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S. ECHEAZARRA
Martes, 7 de junio 2016, 01:33
¿Existe la lengua de las mariposas? Tal vez sepan decir «sí, quiero» las que vuelen en una nueva granja de lepidópteros, la segunda de Europa, que se estrenará en los invernaderos de Urbina (Álava), donde se proyecta un espacio de 6.000 metros cuadrados para la cría de especies autóctonas del territorio histórico -unas 139- y también en peligro de extinción. ¿El objetivo? El proyecto, que arrancará a inicios de 2017 con una producción prevista de entre 1.500 y 2.000 insectos al mes, persigue ofertar la suelta de mariposas en bautismos, bodas y otros actos, y, a la vez, educar a escolares sobre su ciclo vital y vender a mariposarios.
Un singular criadero que, de paso, «contribuirá a la repoblación de estos seres diezmados por el estilo de vida del hombre moderno», recuerda Juan José Román, impulsor de esta iniciativa que lleva por nombre MushosMusuk. «Las mariposas están muy amenazadas. Desde que ponen los huevos, solo sobrevive el 2% debido a que tienen muchos depredadores. Si añades que las plantas se tratan con pesticidas, a los que estos insectos son muy sensibles, eso influye a que aún mueran más».
A fin de preservar estos insectos, la explotación alavesa tendrá flores y plantas «100% ecológicas y nativas», como el hinojo y las ortigas, alimento necesario para el lepidóptero. «Al ser especies autóctonas, no habrá problema con el clima. Nosotros vamos a imitar su hábitat y a protegerlas», remarca el promotor de este negocio «sostenible» que está a la espera de los últimos permisos de la Diputación.
La propuesta prevé también un domo geodésico -una especie de cúpula- en el Jardín Botánico de Santa Catalina (Iruña de Oca), donde el público podrá admirar diferentes tipos de mariposas. Asimismo, junto a la instalación de una yurta -tienda de campaña empleada por los mongoles- anexa al invernadero para impartir cursos, el siguiente paso que Román pretende dar es establecer una explotación cerrada en un terreno de 4.000 metros cuadrados en Arroyabe, donde los insectos podrán desarrollarse y sobrevivir lejos del estrés.
De huevo a oruga, de oruga a crisálida y de crisálida a mariposa. La metamorfosis de los lepidópteros lleva su tiempo. Por ello, quien desee tenerlos en su boda o comunión deberá pedirlos con «meses de antelación». La empresa se las enviará por transporte especial de animales y le proporcionará las instrucciones para liberarlas. «Hay que hacerlo con sol. Si no, no salen». A las puertas de la iglesia, al abrir los regalos.... «Se puede adornar una carpa con las flores que les gustan y se sueltan durante el banquete para dar un poco de vida al acto». Asociadas a mitos y leyendas, las mariposas también se liberan en funerales otorgando un significado poético a la ceremonia. En otros países es más común y resulta «muy emotivo».
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