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Juan José Martínez, jefe de sección de Aparato Digestivo del Reina Sofía, lleva tiempo detectando un aumento de consultas por todo tipo de molestias ... que no se corresponde, en realidad, con un incremento en la incidencia de patologías. «Hay algunas enfermedades autoinmunes en las que sí se observan más casos, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. Pero, en general, lo que nos llega son personas con síntomas como hinchazón abdominal, gases o dificultad para hacer la digestión. Se trata de trastornos funcionales, muchas veces con un trasfondo emocional», explica.
Consultamos más que nunca al médico ante molestias de este tipo, y muchas veces le exigimos un diagnóstico concreto. Juan José Martínez advierte del riesgo de patologización, de «sobrediagnóstico» y del abuso de pruebas a veces innecesarias. Con el objetivo de ofrecer una herramienta útil a los médicos de familia, el jefe de sección de Aparato Digestivo del Reina Sofía ha elaborado un manual junto a Miguel Ruiz Moreno, especialista del Virgen del Castillo de Yecla. El título, 'Primero es Primaria', representa ya una declaración de intenciones. «Necesitamos una vuelta a lo básico. La relación médico y paciente, la empatía y confianza pueden evitar pruebas y derivaciones innecesarias», subraya Juan José Martínez. El manual está siendo presentado a todos los equipos de Primaria del área de salud del Reina Sofía.
«El problema es que estamos ante un cambio de paradigma. Todo el mundo consulta internet y se deja llevar por las redes, donde los 'influencers' introducen modas». El ejemplo más claro es el síndrome de sobrecrecimiento bacteriano de intestino delgado (SIBO), una enfermedad que existe pero que se ha convertido en una especie de comodín al que acuden muchas personas que buscan ponerle un nombre concreto a sus molestias. «La Sociedad Española de Patología Digestiva ha tenido que tomar cartas en el asunto, porque hay un aumento falso de SIBO. Esta enfermedad suele darse en dos perfiles muy claros: pacientes que han pasado por cirugías con resecciones intestinales y personas con una diabetes evolucionada que dificulta los movimientos peristálticos [contracciones musculares que se producen tras la comida, y que ayudan a mover los alimentos a lo largo del tracto digestivo]», detalla el especialista del Reina Sofía.
Algunas enfermedades y trastornos funcionales en el aparato digestivo
Dispepsia funcional (indigestión): fecta aproximadamente a un 20% de la población. Es un trastorno funcional que se caracteriza por dolor o ardor epigástrico, saciedad precoz y sensación de pesadez tras la comida.
Síndrome de intestino irritable (o colon irritable): Representa por sí solo entre el 10% y el 15% de las consultas en Primaria. Se caracteriza por dolor abdominal, cambios del ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea, que pueden alternar entre sí) y sensación de distensión o dolor abdominal.
Síndrome de sobrecrecimiento bacteriano de intestino delgado (SIBO): Se produce por la colonización, por parte de las bacterias del colon, de tramos ascendentes de intestino delgado, generando una clínica de hinchazón y distensión abdominal y en ocasiones diarrea.
Infección por helicobacter pylori: Se produce cuando esta bacteria coloniza el estómago. Se calcula que la helicobacter pylori está presente en más de la mitad de la población, pero no siempre causa síntomas o molestias. Puede ser causa de úlcera estomacal o dispepsia.
Enfermedad inflamatoria intestinal: Se trata de un grupo de enfermedades inflamatorias crónicas de carácter autoinmune. Las más representativas son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. La enfermedad de Crohn se caracteriza por la inflamación crónica del tubo digestivo. Probablemente se debe a la interacción de antígenos microbianos y alimentarios con un sistema inmunitario predispuesto genéticamente a desarrollar una respuesta anómala y excesiva. En cuanto a la colitis ulcerosa, se trata de una enfermedad inflamatoria crónica del colon. La causa es también desconocida.
Intolerancias alimentarias: Las más habituales son las intolerancias hidrocarbonadas (lactosa y fructosa). La clínica suele presentar diarrea intermitente, hinchazón o dolor abdominal.
Celiaquía: Es una enfermedad inflamatoria autoinmune que afecta a la mucosa del intestino delgado en pacientes genéticamente susceptibles. El desencadenante es el contacto de la mucosa intestinal con el gluten.
Sin embargo, «la divulgación de información no contrastada por ciertos sectores en las redes sociales, sin criterio médico ni evidencia científica», ha disparado las consultas de pacientes que creen padecer SIBO. «Se ha generado una alarma a una población susceptible y desinformada». La Sociedad de Patología Digestiva «descarta taxativamente la realización de test y tratamiento de SIBO a pacientes con síntomas inespecíficos como distensión abdominal, flatulencia, diarrea intermintente y otras molestias abdominales», se subraya en 'Primero es Primaria'.
Muchos de estos pacientes padecen alteraciones funcionales que obedecen a otras causas. Juan José Martínez recuerda que cada vez hay más evidencias de la importancia del «eje cerebrointestinal» y de la microbiota. El estrés y la ansiedad pueden tener un impacto importante en el aparato digestivo, y son factores cada vez más tenidos en cuenta a la hora de abordar trastornos funcionales como el síndrome del intestino irritable. Tanto es así que en el tratamiento se contempla en ocasiones el uso de ansiolíticos.
El sobrediagnóstico y las pruebas innecesarias llegan también a las intolerancias alimentarias. En su manual, Juan José Martínez y Miguel Ruiz advierten de «los análisis de sangre promovidos por ciertos laboratorios que detectan alergias o intolerancias de alimentos», ya que «ni son fiables ni están validados por las sociedades de Alergia». Tampoco responden a la evidencia los «test de microbiota intestinal o análisis de flora fecal» que ofrecen determinadas empresas.
Detrás de la patologización y el sobrediagnóstico hay muchas veces intereses económicos. Antes de someternos a baterías de pruebas innecesarias o de comprar productos poco menos que milagrosos hay que volver a lo esencial: cuidar la alimentación, con una dieta saludable, y la salud mental.
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