Por qué los veterinarios están en pie de guerra: siete claves del descontento y su protesta en Madrid

El desencadenante de la protesta es la normativa del Ministerio que entró en vigor el pasado mes de enero y establece una serie de requisitos para regular la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos. Javier Santano, director veterinario de la clínica Murcia Norte, sostiene que «complica mucho el día a día y a nivel de gestión. Estamos obligados a registrar toda la medicación en la base de datos Presvet». «Es una herramienta lenta, farragosa», añade Teresa López. «Tardo menos en diagnosticar una conjuntivitis que en rellenar los documentos», resume.

El Ministerio pretende aumentar los controles al distribuir medicamentos, pero los veterinarios sostienen que se ha aumentado en exceso la burocracia y, sobre todo, les molesta que «obvia» su criterio clínico. «Solo puedo prescribir lo que dice el prospecto, aunque diga que el tratamiento son 7 días y yo sepa que así no funciona. Eso no pasa en ninguna otra profesión sanitaria», critica la presidenta del Colegio. Además, la norma divide los antibióticos en cuatro tipos (D, C, B y A) que deben prescribir por ese orden. «Tenemos que empezar por los medicamentos de la categoría D. Si consideramos que a una patología le va mejor uno que está en la B, no podemos darlo primero. Así estoy encorsetado y se retrasa el tratamiento del animal», lamenta Santano.

Otro de los puntos conflictivos es que la norma establece que el veterinario «prescribe, no dispensa» medicamentos. Es decir, deben dar una receta al tutor del animal para que vaya a la farmacia. «Pero no tienen casi productos de veterinaria. Con lo cual, tiene que volver a mi clínica y, entonces, sí le puedo dar mi medicamento del botiquín hasta que lo consiga el farmacéutico», explica Teresa López. Es otro ejemplo de cómo se ralentiza el proceso. «La dispensación está permitida en toda Europa menos en España, Italia y dos países nórdicos», se queja.

Los veterinarios subrayan que deben seguir la norma a rajatabla porque están expuestos a duras multas. La presidenta del Colegio de la Región de Murcia pone un ejemplo: «Si en la receta que tengo que mandar al Ministerio me equivoco y no le pongo el número de microchip del gato porque se me ha pasado, porque son 13 números y voy corriendo, la multa más baja son 60.000 euros». Y la más alta, un millón. López matiza que el Ministerio está revisando este extremo, pero aún no se ha publicado ninguna modificación.

Los veterinarios aprovecharán también para enarbolar hoy otras reivindicaciones que arrastran desde hace tiempo. «Es como una bola de nieve. Estábamos todos enfadados y al final se ha acabado haciendo muy grande», resume la presidenta del Colegio de la Región. Otra de sus principales quejas es el IVA, que consideran excesivo. «Tú pagas un 21% al tratar a tu perro. Por ejemplo, al desparasitarlo, pese a que te pueden contagiar a ti también. Es como si la salud humana, que viene de las enfermedades animales, fuera un artículo de lujo», critica López.

Después de que el Colegio de Veterinarios anunciara que fletaría autobuses para desplazar desde Murcia a los profesionales murcianos, la respuesta ha sido un éxito. Tres autobuses completos con 150 personas partirán a las 4 para estar en Madrid a las 10, cuando empieza la concentración frente al Ministerio, donde protestarán veterinarios de toda España. «La respuesta ha sido muy buena. La convocatoria se ha movido porque los veterinarios clínicos son muchos, pero no solo les afecta a ellos, sino a todos los profesionales, como los de producción animal», subraya López.

El pasado 11 de febrero, 260 centros de la Región de Murcia llevaron a cabo un paro simbólico de una hora para protestar por el Real Decreto, pero la presidenta del Colegio de Veterinarios siente que su efecto «se ha diluido». Por eso, la concentración de este miércoles por la mañana pretende unir las fuerzas de varias comunidades para hacer más ruido.