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La bajada de la temperatura del Mar Menor «favorece que aumente la concentración de oxígeno en el agua a medio plazo», según explicó el portavoz del Comité de Seguimiento de la laguna salada, Emilio María Dolores. Un parámetro que desde el órgano de control consideran positivo, ya que disminuye el riesgo de anoxia en el ecosistema, que actualmente se encuentra en una situación estable, según los últimos controles. «Los niveles de oxígeno nos transmiten cierta tranquilidad», dijo María Dolores tras la reunión que el comité mantiene cada dos semanas con el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, para informarle de la evolución del estado de la laguna.
En concreto, el descenso ha sido de dos grados, de los 31,25 de temperatura media que el agua alcanzó durante la última semana del pasado mes de julio -el registró más alto desde que hay mediciones- a los 29,14 que los termómetros han marcado de media en los últimos días. Pese a que se espera que esta tendencia decreciente continúe, desde el Comité de Seguimiento del Mar Menor muestran cautela y preocupación ante la posibilidad de que las altas temperaturas que han registrado tanto el Mar Menor como el Mediterráneo provoquen lluvias torrenciales que podrían perjudicar gravemente al ecosistema al ser una «cuenca de vertidos», según definió el portavoz de este órgano de control. «Nos preocupan los efectos que pueda tener en el Mar Menor una DANA. Contra esos temas naturales no se puede luchar, pero sí sobre esa sangría continua que está entrando», dijo refiriéndose a los vertidos procedentes de la rambla del Albujón. «No debería entrar agua porque hace meses que no llueve», lamentó María Dolores.
Respecto a la presencia de algas, el portavoz del Comité de Seguimiento del Mar Menor cifró en 16.562 las toneladas retiradas durante este año, que equivalen a 345 toneladas de nitrógeno -lo que supone un 37% del total que ha entrado- y de 11,5 toneladas de fósforo, que se traduce en la eliminación de un 180% de este mineral. Una actuación que ha evitado la proliferación de zonas de fango y lodo, según explicó María Dolores. «Una cifra importantísima que está teniendo una influencia muy positiva en el estado ecológico».
El resto de parámetros que marcan la evolución del ecosistema se mantienen estables. Valores que se controlan a través de las dos boyas de medición instaladas en el Mar Menor que dan información cada seis horas sobre el estado de la laguna salada -y que pasarán a ser el doble en las próximas semanas- y que arrojan «datos buenos para la época del año en la que estamos», según valoró el portavoz del Comité, que lleva 25 años al frente del Servicio de Pesca de la Comunidad Autónoma.
En cuanto a la turbidez actual de los 135 kilómetros cuadrados que tiene el Mar Menor, Emilio María Dolores aseguró que la transparencia ha mejorado en términos generales respecto a la semana anterior por los últimos vientos que han soplado de Poniente, aunque reconoció que en Los Urrutias y en Los Nietos «el agua está menos clara».
Técnicos de la Consejería de Medio Ambiente se personaron este jueves por la mañana en la playa del Galúa de La Manga, en el municipio de Cartagena, para recoger muestras de un vertido de agua al mar Mediterráneo denunciado anteayer por el Grupo Municipal Movimiento Ciudadano (MC) en el Ayuntamiento de Cartagena, y así poder determinar su origen y composición química. Una de las líneas de investigación que se baraja es que el líquido procedente de una tubería rota ubicada entre unas rocas, podría ser agua de los aires acondicionados del hotel que lleva el mismo nombre que la playa. No obstante y a falta de las conclusiones de la investigación, que aún tardarán unos días, lo que mantiene la Consejería es que no se trata de aguas residuales. De confirmarse la hipótesis de que es una tubería procedente del hotel, el establecimiento deberá canalizar el conducto correctamente hasta la red de pluviales de alcantarillado.
Este diario se puso este jueves en contacto con el Hotel Galúa y pidió hablar con un responsable para conocer su versión, pero prefirió no hacer declaraciones.
Con respecto a otro posible vertido cerca de la playa de Las Gaviotas de La Manga, en el municipio de San Javier, la concejala de Servicios Públicos, María Dolores Ruiz, insistió en que no eran aguas residuales, sino una burbuja de aire que salía de un tubo que solo se usa ante un colapso de la red de bombero terrestre. La edil aseguró que está vacío y lo estuvo en el momento de la detección, que ya está anclado al fondo y que ninguna otra canalización está rota y vertiendo agua sucia al mar.
Por Antonio López.
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