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ALFONSO SOLER
Martes, 10 de agosto 2010, 10:39
Curioso hallazgo con el que se tropezó por casualidad ayer un vecino de Águilas en la Playa de Poniente: las cenizas de un agüileño, fallecido el pasado mes de junio. La urna con los restos mortales de este sexagenario, convertido en marinero por su voluntad, decidió pisar tierra y acabó siendo encontrada por este vecino, que paseaba por la zona. Éste acudió al cuartel de la Guardia Civil, próximo al lugar del hallazgo, para avisar del mismo.
Como testigo, intuye que un «error de las voluntades» ha sido la causa principal de lo ocurrido. «En mi vida había conocido un caso como éste. Creo que la familia se equivocó porque el difunto esperaba que sus cenizas acabaran en el mar. Una urna es como una botella, flota por el agua», explica este vecino, que prefiere mantener su anonimato. «Debo respetar lo que me he encontrado. Es una persona cuya voluntad era acabar en el mar».
La Benemérita acudió por la tarde a la playa para recoger la urna, que ha sido puesta a disposición judicial. Por fortuna para el difunto navegante, su nombre y el día de su nacimiento y el de su fallecimiento están grabadas en su desportillada morada, lo que facilitará la búsqueda de sus familiares.
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