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RODRIGO ERRASTI
Viernes, 10 de febrero 2017, 00:46
La decisión del entrenador del Sporting, Joan Francesc Ferrer, 'Rubi', de impedir entrar al vestuario al capellán del equipo, Fernando Fueyo, no ha gustado en Gijón. El técnico desea limitar la presencia en el vestuario y evitar que Fueyo, considerado un símbolo del club, acceda a rezar con los futbolistas un padrenuesto, práctica habitual en el Sporting. Rubi busca «que los jugadores no se desconcentren» y niega que sea un asunto religioso, ya que tampoco pueden acceder los auxiliares ni siquiera el delegado del equipo. Fueyo lleva 20 años como capellán del Sporting, que desde 1961 cuenta con un cura como parte integrante de la plantilla, y es una figura muy querida por los jugadores. Incluso ha oficiado la boda de algunos de los futbolistas. Reconoce estar «dolido» pero prefiere huir de polémicas.
Quizá Rubi recuerde a Alfio Basile como un entrenador que pasó fugazmente por el Atlético. El 'Coco', acusado por Jesús Gil de ser amante de la noche y perezoso para trabajar por la mañana, dejó una frase lapidaria: «No permitiré que contraten a un técnico mientras esté trabajando. Si lo hacen, me cago en el contrato y me voy».
Curiosamente, hay otra anécdota no futbolística por la que todo el mundo recuerda a Basile, ya que fue él mismo el que la contó en una entrevista en 'Línea de Tiempo'. En febrero de 1998 fue convencido por Fernando Miele, al que conocía de su etapa en la selección argentina, para dirigir a San Lorenzo de Almagro cuando trataba de evitar el descenso de categoría. El técnico, conocido por ser muy supersticioso, solicitó al presidente que sacase de la caseta a un cura que acudía «siempre a saludar a los jugadores antes del partido» y transmitir buenas energías. Algo habitual en el club, fundado por el cura Lorenzo Massa, temeroso de que a los chicos les pasase algo por jugar en la calle. Esa decisión ayudó a que los Forzosos pasasen a llamarse San Lorenzo y conviviesen con el mote de 'los cuervos', por el color de las sotanas.
Todo eso daba igual. Basile creía que era 'mufa' (gafe). «No quería a nadie que me desconcentrara a los jugadores. Le dije a Miele que echara al cura. Si no le ganaban a nadie, ¿para qué iba a entrar de nuevo? Miele se lo dice y el tipo se va», recordada Basile en la televisión pública en 2014. No duró mucho en el cargo y solo cayó en la identidad del religioso años después, en un encuentro casual con el entonces presidente de San Lorenzo en un hotel de la capital. «'¿Viste quién es el Papa?', me dice Miele. Francisco es Bergoglio, el que vos echaste del vestuario de San Lorenzo», revelaba con su voz ronca. Bergoglio, desde pequeño, acudía con su padre al estadio y durante su época como arzobispo de Buenos Aires iba a las instalaciones del club a decir misa y confesar a los jugadores.
Basile terminó la anécdota en 2014 anunciando que visitaría al Papa para contarle la historia. «Voy a pedir una audiencia con él. será una reunión muy linda. Él seguro que no se olvidó de eso», explica el 'Coco'. Por el momento, el papa Francisco, que tiene el carné número 88.235 como socio de San Lorenzo de Almagro, ha recibido a los actuales dirigentes del 'Ciclón' en el Vaticano dos veces: tras ganar la liga argentina y después de la Copa Libertadores, cuando el Papa estaba de luto por la muerte de unos familiares en un accidente. No se tiene constancia de que por el Vaticano haya pasado Basile, del que algunos creen pudiera haber mezclado nombres y fuera el padre Domingo Pizzulli el religioso expulsado.
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