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Desde que los virus respiratorios empezaron a circular con intensidad en la Región de Murcia, las jornadas de doce horas de Encarni Costa en el ... servicio de Urgencias del Reina Sofía son «una locura». «Menos mal que estamos muy coordinados, aquí hay un gran equipo», cuenta esta técnica en cuidados auxiliares de Enfermería mientras a su lado asiente Julia Vidal, enfermera. «Vamos muy saturados, hasta arriba de trabajo, y tenemos que cubrir turnos extra porque hay personal de baja», resume.
Las dos profesionales atienden al periodista mientras controlan a los pacientes de una de las dos unidades de preingreso del Reina Sofía, llena hasta la bandera ante la falta de camas libres en las plantas. La escena, de esta semana, se repite en el resto de hospitales de la Región. El martes llegaron a acumularse en La Arrixaca cien pacientes a la espera de cama y, en muchos servicios de Urgencias, se han registrado cifras récord de afluencia de pacientes.
Detrás de esta saturación se encuentra sobre todo la gripe A, que, después de años 'arrinconada' por la covid, vuelve a protagonizar una epidemia estacional como las de antaño. Las imágenes de los pasillos de Urgencias desbordados de camas son muy anteriores a la pandemia, y ahí siguen un invierno más. Pero a la gripe se ha unido este año la covid, algo a lo que habrá que acostumbrarse porque el nuevo virus llegó para quedarse, recuerdan los expertos. También se ha registrado este invierno un pico importante de virus respiratorio sincitial (VRS), que en niños provoca bronquiolitis y en adultos suele cursar de forma leve pero puede complicarse, especialmente en ancianos y otros pacientes vulnerables. El resultado es lo que algunos han bautizado como tripledemia, aunque el término no convence a todos.
Todavía es pronto para determinar si el impacto de la gripe A en hospitalizaciones y muertes es similar al registrado en las epidemias estacionales previas a la pandemia, pero lo que sí está ya claro es que el sistema sanitario se ha vuelto a ver en algunos momentos muy tensionado. Las imágenes de saturación en los hospitales y las listas de espera en Primaria llegan después de que, a raíz de la pandemia, se anunciasen todo tipo de refuerzos, lo que lleva a preguntarse si lo vivido estas últimas semanas es algo que hay que asumir como prácticamente inevitable en las épocas invernales o, de nuevo, vuelven a quedar en evidencia asignaturas pendientes y lecciones no aprendidas pese a los duros años de la covid.
«Ahora tenemos más recursos y más espacios para atender a los pacientes. A raíz de la pandemia, se ampliaron los circuitos para las personas con síntomas respiratorios en Urgencias. También tenemos más práctica en el manejo de estos pacientes», señala María del Mar Torrecillas, médica en el servicio de Urgencias de La Arrixaca y presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales (Semg) en la Región de Murcia. El sistema sanitario tiene ahora respiradores más que suficientes y equipos de protección (EPI) que en realidad no han sido necesarios, porque para hacer frente a la gripe es suficiente con la mascarilla y la higiene de manos.
Así lo ven
Jefe de Infecciosas del Reina Sofía Enrique Bernal: «Falta coordinación a nivel global y, con algunas medidas, probablemente ya llegamos tarde»
Presidenta de Semg-Murcia María del Mar Torrecillas: «Ahora tenemos más recursos, pero hay menos médicos de apoyo que durante la pandemia»
Jefa de Medicina Preventiva del Reina Sofía Shirley Pérez: «Hemos perdido la percepción de riesgo y ni está la mascarilla ni la higiene de manos o la 'etiqueta' al toser»
Presidente de Smumfyc Jesús Abenza: «La situación en Primaria es de asfixia; las medidas adoptadas no han tenido un impacto real en la reducción de la carga asistencial»
Subdirector de Salud Pública Jaime Pérez: «Se ha hecho un gran trabajo con #el refuerzo de los sistemas de vigilancia epidemiológica»
Jefe de Urgencias del Reina Sofía Pascual Piñera: «Debemos adelantarnos a los problemas, pero parece que vamos por detrás»
Jefe de Inmunología de La Arrixaca Manuel Muro: «La vacuna previene la enfermedad grave y es algo que hay que recordar a los mayores»
«Estos años de pandemia nos han ayudado a prepararnos para futuras epidemias», coincide Enrique Bernal, jefe de Infecciosas del Reina Sofía. Se han perfeccionado los planes de contingencia en los hospitales, «que adaptamos en función de la circulación de los virus», explica.
