Una mañana en el museo Salzillo

No se puede decir que Murcia, la ciudad, la región, no sean un lugar adecuado para mantener las tradiciones de la Semana Santa. Una región, una ciudad, gobernada por la derecha que casa con bastante facilidad con los equipos dirigentes de las diferentes cofradías .Nada más que hay que echar un vistazo rápido a quienes eligen las cofradías para pregonar las procesiones: los dirigentes políticos, de la derecha, de la capital o de la región (acabo de leer que el presidente regional hizo el pregón de la semana santa de Monteagudo… y los que nos quedan por ver pasar los próximos días).

Bien, al grano. Con estos mimbres, me dirijo un año más, con mis hijos a ver el querido museo Salzillo (dicen que el más visitado de la región). Iba con cierta ilusión renovada, no sólo por ver las magníficas tallas del imaginero murciano, sino cómo había quedado el museo después de su reciente rehabilitación.

Qué decepción. Más de lo mismo que hace décadas. (Por cierto qué desastre para las personas con movilidad reducida). No he visto ni una túnica de semana santa, ni un tambor, ni una burla… por no ver, ni he escuchado una saeta o una marcha cofrade, ni un aroma a naranjo en flor. Nada.

Sobre el magnífico sustrato de los mejores pasos de la Semana Santa española y el mejor belén, nada. De nada.

No pueden decir que las autoridades son adversas. (¿Si lo son por qué las premian tanto?). Se trata de un ejemplo más de esta región, o ciudad, tan de derechas. Cuyas autoridades políticas (y los dirigentes cofrades) sólo saben moverse a la contra.