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Cortados rocosos que se adentran en el mar y en los que anidan el búho real, el halcón peregrino y el águila perdicera; calas ... recónditas que ofrecen un baño con vistas espectaculares y en las que olvidarse del mundo por un rato; joyas arquitectónicas declaradas bien de interés cultural (BIC), como molinos de viento, torres de defensa y baterías militares; y un conjunto de sierras y cabezos con fuertes pendientes a la costa y atravesados por un gran número de sendas y por el GR92, el gran sendero del Mediterráneo en España. El Espacio Natural Protegido de La Muela, Cabo Tiñoso y Roldán, en la zona oeste de Cartagena, tiene tantos valores ecológicos, geológicos e históricos como un potencial para el turismo de naturaleza y cultural aún por aprovechar por la Región de Murcia.
Pero, a la vez, incluso en verano a pesar de las altas temperaturas recibe cada año a más visitantes dispuestos a disfrutar del senderismo, el piragüismo, el vuelo en parapente y otras actividades deportivas y de ocio al aire libre. Y eso plantea problemas para la conservación de esta joya medioambiental como el abandono de residuos, sobre todo en lugares sensibles e incluidos en la Red Natura 2000 de la Unión Europea como la zona de especial protección para las aves (ZEPA), territorio de la pardela cenicienta, el camachuelo trompetero y el águila real; y la presión humana que supone el tránsito de personas, coches, motos y bicicletas, tanto de día como de noche, para otras especies animales y vegetales.
Es el caso de los pastizales de 'Brachypodium retusum' (espigas secas) y de flora tan amenazada como la manzanilla de Escombreras, que lucha contra su extinción en la Punta de La Azohía, y de ejemplares singulares como el árbol monumental Palmito de la Cueva de Neptuno, que pervive en el entorno de Cala Aguilar.
Para poner orden en esta área del litoral, de 11.361 hectáreas y que la Comunidad tiene pendiente declarar parque regional (sería el octavo), la Consejería de Medio Ambiente ha lanzado un proyecto de habilitación de senderos y mejora de infraestructuras de uso público. También quiere mejorar la seguridad de los visitantes, la accesibilidad y la difusión de los atractivos naturales y patrimoniales y de las restricciones legales para su preservación.
La iniciativa del Gobierno regional está siendo evaluada por la Demarcación de Costas del Estado (del Ministerio para la Transición Ecológica) y la idea es iniciar las obras antes de que acabe el año.
El proyecto, presupuestado en 48.400 euros, incluye reparar daños en miradores (como el de Galifa), áreas recreativas, vallados y cerramientos; retirar 300 kilos de residuos en el cabezo de las antenas; e instalar cancelas, con postes de piedra, en los senderos del Cantalar y de Boletes.
En estos dos puntos, se pretende evitar el acceso de vehículos a motor, entre ellos todoterreno y 'quads', un riesgo para la biodiversidad y para los conductores por el estado de los caminos. Otra zona de peligro es el acantilado de Cantalar, paraje con una curva y un fuerte desnivel y por donde pueden caer senderistas y ciclistas. Para evitarlo, la Comunidad pondrá un vallado de madera de doce metros de largo. Colocará uno similar en el sendero de Cala Cerrada, para eliminar un aparcamiento donde suele haber dos o tres coches, y otro de 32 en el sendero en zig-zag de subida al monte Roldán.
Uno de los objetivos de la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Juan María Vázquez, es garantizar la protección de especies vegetales frente al pisoteo y el arranque de ejemplares. Una amenaza es el incremento del senderismo en el sendero GR92, que «recorre el área de la zona de especial protección para las aves (ZEPA) por el área de Tentegorra, alcanza el Roldán, desciende a El Portús y continúa por el tramo litoral de La Muela y Cabo Tiñoso hasta Isla Plana». Así lo explica la Consejería, que alerta sobre los efectos de estas actividades, como «molestias a la fauna y deterioro de los hábitats de interés comunitario». Para reducir los riesgos, instalará paneles con señales informativas acerca de estos valores y sobre las restricciones de tránsito por los senderos. Está prohibida la circulación diurna en el periodo de nidificación de rapaces, entre el 16 de diciembre y el 30 de junio, y de rapaces nocturnas, entre el 1 de noviembre y el 15 de mayo.
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