«Disfruto como un crío haciendo el papel de demonio»

Francisco López Cervantes es empleado de banca, y lleva 23 años haciendo el papel de demonio en la procesión de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado. Todos los Domingos de Resurrección desfila por las calles de la ciudad, con grandes alas negras, caracterizado como demonio, y sujeto por unas cadenas doradas portadas por ángeles.

-¿Cómo se le ocurrió asumir el papel de demonio?

-Es una ilusión que tenía desde niño y la he cumplido. Uno de mis tíos fue durante muchos años de su vida el que hizo de demonio en procesión de El Resucitado. A mí me fascinaba siempre verlo en su papel. Por eso cuando él dejó de salir, le reemplacé, y la verdad es que me encanta.

-¿Qué siente cuando ve el rostro asustado de los niños durante la procesión?

- Es emocionante contemplar a los chavales, la variedad de expresiones que son capaces de poner mientras me miran. Casi me identifico con ellos, se puede decir que vuelvo a mi infancia y disfruto como un crío.

-¿Sale en otras procesiones?

-Sí, cargo en varias. Pero en la que más me gusta salir es en la de El Resucitado. Disfruto mucho con el personaje que represento.

-¿Es difícil disfrazarse de demonio?

- Lleva su trabajo. Yo ya estoy acostumbrado, pero necesito mucho maquillaje. Lo más duro es representar el papel en la calle. Sobre todo cuando salgo por la puerta de la iglesia y me enfrento a la gente. Después lo voy asumiendo y es más fácil, pero resulta duro, aunque palos con gusto no duelen, como dice el refrán.

-¿Qué es lo que más le gusta de la Semana Santa de Murcia?

-El entorno nazareno tan maravilloso que tenemos. Desfilar en cualquiera de las cofradías respirando el aroma de azahar me encanta. También me gusta la variedad de cortejos que conforman las distintas cofradías. Unos muy serios, otros alegres, como la procesión de El Resucitado.

-¿Y las fiestas de Primavera, que ya empiezan, le gustan?

-Me encantan. Me gusta todo lo que sabe y huele a Murcia. No me siento capaz de renunciar a nada de mi tierra.