
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Vox volvió a sacar músculo este domingo en un abarrotado pabellón Príncipe de Asturias. Varios miles de personas -8.000 según fuentes de la organización- escucharon al líder de la formación, Santiago Abascal, cargar con extrema dureza contra el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a quien tildó de «carroñero de La Moncloa» y de «traidor», mientras un público entregado coreaba vivas a España. El pabellón, como era previsible, se quedó pequeño para albergar a la gran cantidad de gente que acudió al primer gran acto de precampaña de Vox en la Región de Murcia. A las 10.30, una hora y media antes del inicio del mitin, la cola llegaba al cercano centro comercial Zig Zag. Gracias a una pantalla exterior, los simpatizantes pudieron seguir el discurso de Abascal, quien reclamó «una mayoría patriótica» suficiente para evitar un nuevo gobierno del PSOE o con presencia socialista. El líder de la derecha radical vaticinó un acuerdo entre el PP, el PSOE y Ciudadanos después de las elecciones, y pidió el voto para Vox porque «es el único partido que dice a los españoles que quiere al PSOE en la oposición, para que aprendan democracia , para que sepan lo que es la división de poderes, el Estado de derecho y la libertad de los españoles para opinar como nos venga en gana».
Vox aspira a convertirse en la tercera fuerza política de la Región de Murcia el próximo 10 de noviembre, superando a un Ciudadanos en horas bajas. El 28A, la extrema derecha se quedó a apenas 7.000 papeletas de los liberales, empatados a dos diputados. La formación obtuvo más de 143.000 votos (un 18,6%).
Abascal advirtió de que España afronta un momento de «emergencia nacional» porque «nos estamos jugando la herencia que hemos recibido de nuestros padres, el legado de unidad de generaciones de españoles» ante el desafío independentista en Cataluña. «Por eso vamos a decir que en Cataluña no hay un proceso o un golpe institucional o un problema de orden publico, hay un golpe de estado permanente que lo inició Jordi Pujol y que hoy continúa con extraordinaria impunidad, con Quim Torra dirigiendo una Generalidad en plena rebeldía, entregada a la persecución de las libertades de los catalanes», añadió. Los independentistas, afirmó, actúan con «total impunidad por culpa de los viejos partidos nacionales», del «carroñero de La Moncloa» y de un «Supremo que ha dictado una sentencia a la medida de Pedro Sánchez». Abascal proclamó un «Torra a la mazmorra» mientras el público coreaba «Puigdemont a prisión» , y exigió «el control de la autonomía, de TV3 y la detención de los golpistas». Mientras el presidente de Vox intervenía en Murcia, PP, PSOE y Ciudadanos se manifestaban en Barcelona convocados por Sociedad Civil Catalana. Vox se quedó fuera al no compartir la defensa del autogobierno que une al resto de formaciones.
Ante esta «emergencia nacional», denunció, Pedro Sánchez «no tiene prisa» porque, «su emergencia es sacar un muerto de su tumba, decirle a nuestros abuelos y a nuestros padres que no tuvo sentido vivir en paz, en libertad y en concordia; quiere que los nietos vuelvan a enfrentarse». Abascal culpó al PP y a Mariano Rajoy por no haber derogado la Ley de Memoria Histórica, y calificó a la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, de «notaria de la profanación». Advirtió de que la ley ha acabado «obligando a una familia a sacar los huesos y enterrarlo donde ellos digan, y eso no se le hace ni a Franco ni a la Pasionaria. Para el líder de la derecha radical, el origen de todo está en la política de Rodríguez Zapatero, «un sinvergüenza» y un «antipatriota» que, en su opinión, provocó la «división entre españoles».
Abascal acusó al PSOE de querer imponer una historia única para tapar «un pasado muy sucio, un currículum horrible. Su fundador amenazaba de muerte en el Parlamento; tienen una historia de golpes de estado, de asesinatos de políticos de la oposción, de preciptación de la Guerra Civil y de terrorismo de estado». A todo esto añadió el supuesto robo del «oro de Moscú». Santiago Abascal abonó de nuevo las teorías de la conspiración del 11M al acusar a los socialistas de «haber traicionado al Gobierno (de José María Aznar) el 11 de marzo (de 2004), en un atentado del que -según él- todavía no sabemos casi nada». Según Abascal, el PSOE pretende «deslegitimar a la Corona» y a Felipe VI y, además, «derribar la Cruz, identidad de los españoles».
Junto a Cataluña y la memoria histórica, la inmigración fue otro de los ejes principales de su discurso. Aseguró tener en su poder un listado de las ayudas al alquiler concedidas por la Comunidad de Madrid en la que la mayoría de los apellidos son de inmigrantes. Abascal leyó apellidos marroquíes o argelinos ahogado por los pitidos del público, para después defender que su discurso no es racista. «Por cada persona extranjera con ayudas hay un joven español sin perspectiva de futuro, que no puede acceder a una vivienda porque no se le asigna una de protección oficial», sentenció. Vox no va contra los inmigrantes, aseguró, sino «contra los políticos 'progres' que nos han llevado a esta situación». «Es obvio decir que hay que defender las fronteras; España es propiedad privada de los españoles, y quien quiera entrar que llame a la puerta y nosotros decidimos si entra o no entra», remató.
El presidente de Vox, además, rechazó la presencia de centros de menores extranjeros no acompañados en la Región, ya que «destruyen la tranquilidad y la convivencia en los barrios».
Antes de Santiago Abascal intervinieron José Antonio Ortega Lara y la cabeza de lista al Congreso por Murcia, Lourdes Méndez Monasterio, quien también cargó contra la exhumación. «Es miserable azuzar el odio entre los españoles con la Ley de Memoria Histórica, resulta ignominioso profanar un cadáver para hacer campaña», subrayó. Esto «retrata al gobierno de Sánchez y al resto de partidos que por acción o por omisión han permitido esta ignominia, porque Franco está en la historia, pero Sánchez ha entrado por la puerta de la infamia».
Lourdes Méndez también hizo referencia al 'pin parental': la exigencia de Vox de que los alumnos asistan solo con permiso expreso de sus padres a las charlas de educación afectivo sexual y contra la homofobia impartidas por asociaciones LGTBi en los centros educativos, dentro del horario lectivo y de los programas aprobados por los consejos escolares. La diputada acusó a Ciudadanos de incumplir el pacto de investidura al haberse opuesto a una enmienda presentada por Vox la semana pasada en la Asamblea.
«Nos acusan de estar en contra de los homosexuales, pero nosotros no etiquetamos, no colectivizamos ni discriminamos a nadie», defendió Méndez. Vox, aseguró, está en contra del «totalitarismo». «Ha tenido que llegar nuestra voz a la Asamblea Regional para denunciar la tropelía que se estaba produciendo y exigir el consentimiento de los padres ante tal barbaridad», señaló.
Sobre la inmigración, la candidata pidió «acabar con el efecto llamada» y cargó contra el centro de menores no acompañados de Santa Cruz. Además, señaló que «el 18%» de los niños que nacen «son de familias de religión islámica» y «en algunos colegios a quienes se considera extraños es a los niños españoles»
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