Juan Torres Fontes

Ante la pérdida de Juan Torres Fontes acuden las palabras de dolor y ausencia pero también de agradecimiento. Nuestra Universidad y especialmente la Facultad de Letras nunca olvidará su dedicación académica, su labor docente, su vocación medievalista acompañada por la suerte de tener uno de los mejores archivos del mundo como es el municipal de Murcia que tanto cuidó. Unánime es el reconocimiento de la comunidad investigadora a su labor en una universidad de provincias en la que solo se podía descollar por la excelencia y por el dominio de la lectura paleográfica. Su sentido de la historia, aparentemente al margen de la fuerte ideologización de la que ha sido objeto en los últimos 50 años, estuvo siempre plena de honradez y sin concesiones a las cambiantes modas. Imprescindible fue su trabajo para cualquier medievalista. Respetado por su talante, parecía sufrido, incluso tímido, pero gozaba de un sentido del humor y de una discreción que desarmaba a sus críticos; cuando no podía hablar ventajosamente de alguien siempre lo disculpaba, y solo algunos privilegiados sabían interpretar los sabios movimientos de su bigote. Nunca alardeó de oratoria y aceptaba con estilo y resignación las comparecencias públicas, pero a nadie escapaba los extraordinarios conocimientos que tenía de la Historia de España. Su amor a Murcia iba unido a su dedicación investigadora, disfrutaba con su trabajo, y todos acudían a él creyendo que lo sabía todo, con humildad contestaba siempre con datos, referencias y sugerencias que se convertían en nuevos desafíos, en tesinas y tesis. Nada de Murcia le era ajeno, demostró con nobleza y humildad que se sentía orgulloso descendiente de una saga de murcianos que representaron la elite más granada de nuestra ciudad. En la hora del adiós todo es difícil, pero en este caso hay un halo de paz derivada de una larga vida de dedicación a su familia y a Murcia. Hace poco me entregó una carta de su amigo José María Jover en la que pedía su colaboración para publicar una 'opera minúscula cuasi omnia' de todo lo que el historiador cartagenero había escrito sobre la historia de Murcia. Acepté el encargo y el libro ha sido recientemente editado por la Universidad de Murcia y está especialmente dedicado a él, nunca pensé que iba a resultar mi postrer homenaje. Como Jover, cultivó el respeto por las personas sin acepción alguna, y como él, también fue testimonio vivo del humanismo cristiano. Hasta siempre Don Juan.