de España con sus aliados son absolutamente fundamentales. Es decir, me parece absolutamente esencial la revitalización de la OTAN, no solamente en lo que es la expresión de la alianza entre Europa y los Estados Unidos, sino globalmente, algo que yo propuse hace muchos años y que sigo manteniendo. Lo que estamos viviendo es un episodio muy importante de la competición entre el mundo occidental, liderado por los Estados Unidos, y China. Eso está produciendo la desglobalización y fragmentación del mundo y, por tanto, debemos ser extraordinariamente cuidadosos con dónde estamos. Yo deseo que estemos con nuestros aliados occidentales en aquellas alianzas que han producido el mayor nivel de prosperidad, de estabilidad, de libertad y de democracia que ha conocido el mundo.
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