El tubo de ósmosis que reventó el pasado miércoles en la desaladora de Valdelentisco lo hizo con tal fuerza que destrozó una valla protectora, debido a la alta presión que se utiliza para desalar el agua. Para asegurarse de que este accidente no se vuelva ... a repetir, los técnicos están inspeccionado los tubos de todos los bastidores, aproximadamente unos 1.800. A esta tarea se han sumado este fin de semana empleados de la empresa japonesa que fabricó los tubos, que son quienes dirán finalmente en qué estado se encuentran y si es seguro que la planta siga funcionando.
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En principio, la desaladora propiedad de Acuamed trabajará bajo mínimos, aunque diversas fuentes apuntan que quedará paralizada del todo hasta que se averigüen las causas y se tomen las medidas necesarias para preservar la seguridad de los trabajadores.
La desaladora está operada por la empresa Aqua Ambiente, que pertenece al grupo Veolia, el mismo que Hidrogea. Su contrato incluye la explotación y mantenimiento, pero no la renovación de los equipos, que compete a la sociedad estatal Acuamed. Diversas fuentes apuntan a que la antigüedad de los circuitos e instalaciones puede ser la causa del accidente, un hecho que se considera poco habitual en el sector. Como avanzó LA VERDAD, un tubo de ósmosis, con una presión de 70 kilos, reventó el miércoles y expulsó como un proyectil la cabeza de dicho conducto. En ese momento dio comienzo una carrera contra el reloj para comprobar el estado de las instalaciones y preservar la seguridad.
Valdelentisco es una de las tres grandes desaladoras que tiene Acuamed en la cuenca del Segura, por lo que forma parte del plan de desalación del Ministerio para la Transición Ecológica para intentar compensar el recorte del Trasvase Tajo-Segura, ya que está prevista su ampliación hasta los 70 hectómetros cúbicos nominales. En situaciones normales, su producción real oscila entre los 37 y 42 hectómetros, pese a que oficialmente se le asignan 50.
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Un equipo técnico de la empresa japonesa que fabricó los tubos se desplazó este fin de semana hasta Cartagena para averiguar lo sucedido. Se llevará unas muestras a Japón para realizar unas pruebas de fábrica y comprobar el alcance y el estado de los equipos de ósmosis, según ha podido saber esta redacción. Hasta que no se conozcan los resultados de dichas pruebas no se podrá saber el nivel de seguridad de las instalaciones, en qué estado se encuentran los tubos y si hay que renovarlos. A priori no se descarta que haya otras unidades dañadas o en mal estado, según las primeras observaciones.
Acuamed señala que actuará de acuerdo con el dictamen de los técnicos, con un primer diagnóstico que espera conocer hoy. En los próximos días se tomará la decisión definitiva. La desaladora tenía programada una próxima parada técnica de mantenimiento que viene a coincidir con esta situación. Tiene agua embalsada para abastecer a los regantes durante dos o tres semanas, lo cual le da cierto margen para actuar. No obstante, diversas fuentes subrayan que la planta no volverá a producir agua hasta que se compruebe que es segura para los trabajadores, para lo cual hay que esperar al informe de la empresa de Japón que fabricó los tubos.
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Desde que se produjo el incidente, la desaladora redujo su producción y ahora se encuentra bajo mínimos. El proceso de desconexión de la planta hasta su parada total es gradual.
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