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«Los bancos constituyen el verdadero obstáculo para que las constructoras inicien más edificaciones y, por ende, que haya más oferta en el mercado y ... que esta se abarate». Es lo que piensan Manuel Saorín y Juan Piñera, gerentes de la constructora Juanma Deimos S L, en Cieza, quienes aseguran que «suelo hay suficiente para poder acabar con el problema de la vivienda».
Juntos llevan más de 20 años en el mundo de la construcción y poseen varios terrenos en Cieza y Abarán que podrían comenzar a obrar de inmediato. Sin embargo, «no podemos en tanto las entidades bancarias sigan cribando los avales, es decir, conceden préstamos o no según la capacidad económica de los interesados», señala Saorín, quien asegura que la mayoría de trabajadores discontinuos, por ejemplo, no consiguen el aval del 80% que precisan para realizar la compra». «Yo he visto ingresos de 3.000 euros entre las nóminas de dos miembros de una misma pareja y con una antigüedad de 15 años cada uno en sus trabajos, y los bancos no les han concedido el préstamo», añade.
Por el contrario, los funcionarios «tienen todas las garantías de obtener el préstamo casi sin titubear», insiste este constructor, incidiendo además en que de las dos últimas obras que ha ejecutado junto a su socio en el municipio ciezano «todas han sido vendidas a funcionarios». El constructor rubrica que las administraciones «son conocedoras de este problema», pero incide en que «no hay forma de poder corregirlo». «No es posible que se hable de facilidades a la hora de acceder a una vivienda y que, en la práctica, cueste tanto obtener las ayudas, puesto que a los jóvenes que inician esta tarea les cuesta un mundo».
Por otra parte, se quejan de la «inmensidad» de trámites que tienen que realizar a la hora de iniciar un proceso de construcción de nuevas viviendas. He visto a compañeros desistir en el empeño e, incluso morirse, antes de iniciar una obra, y en varios municipios tenemos ejemplos de ello», explica Saorín, al que le parece también «desorbitado» el precio que están adquiriendo los alquileres de casas, ya que «son inalcanzables para muchos jóvenes que han pensado en independizarse», concluye.
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