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Francisco Javier Ortiz pasó hace quince años por un infarto que le dejó secuelas, y que derivó en una insuficiencia cardíaca. «Entre 2021 y 2022 ... tuve ocho anginas de pecho», cuenta este murciano de 61 años, exdirector de una oficina bancaria. En febrero, Francisco Javier entró en un programa piloto, bautizado como Pharaon, que le permite sentirse más seguro. El Servicio Murciano de Salud (SMS) le facilitó un tensiómetro, una báscula digital y una pulsera inteligente que incorpora un pulsómetro para medir en tiempo real la frecuencia cardíaca. A través de una aplicación instalada en su teléfono móvil, esa información llega a un 'call center' en el que cinco enfermeras vigilan los datos tanto de Francisco Javier como de otros 149 pacientes de insuficiencia cardíaca mayores de 55 años seleccionados para el programa.
«En un par de ocasiones, los datos han generado dudas; me ha llamado la enfermera para comprobar cómo estaba. A mí, sobre todo, esto me ha servido para perder peso, porque el hecho de pesarte todos los días para ver si hay retención de líquidos te hace consciente de cómo vas bajando o subiendo en función de la alimentación», explica.
Pharaon (Pilots for Healthy and Active Ageing) es un proyecto europeo al que se ha sumado el SMS en colaboración con el Centro Tecnológico del Mueble y la Madera de la Región de Murcia (Cetem).
«Se trata de probar un modelo de asistencia diferente. El modelo actual es reactivo: el paciente tiene listas de espera y poca accesibilidad. Con este programa, mantenemos una comunicación diaria gracias a las nuevas tecnologías. Vemos sus constantes reflejadas en la aplicación y le ayudamos en el manejo de la medicación, le ofrecemos de manera proactiva educación para la salud y evitamos ingresos en el hospital», detalla María Jódar, una de las cinco enfermeras encargadas de la monitorización.
En función de las características del paciente, esta vigilancia es más o menos amplia. Algunos de los participantes en el programa disponen únicamente de la báscula, tensiómetro y pulsómetro, mientras en otros casos se incorporan dispositivos de presencia en diferentes lugares del hogar, como el sofá, la cama o el frigorífico. «Si el frigorífico no se abre en 24 horas, sabemos que ha pasado algo», ejemplifica Jódar. Si no hay señales de movimiento en la casa, la alerta salta tanto al 'call center' como al familiar o allegado que ejerce de cuidador principal. En algunas de las viviendas de los pacientes se han instalado también otros sensores para medir parámetros como temperatura o humedad. Esto permitirá estudiar, entre otros aspectos, el efecto de los periodos intensos de calor sobre estos pacientes. «Durante este verano hemos tenido a bastantes pacientes que se han descompensado», avisa María Jódar.
El objetivo de Pharaon es mejorar el seguimiento de los afectados por insuficiencia cardíaca, especialmente expuestos a reingresos hospitalarios, complicaciones y visitas a urgencias. El programa se puso en marcha hace ahora un año y el balance es positivo, aunque aún sea pronto para una análisis en profundidad de los resultados obtenidos. «El 59% de las incidencias se han podido resolver sin necesidad de que el paciente haya tenido que ser derivado a otro servicio», destaca la enfermera. En otros casos, al usuario se le pone en contacto con su médico de familia, el trabajador social o su cardiólogo. En este sentido, la colaboración tanto con Cardiología como con Atención Primaria es esencial.
La insuficiencia cardíaca es la primera causa de ingresos hospitalarios por encima de los 65 años, y en los próximos 25 años se prevé que se duplique el número de hospitalizaciones debido a esta enfermedad.
Además de paciente del programa Pharaon, Francisco Javier Ortiz es presidente de la Asociación Murciana de Rehabilitación Cardíaca (Amurecar), que reclama el acceso a estos tratamientos de rehabilitación a todos los pacientes con enfermedad cardíaca que lo requieran. Cuando hace quince años Francisco Javier tuvo un infarto, pudo beneficiarse de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Reina Sofía, que fue pionera. La situación ha ido mejorando desde entonces, pero esta prestación sigue sin llegar a todos los enfermos.
«Necesitamos unidades en todas las áreas de salud, y con dotación suficiente», subraya. La rehabilitación va más allá de la actividad física. «También es muy importante la atención psicológica y las charlas sobre nutrición, sexualidad o la importancia de la farmacología», señala el presidente de Amurecar.
La asociación estuvo ayer presente en las actividades con motivo del Día Mundial del Corazón que se organizaron en la plaza de Santo Domingo, en Murcia. La jornada sirvió para concienciar sobre la importancia de la prevención.
Según datos de la Consejería de Salud, 2.530 personas sufrieron el año pasado en la Región de Murcia alguna patología cardiovascular que tuvo que ser atendida por un especialista y, de ellas, el 75% no tenía antecedentes de problemas de corazón. En la Región se producen unos 3.000 fallecimientos cada año relacionados con patologías cardiovasculares, «lo que supone un 30% del total de muertes anuales». Sin embargo, «la prevención permite que una persona con enfermedades del corazón y con riesgo de fallecimiento pueda vivir una media de diez años más», destacó Pedreño.
La Región de Murcia presenta tradicionalmente tasas de mortalidad por cardiopatía isquémica superiores a la media nacional. En 2021 se registraron 59,4 muertes esta causa por cada 100.000 habitantes, según la tasa ajustada por edad, frente a las 53,3 por 100.000 en el conjunto de España.
La Consejería de Salud inició en 2019 un programa de prescripción de ejercicio físico terapéutico destinado a pacientes con cardiopatías, el 'Activa-Cardio'. Esta modalidad es una rama del programa 'Activa' y tiene como destinatarios pacientes que hayan padecido un infarto agudo de miocardio y hayan realizado rehabilitación cardíaca. Actualmente, hay dos grupos de 'Activa- Cardio' dependientes del hospital Reina Sofía, a los que se unirán en los próximos meses dos más, dependientes del Virgen de la Arrixaca y del Santa Lucía de Cartagena, según anunció el consejero de Salud.
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