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La vacunación masiva fue clave a la hora de frenar el impacto de la pandemia a partir de mediados de 2021 en toda España, reduciendo ... la mortalidad por covid de manera significativa. Esto es algo constatado ya por numerosos estudios. Ahora, un nuevo trabajo del servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud no solo apuntala esta idea, sino que permite visualizar de manera muy precisa el efecto de esta vacunación en las residencias de mayores públicas y concertadas de la Región de Murcia. Pero del estudio se deduce que hubo también otros factores que mitigaron la mortalidad cuando aún no había vacunas. Los expertos consultados apuntan al menor impacto de la primera ola en la comunidad y a las estrategias de intervención sanitaria que se pusieron en marcha.
Salud detectó el primer caso de covid en la Región de Murcia el 8 de marzo de 2020, hace ahora tres años. Poco después llegaron las primeras infecciones en residencias de mayores, con brotes tan dramáticos como el que causó 34 muertes en Caser, en Santo Ángel. La mortalidad en las residencias aumentó rápidamente en esas semanas, al igual que ocurrió durante las otras dos olas pandémicas que golpearon la Región ese año. Como resultado, 2020 se cerró con una mortalidad por todas las causas del 26% en estos centros, seis puntos superior a la que se había registrado el año anterior, antes de la pandemia. Es un incremento destacable, pero el informe de Epidemiología matiza que se trata de una tasa situada «en el rango» de mortalidad en residencias descrito en estudios previos, que va del 17,4% al 35%.
En resumen, la covid no desencadenó en la Región de Murcia la gran mortandad que sufrieron las residencias de otras comunidades a lo largo de 2020. Para empezar, porque cuando se decretó el confinamiento general, con el estado de alarma, no se registraban en la Región unos niveles de transmisión del virus tan elevados como en las zonas más castigadas de España. Los epidemiólogos José Humberto Gómez y María Dolores Chirlaque, coautores del estudio, apuntan también a las medidas preventivas en las residencias. Al llegar la covid a la Región con cierto retraso con respecto a otro territorios, hubo más tiempo para prepararse.
Abel Novoa, que dirigió el equipo Corecaas, encargado de la intervención sanitaria en las residencias de mayores, destaca este menor impacto en la comunidad. «Los datos de mortalidad sorprenden, porque no hay una diferencia tan importante con los años pre-covid. En 2017 murieron el 23,8% de los usuarios de residencias, y en 2020, el 26%. Son solo tres puntos de diferencia», subraya. Novoa pone en valor el trabajo desarrollado por Corecaas, que ofreció «una cobertura importante» a estos centros.
Un estudio de Corecaas ya concluyó que «las medidas preventivas tomadas en los centros residenciales evitaron el 43,5% de los brotes posibles» durante las primeras oleadas de la covid. Pero también se subrayaba que el daño que sufrieron las residencias con la llegada de la pandemia se debió, entre otras razones, «al resultado de décadas de falta de atención a las políticas de cuidados de larga duración y a la coordinación sociosanitaria».
Si las medidas preventivas lideradas por Corecaas permitieron evitar muchas muertes, la llegada de las vacunas, en enero de 2021, marcó un antes y un después. A partir de la primavera de ese año, ya con los usuarios de residencias protegidos frente al virus, las tasas de mortalidad recuperaron «el patrón previo» a la pandemia, que «se ha mantenido hasta nuestros días», destaca Epidemiología. Este informe no detecta, en las residencias públicas y concertadas de la Región de Murcia, un exceso de mortalidad poscovid que pudiese ser achacable al deterioro de las condiciones de salud de los residentes. Eso sí, los análisis realizados por Corecaas en su día sí apuntaron a un aumento de las muertes por otras causas distintas a la covid durante el primer año de la pandemia, algo que pudo deberse al efecto de las duras medidas de confinamiento, señala Novoa.
El estudio de Epidemiología concluye que la covid provocó 274 muertes en 59 residencias de mayores de la Región entre marzo de 2020 y noviembre de 2022. Estos fallecimientos representan el 6,1% de las 4.452 defunciones que se registraron durante ese periodo en estos centros. El estudio solo pone el foco en las residencias con plazas concertadas o de titularidad pública. Quedan fuera las residencias privadas. Epidemiología explica que no dispone de datos de estos centros relativos a los años anteriores a la pandemia.
Un estudio de Corecaas ya concluyó que «las medidas preventivas tomadas en los centros residenciales evitaron el 43,5% de los brotes posibles» durante las primeras oleadas de la covid. Pero también se subrayaba que el daño que sufrieron las residencias con la llegada de la pandemia se debió, entre otras razones, «al resultado de décadas de falta de atención a las políticas de cuidados de larga duración y a la coordinación sociosanitaria».
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