Pero esto no ha evitado el desbordamiento de Urgencias y la falta de camas disponibles en las plantas de muchos centros hospitalarios. «Los planes de contingencia deben estar preparados y activos desde el momento inicial, se deben poner en marcha casi de forma automática, y ser actualizados de forma frecuente. Se deberían crear comisiones, centrales u hospitalarias, y tener reuniones periódicas para analizar la situación y poner todo al día», reflexiona Pascual Piñera, jefe de Urgencias del Reina Sofía.
Medidas de gestión como la creación de equipos médicos para agilizar altas en festivos y domingos deben estar preparadas para activarse de manera ágil, recuerda Piñera. «Debemos adelantarnos al problema, ser proactivos a la hora de enfrentarnos a estas situaciones. Parece que vamos por detrás, esto nos pasó con la covid», lamenta.
De nuevo, se extiende la sensación de que las infecciones respiratorias han ido por delante de las medidas para evitar o paliar la saturación. «Sabemos que en las época de epidemia de gripe y de otros virus el sistema previsiblemente se colapsa, y tenemos datos que nos permiten verlo venir. Disponemos de información epidemiológica valiosa procedente de la red de vigilancia. Tenemos datos para adaptar y planificar las medidas de contingencia, reorientando recursos, como profesionales y camas. Sin embargo, no hemos aprendido a integrar esta valiosa información para tomar decisiones estratégicas y de gestión», lamenta Jesús Abenza, presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Smumfyc).
Los sistemas de vigilancia epidemiológica se han reforzado a raíz de la pandemia, recuerda Jaime Pérez, subdirector general de Salud Pública. Ahora se dispone de más y mejores datos gracias a la puesta al día de los sistemas informáticos y de la ampliación de las plantillas, señala. Es una de las asignaturas en las que se ha avanzado, pero queda por mejorar la coordinación entre Salud Pública y la red asistencial, advierte Jesús Abenza. Especialmente, en el caso de Atención Primaria.
Si las plantillas de hospitales y centros de salud han soportado una importante tensión, se debe, en buena medida, a que la gripe irrumpió con fuerza en plenas navidades, con parte del personal de vacaciones. A esto se suma que los refuerzos ya no son los que hubo durante la pandemia. Esto ha dificultado la puesta en marcha de medidas que se demostraron eficaces durante las oleadas de la covid. Por ejemplo, las altas tempranas a pacientes que acuden a Urgencias y a los que, en lugar de pasar a planta para observar su evolución, se les manda a casa bajo seguimiento telefónico estrecho. La estrategia se ha aplicado estos días en el Reina Sofía, pero en La Arrixaca aún no se había comenzado a implantar a mediados de esta semana. «El problema es que no damos abasto, no tenemos personal suficiente para una medida como esta», confesaba María del Mar Torrecillas.
La Consejería de Salud subraya que el sistema sanitario regional dispone ahora de 4.000 profesionales más que antes de la pandemia, pero estos días se han echado de menos más manos en lugares críticos, como los servicios de Urgencias. «Hay menos médicos de apoyo», resume Torrecillas. «El refuerzo de personal sigue siendo necesario: o se sacan más plazas estructurales o se hacen contratos para temporadas como esta. El problema es que si faltan médicos, ¿cómo vamos a poder contratarlos? Habrá que ver cómo lo solventamos, porque las plantillas siguen infradimensionadas», avisa Manuel Muro, jefe de Inmunología de La Arrixaca.
Los centros de salud han sufrido especialmente este déficit durante las últimas semanas. A las bajas y el personal de vacaciones se ha sumado la falta endémica de profesionales. La anunciada Estrategia de Mejora de la Atención Primaria (Emap) no ha resuelto el problema. Se crearon 111 plazas de Medicina de Familia en 2023, pero hay 74 vacantes.
«La situación en Primaria es de asfixia, porque las medidas que se han ido adoptando a nivel organizativo o de gestión no han tenido un impacto real en la reducción de la carga de trabajo», señala Jesús Abenza, presidente de Smumfyc. La tripledemia se ha llevado por delante las anunciadas agendas con un máximo de 35 pacientes al día. «Eso es una agenda ideal para una situación ideal», pero se sigue «sin abordar cómo afrontar la demanda en los centros de salud», avisa Abenza.
Mientras se busca la fórmula, lo cierto es que muchos pacientes perciben dificultades en la accesibilidad a su médico de familia, especialmente en situaciones como la actual. La saturación en Primaria se termina contagiando a los hospitales. Diego Lizán, de 61 años, llegó este martes cojeando a Urgencias del Reina Sofía. «Yo quería que me viese mi médica de familia en El Infante, pero pedí cita el sábado por un dolor intenso en la pierna derecha que no se va, y me dieron hueco para el miércoles 17», relataba.
