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A la vista de la evolución de los casos de Covid en la Comunidad durante la última semana, los técnicos de Salud Pública han ... propuesto recuperar el toque de queda en la Región de Murcia durante la noche para poner coto a la transmisión del virus en el ocio y las reuniones nocturnas.
Según ha podido saber LA VERDAD, la medida será una de las propuestas que se debatirán este lunes en la reunión del Comité de Seguimiento de la Covid-19. El horario que se baraja en la Comunidad para la aplicación de la restricción abarcaría, en principio, de una de la madrugada a seis de la mañana.
Regresaría así una medida que la Región abandonó hace hoy 70 días, tras el fin del estado de alarma el pasado 9 de mayo. La posibilidad la deslizó ya el pasado miércoles el presidente del Ejecutivo regional, Fernando López Miras, en Madrid, cuando aseguró en una entrevista para una televisión nacional que el toque de queda es una medida que «está encima de la mesa» para frenar el avance de la pandemia en caso de que continuase el «incremento exponencial de los contagios». De este modo, su adopción dependerá en buena parte de la evolución que se constate este fin de semana.
En caso de que el toque de queda obtenga el respaldo en la reunión del Comité, la Región de Murcia se convertiría en la séptima comunidad autónoma en solicitar la restricción de la movilidad nocturna a los tribunales, lo que, a la vista de lo sucedido en otros territorios, no supone una garantía de que llegue a ejecutarse, ya que las decisiones judiciales al respecto han sido dispares en la última semana.
La primera comunidad que consiguió el aval judicial para poner en marcha la restricción fue la Comunidad Valenciana. Esta obtuvo el respaldo del Tribunal Superior de Justicia el pasado lunes y abrió un camino arriesgado a otras comunidades que ha ofrecido resultados desiguales. Tras Valencia, han obtenido la luz verde también Cataluña y Cantabria, que recibieron la resolución este viernes. Sin embargo, Extremadura, que lo pidió para tres de sus municipios, y Canarias, que lo hizo para la isla de Tenerife, han visto frustrada su intención de activar un mecanismo similar.
La última en llegar ha sido Navarra, que ha cursado ya su solicitud de autorización judicial para imponerlo en la práctica totalidad de su territorio y está a la espera de la resolución. Asturias ya admite que contempla la posibilidad de pedirla, mientras que Madrid, Andalucía, Galicia, La Rioja, Baleares y Castilla y León la han descartado públicamente. País Vasco, en cambio, ha optado por impedir las reuniones nocturnas, pero no la movilidad.
Para añadir desconcierto, los motivos esgrimidos por los tribunales que han denegado el toque de queda han sido diferentes en cada caso. Mientras que para el TSJ de Canarias, la negativa responde a que la medida «no está justificada en el riesgo actual de la situación epidemiológica evaluada por la Dirección General de Salud Pública» y recuerda que la aplicación de las leyes que sancionan beber en la calle son ya suficientes para luchar contra los botellones; en Extremadura se afea al Gobierno que no conste en el informe enviado al tribunal la adopción de otras medidas previas para paliar la situación sanitaria, como reducción de aforos y horarios o la realización de pruebas diagnósticas, por lo que considera que no queda acreditada la imprescindibilidad de la medida.
Además, el Gobierno de Canarias ha recurrido al Tribunal Supremo para que revierta la decisión de su tribunal autonómico. Si tiene éxito, se abriría otra vía más en el intrincado periplo judicial que afrontan las comunidades a la hora de establecer medidas para contener la pandemia.
Los problemas jurídicos de los nuevos toques de queda se deben a una relevante diferencia respecto a los que se aprobaron meses atrás: la ausencia del marco jurídico que ofrecía el estado de alarma para la suspensión de derechos fundamentales. Numerosos presidentes autónomos han insistido en los últimos días en la necesidad de una ley de pandemias que resuelva la situación.
Mientras tanto, la pandemia continúa avanzando. La Región de Murcia abandonó esta semana el nivel de alerta por transmisión bajo y ascendió al medio. Ayer su incidencia acumulada en 14 días se situaba ya en más de 261 casos por cada 100.000 habitantes, lo que anticipa un posible nuevo cambio de nivel en la próxima reunión del Comité Covid.
El Ejecutivo de López Miras ha implementado diversas medidas para contener la explosión de contagios a lo largo de las dos últimas semanas, como el cierre del interior de los locales de ocio nocturno y la limitación de los aforos en los locales de celebraciones en toda la Comunidad, donde se han producido los brotes de mayor repercusión, o la limitación en 13 municipios del aforo en el interior de los locales de hostelería y comercio y actos multitudinarios.
Sin embargo, estas limitaciones no han mostrado efectividad para acabar con una de las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias: la transmisión del virus en botellones y reuniones en la calle al cerrar los locales, una situación que se intensifica estos días en algunas zonas de costa como La Manga y Cabo de Palos, donde la Policía Local ya ha recibido indicaciones para endurecer la actividad sancionadora por beber en la calle.
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