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Solo habían pasado unas horas desde el último asesinato de una mujer en España, el de una adolescente de quince años en la vecina Orihuela presuntamente a manos de su exnovio, con el que había cortado su relación sentimental, cuando en el centro de Murcia resonó este lunes el clamor de cientos de personas contra «las violencias machistas», que en su expresión más trágica han costado ya la vida a 42 féminas este año. «Basta ya de machismo y de mujeres asesinadas por el hecho de serlo», resumió ante los periodistas Ana Mellado, secretaria de Mujer e Igualdad de Comisiones Obreras, el sentir de los diecinueve colectivos, asociaciones y sindicatos agrupados en torno a la Asamblea Feminista de Murcia, que se movilizó para manifestarse con motivo del Día Internacional de la eliminación de la Violencia contra la Mujer. Fue en la convocatoria más numerosa de las tres celebradas en la Región, donde también hubo marchas en Cartagena y Lorca. Estas protestas y las concentraciones en Molina de Segura, Yecla, Las Torres de Cotillas y El Palmar sumaron miles de personas.
«Violencias machistas, respuesta feminista», fue el lema elegido por la Coordinadora de Grupos Feministas, que convocó en Murcia una manifestación por el 25N marcada este 2024 por el rechazo a la «justicia patriarcal», y en concreto a la sentencia de la Audiencia Provincial que condenó en septiembre a siete empresarios y promotores por haber pagado a menores de 15 y 17 años por tener sexo con ellas pero que les evita la entrada en prisión; ello, tras el acuerdo de conformidad entres sus defensas y la Fiscalía para rebajar las penas, ante las dilaciones indebidas en el proceso judicial (la trama de prostitución fue desmontada en 2014).
«Hemos logrado coordinarnos ante la indignación por el acuerdo de la Fiscalía, que nos ha llenado de rabia», señaló Olvido Garrido, del Movimiento Feminista de Murcia, acerca de este caso. Y llamó la atención sobre la necesidad de que las instituciones refuercen la protección de «las mujeres más vulnerables», junto a las menores de edad: «las inmigrantes», de las que señaló que sufren explotación sexual en el ámbito laboral; las camareras de piso o 'kellys'; «las presas» por delitos de narcotráfico, «cuyos maridos las emplean en el tráfico de drogas»; y las mujeres que viven en zonas de guerra, que sufren violaciones y «cosas que no podemos imaginarnos». Garrido también citó a féminas encarceladas por asesinar a sus maridos, ya que, dijo, actúan «por desesperación» tras una historia de maltrato hacia ellas.
Los mensajes contra «el negacionismo» de la violencia hacia las mujeres y sus hijos y en favor de una educación «en igualdad», en particular entre niños y jóvenes en las aulas y en las redes sociales, también se repitieron este 25N. «Las agresiones sexuales crecen entre los menores. Y la Consejería de Educación obstaculiza la educación» en lo afectivo sexual, apuntó Mellado. Y exigió más recursos públicos para combatir la lacra del machismo y que no se apliquen «nunca más dilaciones indebidas» en los juicios por delitos sexuales, sobre todo cuando las víctimas sean menores.
«No nos pueden matar por el hecho de ser mujeres», insistió Gloria Alarcón, exdiputada del PSOE, vocal de la Asamblea Feminista y presidenta del Fórum de Política Feminista. Pidió reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal, «especializar a los tribunales» y abordar «el reto» del negacionismo y la «justificación» del machismo en las redes sociales.
También llamaron a atajar estos «discursos negacionistas», por los que señalaron a Vox, las diputadas Marisol Sánchez y María Marín, de PSOE y Podemos, respectivamente. En la marcha, secundada entre otras entidades por Amnistía Internacional, estuvieron asimismo el secretario general del PSRM, José Vélez, y el coordinador de Más Región, Óscar Urralburu. La presencia del exparlamentario de Podemos, además tras una pancarta de su actual formación con el lema 'Cuando nosotras hablamos cambia el mundo', fue especialmente simbólica, dada la reciente dimisión del diputado de Sumar Íñigo Errejón, acusado de violencia sexual.
«La tarde, la noche, también son nuestras», fue una de las proclamas escuchadas en la Gran Vía, donde el paso de la manifestación –que partió de la plaza de la Fuensanta y llegó al Palacio de Justicia– y las consignas contrastaron con la flamante iluminación navideña. Las estrellas y otros entrañables adornos tuvieron también su contrapunto en la grotesca figura de un manifestante, que cubrió su rostro con una careta con forma de cerdo y portaba este cartel: «Muchas gracias, señor juez».
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