«La sanidad regional no puede absorber el elevado número de pacientes, y asistimos a escenas de caos y saturación en los centros sanitarios, con demoras extremas, profesionales trabajando bajo presión y en situación de estrés continuo», denunció esta semana el Sindicato Médico. La incidencia de las infecciones respiratorias ya ha empezado a bajar, pero los profesionales se preguntan si, esta vez, se aprenderá la lección.
El 59,4% de los murcianos mayores de 65 años han recibido esta temporada la vacuna antigripal, según el balance provisional de la Consejería de Salud. Es una cobertura dos puntos y medio inferior a la registrada en la temporada pasada, y se queda muy lejos del objetivo del 75% marcado por las autoridades sanitarias. «Quizá la gente no se vacuna porque no es consciente de que en 2018 murieron 1.852 personas por la gripe en España, y otras 1.419 en 2019. La gripe siempre va a estar con nosotros, y la vacuna previene la enfermedad grave. Eso es algo que hay que recordar a las personas mayores de 60», advierte Manuel Muro, jefe del servicio de Inmunología de La Arrixaca.
Jaime Pérez, subdirector de Salud Pública y responsable de vacunación, admite que «hay una cobertura algo más baja que en la temporada pasada», pero recuerda que la campaña no ha terminado. En los últimos días, Salud ha animado a la vacunación de la población general eliminando el requisito de cita previa.
La vacuna es un aspecto esencial de la prevención, que pasa también por otras medidas básicas como el uso de la mascarilla cuando hay síntomas o «la etiqueta de tos». Es decir, cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar con un pañuelo desechable, y proceder después al lavado de manos, explica Shirley Pérez, jefa del servicio de Medicina Preventiva del Reina Sofía. Son aspectos que deberíamos haber aprendido en la pandemia, pero no parece que sea así. «La educación sanitaria se ha quedado corta. Estas medidas no se han tenido en cuenta durante estas fiestas. Hemos perdido el principio de cautela, la percepción de riesgo, y el resultado es que la mascarilla no está, ni la higiene de manos, ni la etiqueta de tos. La consecuencia es el aumento que hemos visto de infecciones respiratorias», lamenta Shirley Pérez.
La mascarilla es una barrera a utilizar especialmente cuando se tienen síntomas, recuerda. La experta considera básico el uso de este elemento de protección en centros sanitarios ante epidemias como la que está afrontando la Región, algo en lo que coincide Enrique Bernal, jefe de Infecciosas del Reina Sofía. «Era una medida que había que implantar, porque en los hospitales hay muchos pacientes vulnerables. Pero posiblemente hubo que aplicarla cuando empezaron a subir los casos. Ahora probablemente ya llegamos tarde», lamenta.
La mascarilla es obligatoria en los centros sanitarios de la Región de Murcia desde el sábado 6 de enero. El día anterior, la ministra de Sanidad, Mónica García, anunció su intención de llevar esta medida al Consejo Interterritorial del lunes 8, pero no hubo consenso. El Ministerio optó por aprobar la obligatoriedad en todo el Sistema Nacional de Salud el pasado miércoles.
No todos están de acuerdo. Manuel Muro, jefe de Inmunología de La Arrixaca, duda de su efectividad, e insiste en la importancia de la vacunación.
La pandemia dejó en evidencia la necesidad de engrasar los mecanismos de actuación y coordinación entre comunidades y Ministerio en el seno del Consejo Interterritorial. Pero en las últimas semana hemos asistido a un 'déjá vu', con las distintas administraciones cruzándose reproches en función del color político de cada cual. El Ministerio no convocó hasta enero a las comunidades, con el sistema ya saturado por la gripe, y la reunión terminó en fracaso por la falta de consenso.
«Deberían dejarse los colores en la puerta y ver la mejor forma de colaborar con los ciudadanos», lamenta Pascual Piñera, jefe de Urgencias del Reina Sofía, quien apuesta por regular por ley unos mecanismos de actuación en salud pública similares a los de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que constituye un modelo de coordinación. «El Consejo Interterritorial debería ser un órgano para armonizar las políticas de salud, y no un sitio donde se hace política desde cada región en función de su color político», subraya Jesús Abenza, presidente de Smumfyc. «Que haya comunidades como la nuestra que califiquen de ocurrencia la 'autobaja', que es algo en lo que las sociedades científicas llevamos largo tiempo trabajando, demuestra que las decisiones no se toman en función de criterios científico-técnicos», lamenta.
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